Poblado del Hierro Medio-Final, situado en el término municipal de Galipentzu en la margen izquierda del río Aragón, en la parte norte de la desembocadura del barranco Ibarkasteka. Situado a una altitud de 390 s.n.m., tenía una superficie de 7,500 m2. Los poblados mas cercanos era el de los Casquilletes de San Juan a 2,9 km. y El Cerco de Oibar a 6,9.
Ya desde 1335 aparece en la toponimia de Galipentzu el término Vartasteca.
Sistema defensivo
El patrón de emplazamiento (espolón de terraza pleistocénica) que adopta este núcleo urbano de caserío agrupado condiciona una estructura defensiva artificial formada por el habitual esquema castreño binario de foso y muralla. El foso es una cava en la terraza pleistócenica de unos 8 m. de profundidad, que corta bruscamente la horizontalidad de este relieve en un tramo de unos 20 o 25 m. de ancho. Sobre él, ya en el interior del recinto, se levanta el terreno 4 m. mas al ocultar el derrumbe de una gran muralla construida sobre el terraplén/dique resultante de la excavación del foso, que ha sido seccionada por la ripa generada por el río Aragón en su costado oriental dejando a la vista su estructura doble paramento de piedra arenisca de sillarejo con relleno interno de piedras sueltas, en una anchura comprendida entre los 2 y los 2,5 m.
Por el resto del perímetro del hábitat, que representa acusadas pendientes naturales, la muralla no es tan evidente, bien porque la plaza tuvo otro tipo de cierre, bien porque su menor entidad arquitectónica queda oculta bajo la tierra. Rodea todo el recinto del poblado, aexcepción de su costado oriental que ha desaparecido por la acción erosiva del Aragón, un bancal artificial con acusados taludes de tierra que en su parte sur se ensancha a modo de semirecinto auxiliar sobre el arroyo Ibarkasteka. No tenemos dudas de que esta estructura concéntrica formó parte de la rampa y sistema de acceso al poblado (por su trayectoria ascendente creemos que en sentido de las agujas del reloj), que habría incluído necesariamente su punto longitudinal por el foso, entre la gran muralla y el posible antecastro que identificamos sobre su contraescarpa, al norte.
Efectivamente, tanto por la identificación aérea de 1927 y 1956 de una anomalía en el terreno como por la existencia de una pequeña depresión en el relieve reconocido en prospección pedestre creemos que tuvo un segundo foso localizado a unos 125 m. al norte del primero, dejaría aislado por las dos cavas y la propia topografía un recinto aislado o antecastro probablemente destinado a usos económicos, pues aparente,mente no se registran en él ni estructuras de habitación ni restos muebles de entidad.
Por el resto del perímetro del hábitat, que representa acusadas pendientes naturales, la muralla no es tan evidente, bien porque la plaza tuvo otro tipo de cierre, bien porque su menor entidad arquitectónica queda oculta bajo la tierra. Rodea todo el recinto del poblado, aexcepción de su costado oriental que ha desaparecido por la acción erosiva del Aragón, un bancal artificial con acusados taludes de tierra que en su parte sur se ensancha a modo de semirecinto auxiliar sobre el arroyo Ibarkasteka. No tenemos dudas de que esta estructura concéntrica formó parte de la rampa y sistema de acceso al poblado (por su trayectoria ascendente creemos que en sentido de las agujas del reloj), que habría incluído necesariamente su punto longitudinal por el foso, entre la gran muralla y el posible antecastro que identificamos sobre su contraescarpa, al norte.
Efectivamente, tanto por la identificación aérea de 1927 y 1956 de una anomalía en el terreno como por la existencia de una pequeña depresión en el relieve reconocido en prospección pedestre creemos que tuvo un segundo foso localizado a unos 125 m. al norte del primero, dejaría aislado por las dos cavas y la propia topografía un recinto aislado o antecastro probablemente destinado a usos económicos, pues aparente,mente no se registran en él ni estructuras de habitación ni restos muebles de entidad.
Cultura material
Fundamentalmente cerámicas celtibéricas así como molinos de mano de tipo circular. En menor número se registran fragmentos manufacturados de paredes gruesas y superficies rugosas, en ningún caso adscribibles a modelos cerámicos del Hierro Antiguo.
Valoración
Valoración
El Puyo de Bartasteka es un bonito ejemplo sobre como se adapta la estructura de un poblado fortificado protohistórico al espolón de una terraza fluvial generado por los ríos Aragón y el Arroyo Ibarkasteka. Resulta increíble como a pesar del paso del tiempo en un área de gran actividad agrícola el yacimiento ha llegado hasta nosotros de forma tan evidente y bien conservado, que sin duda lo habría sido mas hace unos siglos, cuando en 1335 se documenta este lugar con el sugerente topónimo parlante El Puyo.
En este caso, la mayor actividad destructiva ha venido de la mano del río Aragón, cuya actividad geomorfológica a lo ancho de su llanura de inundación ha erosionado su costado oriental, haciendo desaparecer no solo el tramo inicial y final de la rampa de acceso sino también parte de su acrópolis, por lo que la estimación de su extensión no deja de ser un valor mínimo. Es precisamente en esta ripa del río donde vemos lateralmente, aparte de la sección de su impresionante muralla, la existencia de muros colgados que se corresponden con los zócalos de piedra de las casas que aquí se levantaron hace mas de 2.200 años, conservándose una potencia estratigráfica de un metro.
A falta de otras referencias estratigráficas, el corte que nos ha tallado el Aragón no parece indicar una fundación muy antigua para este poblado que se remonta mas allá del Hierro Medio (si acaso se aprecian dos fases constructivas). Desconocemos desde donde vino la población que aquí se asentó, pero no se puede descartar que bajase del emplazamiento que ocupa el pueblo viejo de Gallipienzo, donde a pesar de que no hemos realizado ningún hallazgo de esta época presumimos que su solar, por las características geoestratégicas que presenta, habría estado habitado a lo largo de la Edad del Hierro. Las gentes que se asentaron en el Puto Bartasteka habrían gozado de inmejorables tierras para ser explotadas agrícolamente y dispusieron de abundantes recursos hídricos, dada la proximidad del siempre caudaloso río Aragón.
Por último, aunque hoy resulta casi imposible de confirmar por las transformaciones agrarias que se han producido, los indicios fotográficos y topográficos que hemos recabado tras su reconocimiento pedestre permiten situar al norte de este poblado un discreto antecastro o recinto de actividades económicas con él vinculado, que muy bien podría haber servido de encerradero para la cabaña ganadera cuidada por esta comunidad urbana del Puyo de Bartasteka.
Estado de conservación
En este caso, la mayor actividad destructiva ha venido de la mano del río Aragón, cuya actividad geomorfológica a lo ancho de su llanura de inundación ha erosionado su costado oriental, haciendo desaparecer no solo el tramo inicial y final de la rampa de acceso sino también parte de su acrópolis, por lo que la estimación de su extensión no deja de ser un valor mínimo. Es precisamente en esta ripa del río donde vemos lateralmente, aparte de la sección de su impresionante muralla, la existencia de muros colgados que se corresponden con los zócalos de piedra de las casas que aquí se levantaron hace mas de 2.200 años, conservándose una potencia estratigráfica de un metro.
A falta de otras referencias estratigráficas, el corte que nos ha tallado el Aragón no parece indicar una fundación muy antigua para este poblado que se remonta mas allá del Hierro Medio (si acaso se aprecian dos fases constructivas). Desconocemos desde donde vino la población que aquí se asentó, pero no se puede descartar que bajase del emplazamiento que ocupa el pueblo viejo de Gallipienzo, donde a pesar de que no hemos realizado ningún hallazgo de esta época presumimos que su solar, por las características geoestratégicas que presenta, habría estado habitado a lo largo de la Edad del Hierro. Las gentes que se asentaron en el Puto Bartasteka habrían gozado de inmejorables tierras para ser explotadas agrícolamente y dispusieron de abundantes recursos hídricos, dada la proximidad del siempre caudaloso río Aragón.
Por último, aunque hoy resulta casi imposible de confirmar por las transformaciones agrarias que se han producido, los indicios fotográficos y topográficos que hemos recabado tras su reconocimiento pedestre permiten situar al norte de este poblado un discreto antecastro o recinto de actividades económicas con él vinculado, que muy bien podría haber servido de encerradero para la cabaña ganadera cuidada por esta comunidad urbana del Puyo de Bartasteka.
Estado de conservación
Procesos postdeposicionales de tipo natural y antrópico están mermando lentamente la potencialidad arqueológica de este yacimiento, si bien su estructuración general todavía es muy buena. Entre los primeros, destaca la fuerte actividad erosiva que ha desplegado un meandro del río Aragón sobre su costado oriental. Entre los segundos, el mayor riesgo viene de su utilización como suelo agrícola, que genera implacables pérdidas patrimoniales en el techo de su estratificación así como la desfiguración de la referencia espacial del posible antecastro.