ARSAOS.
REFLEXIONES HISTÓRICAS, GEOGRÁFICAS Y TIPOLÓGICAS EN
TORNO A UNA CECA INDÍGENA EN TERRITORIO VASCÓN∗
José FERNÁNDEZ GÓMEZ
UNED de Tudela
Pags. 437 a 480 (Edit. J.Andreu, 2009)
*El presente trabajo
se encuadra en las labores de investigación del Grupo de Estudios Avanzados del
Departamento de Historia Antigua de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia-UNED cuya línea de investigación sobre Vascones coordina el Dr. D.
Javier Andreu. Desde estas líneas, quisiera dejar constancia de mi gratitud al
propio Dr. Andreu, y a la Dra. Blázquez, de la Universidad de Salamanca, que
tuvieron a bien leer y revisar el manuscrito original y supervisar el
desarrollo del trabajo. Los errores y omisiones que en él figuren son, desde
luego, achacables sólo a mi persona.
1.
PLANTEAMIENTO
Seguramente en el antiguo
solar de los Vascones (1) -tanto en el que se ha supuesto como su primitivo
espacio como en el que debió completarse a raíz de la supuesta y discutida
expansión de éstos tras las guerras sertorianas (2) - debieron funcionar los
siguientes talleres monetales: alaun, arsaos, arsakos, ba(r)skunes,
bentian, iaka, kaiskata, kalakorikos, olkairun,
ontikes, segia, tirsos y umanbaate (3). Algunas de
ellas por su tipología -alaun, iaka y sekia (4), por ejemplo-
y otras por los rasgos del topónimo al que aluden en la leyenda, con raigambre
indoeuropea -caso de kaiskata (5), por ejemplo- no debieron formar parte
del grupo étnico que denominamos vascón. Sin embargo, las comunidades que
acogían sus cuños, debieron pasar a forma parte del territorio vascón a partir
de unos procesos históricos de difícil explicación y en los que aquí no
entraremos pues son tomados sobradamente en cuenta en otros capítulos del
volumen que acoge estas páginas y aun en la conocida bibliografía sobre la cuestión,
ya más arriba aludida.
Aunque -como tendremos
oportunidad de comprobar en el apartado siguiente-, desde las primeras
investigaciones se han propuesto interpretaciones alternativas (6), nos parece -por
las razones que oportunamente se esbozarán en estas páginas por más que sea la
premisa de la que partimos casi desde el encabezamiento del trabajo- que la
ceca de arsaos debió ocupar un espacio indeterminado dentro del
territorio vascón. Esa indeterminación de la reducción geográfica del taller
afecta también a otras cecas del área como arsakos, ba(r)skunes, bentian,
olkairun, ontikes, tirsos y umanbaate (7). Sólo
nuevos estudios que recopilen noticias de nuevos hallazgos y tracen un mapa de
distribución de la circulación del numerario de dichos talleres permitirá
arrojar nuevas luces sobre las posibilidades de ubicación de las mismas, asunto
que vamos a tratar aquí respecto de arsaos. Cuestiones como la
traducción y transcripción del epígrafe monetal, la ya referida adscripción
étnica de la ceca y por lo tanto, su ubicación en espacios geográficos
determinados, han sido objeto de atención ya desde la historiografía
tradicional. Sin embargo, hasta la fecha, sólo G. Fatás (8) se había ocupado
monográficamente de la misma en los años setenta poniendo en relación, además,
los testimonios numismáticos con un interesante dato epigráfico sobre el que
luego volveremos. Nuestro objetivo, pues, desde estas líneas, es el de
contribuir -incluso con algunos datos inéditos que, en cualquier caso, nos
parecen representativos- a arrojar nuevas luces sobre la tipología y la
geografía de este activo taller monetario atribuido a los Vascones.
2.
HISTORIA
DE LAS INVESTIGACIONES
No es arsaos una ceca especial en lo
que respecta al avance y desarrollo de la investigación sobre ella. Al igual
que ha sucedido con otras muchas, la historiografía -al ritmo de la aparición
de nuevos datos- ha ido arrojando nuevas conclusiones y -en el transcurso del
tiempo- también rectificando aquéllas, tanto en los aspectos epigráficos de la
leyenda como en la ordenación del monetario o en su supuesta localización,
aspectos todos que serán tratados en este estudio. A continuación -y de cara a
trazar un estado de la cuestión sobre el asunto- mencionaremos a mecenas,
eruditos, coleccionistas, numismáticos e historiadores que -de una forma u otra-
han tratado aspectos relacionados con la ceca que nos ocupa. Aún sabiendo que
el resultado de muchas de sus investigaciones, aportaciones y propuestas, a día
de hoy, son erróneas o están superadas, muchas otras han sido reafirmadas y
perviven en nuestros días siendo todavía referentes de consulta en los trabajos
de investigación histórico-numismáticos.
Tomando como punto de
partida, el interés que -a mediados del siglo XVI- despierta entre los eruditos
de la época la interpretación de los caracteres epigráficos “desconocidos”
mostrados en las antiguas monedas, tras las primeras obras sobre Historia de
España (9) y los primeros apuntes sobre Numismática (10), es inexcusable al
erudito zaragozano Antonio Agustín, Arzobispo de Tarragona. En 1587 publica su
conocida obra Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüedades,
en la que recoge un buen número de monedas españolas (11), “anteriores a los
romanos”, según él mismo describe. Aunque en su trabajo no figuran monedas de arsaos
-y ya esa ausencia supone un importante dato histórico para la valoración
del avance de la investigación sobre nuestra ceca- la importancia de su trabajo
científico sobre numismática española -el primero en aquella época y
tremendamente bien documentado (12) - merece un breve apunte antes de pasar a
la obra de Vicencio Iván de Lastanosa, erudito, coleccionista de antigüedades y
monedas, gran promotor de la cultura y autor de varias obras que se publican en
el siglo XVII, entre ellas una sobre numismática (13), publicada en el año
1645. En esta obra, se recogen ilustraciones y descripciones de monedas de arsaos,
amén de otras de otras cecas -muchas de ellas pertenecientes a su colección-
que previamente le habían sido prestadas, donadas y ofrecidas por numerosas personas
de su círculo intelectual y numismático para el Museo que describe en este
libro. Entre los correspondientes de Lastanosa, como es sabido, figuraron,
entre otros, Juan Francisco Andrés de Ustarroz o el jesuita Jerónimo García.
El siglo XVIII no aporta un
número mucho mayor de figuras que el citado anteriormente. En este contexto,
encontramos a Francisco Pérez Bayer, canónigo y arcediano de Valencia -además
de célebre numismático español- que incluye en su obra la lectura de varias
leyendas monetales, encontrándose entre ellas la leyenda de arsaos (14),
siendo él el primero que trata de leerla aunque la transcribe como orsoes y
la atribuye a Urson/Vrso, en la Bética. En esta época, la
cuestión del desciframiento de la escritura ibérica y los trabajos que -en este
sentido- habían desarrollado diversos eruditos atrajeron a nuestro país
importantes estudiosos y numismáticos extranjeros quienes dejaron tras su
estela varias obras y ensayos sobre el tema en cuestión. Fue a principios del
siglo XIX, cuando el numismático de Florencia, Domenico Sestini, describió una
colección de monedas españolas pertenecientes al Conde Herdevar Miguel de
Wiczay, entre las que recogía piezas de arsaos (15) incluyendo la ceca
en la Tarraconensis y relacionando la Bursada de los Celtíberos.
Posteriormente, el gran numismático francés Feliciano de Saulcy publicó en 1840
un ensayo sobre las monedas de España (16) en el que realizaba una descripción
de la moneda y del epígrafe que considera celtibérico y hacía un breve
recorrido sobre los autores anteriores que habían descrito la ceca de arsaos,
inclinándose a pensar que debía identificarse también con la Bursada celtibérica,
como había hecho el propio D. Sestini y aun haría más tarde Joseph Gaillard (17),
que recogió hasta once piezas de arsaos, entre ellas dos denarios
forrados. En el mismo año el insigne miembro de la Academia Española de
Arqueología Gustavo Daniel de Lorichs (18) recoge una lámina con trece
ilustraciones de piezas de la ceca que nos ocupa -muy representativas y
fidedignas para la fecha- pero, sin embargo realiza una descripción muy
peregrina, al desmenuzar su leyenda y ponerla en relación con los términos praetor
y populus Romanus, carente, lógicamente, de fundamento alguno. En
este contexto, en 1857, el abogado y numismático Álvaro Campaner y Fuertes,
publica una obra (19), que, lejos de ser un trabajo completo, -como él mismo
advierte- intenta plasmar una lista de poblaciones que desde la antigüedad han
acuñado moneda en nuestro país. Amén de otras descripciones y comentarios, el
epígrafe monetal de la ceca arsaos figura encuadrado como moneda
celtibérica junto a un cuadro comparativo de la clasificación dada a las
monedas de arsaos y de otras cecas por los principales y más importantes
autores que anteriormente se habían ocupado de ellas.
En la misma línea, tenemos
a M. Cerdá de Villaresta que recoge en su catálogo (20) una descripción
tipológica de las Antiguas monedas autónomas de España -según el mismo
describe- agrupadas por cecas. Es en él donde encontramos descritos cinco ejemplares
de nuestra ceca, recogiendo sencillamente la adscripción geográfica que hacen
del epígrafe autores anteriores. A continuación fue A. Boudard, en su ensayo
sobre la numismática ibérica (21) quien adscribió arsaos -literalmente-
a los “Bursovonenses”, y, a partir de ahí, erróneamente a la ciudad de “Urso o
Ursona”, en la actual Osuna como, intuitivamente, había hecho F. Pérez Bayer.
Interesantes respecto de arsaos
fueron los trabajos de Aloïs Heiss (22), discípulo de A. Delgado -cuyas
teorías, como es sabido, siguió fielmente, especialmente en cuestiones
vinculadas a las leyendas monetales- cuyo principal mérito fue el de adentrarse
en la circunscripción geógrafica de las cecas -asunto que aquí trataremos en
detalle y que ha sido objeto de estudio de los trabajos más modernos sobre arsaos
(23) -, haciendo, además, una lectura correcta del rótulo -al igual que los
siguientes autores a partir de él- englobando todas las cecas estudiadas en
conventos jurídicos y apuntando que el nombre étnico de la ciudad titular del
taller sería arsa o arsae, de localización indeterminada, pero
adscrita a los Berones, encuadrados éstos -según él- en el conuentus
Cluniensis. Heiss transcribe la leyenda como arsaes y describe
cuatro variantes del rótulo epigráfico en bronce y dos en plata. Pocos años
después, Antonio Delgado, notable numismático sevillano, recoge en su grandiosa
obra (24) la mejor y mayor colección de variedades de monedas abordada hasta
entonces, con no exiguas referencias a autores anteriores. Delgado verá
similitud de tipo y fábrica -según cita- entre las monedas de bronce de la ceca
de arsaos y las de la ceca ba(r)skunes, o las de la Lybia y
la Varea de los Berones. El erudito sevillano transcribe el epígrafe
como arsahez, y, a partir de ahí, piensa que la raíz arsa podría
equivaler a la latina arx, asociada -como es sabido- a fortificaciones o
castillos. De esta manera, al compuesto arza-hez, le da el significado
“del territorio de los castillos o Castilla” buscando pues la reducción de la
ceca en las tierras de Burgos y Logroño que -según cita- es donde más monedas
de esta ceca se encuentran. Tras su estela continua su discípulo Jacobo Zóbel
de Zangroniz (25), importante figura que introducirá en España los
planteamientos metodológicos modernos europeos realizando una lectura correcta
de la ceca pero ubicándola en Suessatio, supuesta mansión del Itinerario
de Antonino.
La obra de Delgado fue, en
cierto modo, completada por la aportación de Celestino Pujol y Camps,
historiador y numismático catalán, que publica unos apuntes (26) con la
intención de incrementar el número de datos de piezas de la Hispania
Citerior respecto de las que habían sido recogidas por A. Delgado. Aunque
incluye una acuñación de la ceca de arsakos(on), describe dos divisores
inéditos en la obra de A. Delgado, siguiendo la misma ordenación que éste,
aunque para la circunscripción geográfica, sigue los pasos de Zobel y encuadra
la ceca de arsaos en “Iruña?-Distrito Pompelonense”.
En 1891, el erudito Álvaro
Campaner y Fuertes, publica un nuevo manual (27) -dividido en dos partes- que
en cualquier caso, debe considerarse una segunda edición corregida y aumentada
de su primera obra (28). Es en la primera parte -consagrada a la numismática
antigua- donde describe las monedas con inscripciones ibéricas, incluyendo hasta
seis variantes de la leyenda monetal arsaos -algunas no recogidas hasta
entonces- y mostrando un cuadro comparativo de propuestas de ubicación para la
ceca según los autores de las grandes obras de epigrafía y numismática
publicadas en el lapso que medió entre los dos trabajos (29).
Como no podía ser de otro
modo, cierra las investigación del siglo XIX el gran Emil Hübner, filólogo y
grandioso epigrafista alemán que, recibido y ayudado en sus viajes
arqueológicos y epigráficos a España -entre muchos otros- por A. Delgado
publica posteriormente sus Monumenta (30). Es en esta obra, en el
apartado de monedas, donde incluye la ceca de arsaos en la regio
Pompaelonensis por las afinidades que sus monedas exhiben con las del
entorno, describiendo un importantísimo número de variantes en sus epígrafes a
través de las obras que los anteriores autores habían apuntado.
En el siglo XX, y debido al
auge que comenzó a tomar el coleccionismo desde mediados de dicha centuria, no
sólo encontramos multitud de trabajos de Numismática sino también ven la luz
importantes fondos numismáticos, especialmente numerosos monetarios de
renombradas instituciones y de colecciones privadas que, a través de catálogos,
son puestos ahora a disposición de la investigación que -al margen del coleccionismo
y desde un punto de vista científico- se ocupó en este siglo y de manera más
profunda sobre la cuestión de las antiguas cecas hispanas. De este modo y tras
varios años sin una obra de la envergadura de la ya referida de Antonio
Delgado, encontramos la monumental propuesta editorial de Antonio Vives y
Escudero (31) que estudia la moneda acuñada en la Península Ibérica en la edad
antigua en dos volúmenes. Apartándose de los sistemas de clasificación que
presentaban las anteriores obras de carácter general y desde la visión más pura
de la numismática establece una clasificación para la moneda en emisiones,
formando de esta manera un manual, -que no un corpus, según él mismo
precisa (32)- figurando en el segundo volumen (33) un número importante de
fotografías de las monedas descritas anteriormente. En lo que hace referencia a
la ceca de arsaos -de la que cita que hay infinidad de variedades-
reproduce un ensayo con catorce monedas, distribuidas en siete emisiones, en el
que incluye fotografías y realiza comentarios pendientes de una posterior
corrección, ante una futura y nueva aportación de datos.
En 1931, George F. Hill,
publica su obra sobre numismática de la Citerior (34). En ella incluye
la ceca de arsaos en la Hispania Citerior, la relaciona con Arsa
y la regio Pompaelonensis, dándole una ubicación indeterminada.
Incluye importante material gráfico y realiza un recorrido de las aportaciones
más importantes que autores anteriores hicieron al respecto. Posteriormente,
Felipe Mateu y Llopis, a partir de 1940 empieza a recoger y publicar su extensa
serie de Hallazgos monetarios y tesorillos (35), que dura hasta
aproximadamente el tercer cuarto del siglo XX. Ubica la ceca de arsaos no
lejos de Pamplona (36) e incluso hacia el Oeste de ésta y recoge gran número de
hallazgos de la ceca de arsaos en diferentes puntos de la geografía
española que más adelante incluiremos en el capítulo correspondiente y que -como
es de suponer- han servido a autores posteriores para realizar estudios basados
en la circulación monetaria.
A comienzos de los
cincuenta Pío Beltrán (37) incluye en el apartado de las Cecas Pirenaicas la
ceca que nos ocupa, poniéndola en relación con la ciudad de Arsa y con
las cecas que acuñaron con la sigla o-n en los anversos. Este mismo año,
es Jose de Yriarte (38) quien, haciendo uso de su colección monetaria, realiza
una aportación de monedas y variantes de la ceca dentro de la moneda hispánica.
Tomando como referencia la obra de A. Vives y en el capítulo que recoge sobre
la ceca de arsaos, describe tres variantes de denarios, que aquél no
había registrado en su obra.
Las dos siguientes décadas
son muy prolíficas en cuanto a publicación de trabajos se refiere con enfoques
y estudios que en la mayoría de los casos, enriquecen muy favorablemente el
conocimiento sobre la ceca. Comenzamos con el trabajo del importante
numismático Octavio Gil Farrés (39) que pretendió presentar una sinopsis
histórica de la moneda antigua de España a partir de las características
propias de cada moneda y apartándose del aspecto geográfico, enfoque que
fundamentalmente realizaban estudios anteriores. Sin asignar a arsaos ubicación
conocida, realiza un estudio de las características que figuran en las
acuñaciones -agrupándolas por peinados y describiendo como cabeza de Hércules
la figura que se reproduce en el anverso, por ejemplo- y posteriormente las
llega a agrupar en series. Más interesante -y valido a día de hoy- es el trabajo
de Ricardo Martín Valls (40) que, enfocado desde la óptica de la circulación y
la dispersión monetaria, nos proporciona abundante información sobre hallazgos
y, con ello, otorga una visión espacial de la circulación del numerario de las
diferentes cecas descritas y, en nuestro caso, también de la ceca de arsaos.
El epigrafista y
numismático, Joaquín Mª. de Navascués, realiza poco después un conocido
catálogo (41) que incluye la sistematización y descripción del importantísimo
monetario que acoge el Museo Arqueológico Nacional. De este modo queda
registrado el mayor numerario de la ceca de arsaos existente hasta la
fecha, compuesto de treinta y un denarios y treinta bronces.
A.M. Guadán, en el año 1969
consagra un estudio a la numismática ibérica e ibero-romana (42), y se refiere
en él a la ceca de arsaos indicando la amplia variedad de denarios que
acuña y apuntando que su arte remite a una cierta influencia “gala o al menos
céltica” -según cita- aportando fotos y haciendo referencia al peinado que
portan los anversos como ejemplo, además de advirtiendo que los delfines
cambian por arados en los ases.
Importantísimo trabajo es
el llevado a cabo por el gran estudioso de las lenguas paleohispánicas J.
Unterman (43). Realizando un estudio completo de las cecas ibéricas describe
las distintas acuñaciones de la ceca de arsaos. Apunta a partir de los
hallazgos -descritos en un cuadro con bibliografía- y del arma que aparece en
sus acuñaciones que dicha ceca debe buscarse en el Norte y por las cercanías de
Pamplona. Es sólo un año después, cuando en 1976, Guillermo Fatás, publica el
único estudio monográfico (44) sobre la localización de la ceca de arsaos al
que ya varias veces nos hemos referido. Teniendo en cuenta, la documentación de
una inscripción sepulcral en Sofuentes -sobre la que más tarde volveremos (Fig.
6)- que el autor zaragozano pone en relación con las gentes de arsaos, y
estudiando la dispersión monetal de la ceca y la presencia epigráfica de los
caracteres o-n al igual que en otras cecas (45) -a espera de que futuros
trabajos arqueológicos revelaran nuevos materiales e iluminaran nuevas
hipótesis- plantea una supuesta ubicación del taller de arsaos en la
zona de las comarcas navarroaragonesas de Sangüesa y Sos del Rey Católico
propuesta que, nos parece, podrá encontrar refrendo en algunos de los novedosos
datos que aportamos en estas páginas.
Tras este notable trabajo
con un validísimo aporte para la localización de la ceca, 1979, es, sin duda,
un año clave en la historiografía sobre Numismática hispánica en general y
sobre las cecas del Ebro Medio en particular. Es entonces cuando se publica la
conocida obra (46) de A. Domínguez, desde entonces referencia obligada. Dicho
trabajo aborda -a partir de un importante conjunto de numerario de cada ceca-
el estudio arqueológico-numismático de las monedas acuñadas por veintidós
talleres pertenecientes al Valle del Ebro. Incluye la descripción de las
diferentes leyendas y sus múltiples variantes epigráficas, una ordenación del
monetario con metrología incluida y un extraordinario capítulo dedicado a los
hallazgos, capítulo que nos proporciona una visión espacial de la circulación
monetaria ibérica en la Península, siendo importantísimo el aporte global que
se hace sobre la ceca de arsaos. A comienzos de los años ochenta es
preciso de nuevo citar a A. M. Guadán (47), esta vez, con un catálogo -diferente
a su obra anterior- destinado al mundo del coleccionism -muy en auge a partir
de la segunda mitad de este siglo- y que incluye la ceca de arsaos en el
“Grupo Pirenaico”, recogiendo fotos y descripción de denarios y ases. Guadán
sitúa el comienzo de las emisiones de nuestra ceca entre el 133 a. C y la época
de Augusto y sin dar a la ceca localización determinada la incluye en un mapa
junto con la de ba(r)skunes en la zona Norte de la actual Navarra. Puede
decirse que su estela la seguirán, por ejemplo, los trabajos de F. Álvarez
Burgos, que publica en 1982 un catálogo (48) -también orientado al mundo
numismático y del coleccionismo- destinado a la clasificación de las
acuñaciones hispánicas en la Edad Antigua, donde encontramos referencias a las
piezas arsaos con dibujos muy representativos de las monedas, descripción
y precios orientativos. Ha de pasar más de una década para que en 1994 sea
cuando vea la luz el insustituible corpus (49) de Leandre Villaronga.
Este investigador y referente numismático de este siglo, clasifica las monedas
y las ubica cronológica e históricamente.
Agrupadas por regiones -según
su propia terminología- encontramos la ceca de arsaos incluida en los Vascones,
figurando un total de veinticuatro acuñaciones, encuadradas en emisiones
divididas cronológicamente en tres períodos, con descripción de cada una de
ellas y acompañado todo de un repertorio de las inscripciones en todas sus
variantes. Un año después este mismo autor publica un libro (50) en el que
recoge un estudio y catalogación -ésta última no difiere de su anterior Corpus-
específicamente sobre denarios y quinarios. En cuanto a los denarios de la ceca
de arsaos, la principal aportación del trabajo aquí comentado se centra
en el aspecto metrológico de esta ceca y en la propuesta de una fecha en la
segunda mitad del II a. C. para el inicio de la actividad. También apuesta por
una localización en Navarra, según los hallazgos y tipología de sus emisiones.
Finaliza asignando una hipotética estimación de fabricación -de noventa cuños-
para esta ceca. Dos años más tarde, en 1997, Esteban Collantes (51) asigna a arsaos
una ubicación indeterminada en Navarra-Huesca, con preferencia a los
“Bascones” -según cita- y con un arte de acuñación que describe como muy
peculiar en relación con el resto de emisiones del Alto Valle del Ebro o de
Celtiberia, describiendo su arte como expresión típica del barroquismo
geométrico de los Celtas. Diferente -respecto de lo visto hasta la fecha-
resulta la descripción que realiza del arma que porta el jinete identificándola
con una jabalina. Pocos años después, María Ruiz Trapero será la encargada de
realizar un catálogo de Moneda Hispánica (52) a partir de los fondos
numismáticos del monetario del Instituto de Valencia de Don Juan donde figura
un amplio numerario, compuesto de treinta piezas de la ceca arsaos. En
el mismo año, la Real Academia de la Historia presenta un catálogo de Moneda
Hispánica (53) procedente del Gabinete de Antigüedades -que, como es sabido,
venía recogiendo donaciones de diversa índole desde 1751- elaborado por Pere
Pau Ripollés y Juan Manuel Abascal. Encontramos quince acuñaciones de la ceca
de arsaos, que sumándolas a las aportadas por las diferentes colecciones
que ven la luz a lo largo de este siglo, forman un importante numerario, que
permite su estudio desde cualquier campo de la investigación.
Los grandes avances
tecnológicos que se producen en este siglo, hacen que se incorpore a la
investigación el concurso de internet, excelente medio de trabajo,
investigación y consulta general para multitud de estudios histórico-científicos.
Así, a finales de este siglo encontramos ya un portal dedicado a la moneda
antigua (54) que registra una base de datos con la mayor cantidad de denarios
de la ceca de arsaos conocida hasta la fecha. Recoge más de cincuenta
denarios de la ceca procedentes de colecciones particulares y de subastas
numismáticas nacionales e internacionales.
El siglo XXI se ha abierto
con la completísima obra de Mª Paz García- Bellido y Cruces Blázquez (55).
Trabajo extraordinario y sin precedentes, que consta de dos volúmenes, presenta
un estudio global, detallado y minucioso de la historia de la moneda hispánica
acuñada en la antigüedad y de sus cecas. La descripción pormenorizada de la
ceca de arsaos, incluye: adscripción al grupo étnico berón-vascón;
mantenimiento para ella de una localización indeterminada; análisis de la
cronología de sus emisiones; y detalle de la circulación monetaria. Según estas
investigadoras, desde un punto de vista toponímico, arsaos guarda una
fuerte similitud con arsakoson, arse y arsa. Apuntan,
además, que la ceca ofrece una metrología y tipología céltico-berona. Se trata,
pues, de todo un extraordinario balance sobre la investigación de la ceca en
cuestión, avance sobre el que la propia C. Blázquez vuelve en este mismo
volumen que el lector tien en sus manos. Pocos años después, vemos publicados,
a través del trabajo de Pere Pau Ripolles (56), los fondos numismáticos de la Bibliothèque
Nationale de France. En ella encontramos quince ejemplares de la ceca de arsaos,
muchos de los cuales desde el siglo XIX sirvieron de referencia como base de
consulta y estudio en diferentes Corpora citados anteriormente (57).
3.
ASPECTOS
DE TIPOLOGÍA Y SERIES
La ceca de arsaos utiliza
la iconografía que se repite en las acuñaciones indígenas de la Citerior concretada
en cabeza varonil y jinete (58). Por la tipología de sus emisiones -y tal como
se ha visto hasta aquí- fue descrita con fuerte influencia gala o céltica (59)
pero más tarde ha sido encuadrada en el tipo denominado vascón (60), aunque a
día de hoy -como hemos visto más arriba y hasta se tratará en otras páginas de
este mismo libro- otros autores la definen como perteneciente a un grupo
céltibo-berón (61). Esa revisión de la cuestión parte de la descripción (62) e
interpretación del estilo y de los adornos que figuran en el tipo del anverso
de las emisiones que se acuñan a principios de la segunda mitad del siglo II
a.C.(63) amén del arma que porta el jinete en el reverso y que se mantiene en
toda la acuñación. Sea cual sea su tipología, es evidente que por lo dicho
hasta ahora y por lo que el lector descubrirá más adelante, la ceca debió
operar en el solar que las fuentes antiguas atribuyen a los Vascones.
Es evidente que la ceca la
de arsaos tuvo una acuñación muy prolífica con amplia variedad de
valores: ases, semises, cuadrantes y denarios. Este importante numerario
describe una tipología bien característica que a continuación pasamos a
describir sin ánimo de exhaustividad pues ello excedería los límites de este
trabajo, más centrado en cuestiones geográficas, historiográficas y de
reducción de la ceca y, por tanto, de circulación monetaria.
1)
ASES
Se puede observar en el
anverso una cabeza barbada mirando a la derecha, acompañada en toda la serie
por dos símbolos, descritos como arado y delfín. El primero se localiza tras la
cabeza y el segundo, delante de ésta. En el reverso, encontramos un jinete a
caballo, portando un arma -descrita más adelante - y debajo la leyenda ibérica
. Característica reseñable en una emisión perteneciente a la
segunda mitad del siglo II a.C., es la
incorporación de los signos
(64) en el anverso y delante del cuello de la cabeza barbada, que
permite relacionar la ceca de arsaos con otras cecas (65) que también
utilizan signos idénticos.
2) SEMISES
En esta escasa y rara
emisión (66) -es de la que menos ejemplares se conocen- encontramos en el
anverso una cabeza viril imberbe y una estrella de cinco puntas tras el cuello.
En el reverso, por su parte, aparece un caballo galopando a derecha y debajo la
inscripción ibérica
.
3) CUADRANTES
En esta emisión se
presentan dos tipos bien diferenciados según su anverso y la leyenda monetal
que recoge el reverso: una primera con cabeza barbada a derecha y con arado
detrás y delfín delante mientras en el reverso encontramos caballo galopando a
la derecha con dos símbolos descritos como creciente y estrella en su interior
(67). Debajo se recoge la inscripción ibérica
-leyenda
que, nos parece, se describe incompleta o erróneamente en los diferentes corpora
al uso hasta la fecha- y no
-salvo
posibles enlaces de cuños desconocidos hasta la fecha- como se recoge en las
demás acuñaciones de toda la serie de esta ceca. La segunda acuñación reproduce
en el anverso una cabeza viril imberbe -en este caso- a derecha pero sin
símbolos. En el reverso, vemos al igual que en el cuadrante descrito anteriormente,
un caballo a la derecha galopando, y encima de éste, creciente y estrella en su
interior. Debajo del caballo, figura la inscripción ibérica
.
4) DENARIOS
En todas las acuñaciones
que emite esta ceca en plata, encontramos la misma descripción que figura en el
apartado de los ases. Salvo en una serie (68) -en la que bajo el cuello de la
cabeza barbada figura el signo ibérico
y
que pudiera ser forrada- encontramos una amplia variedad de tipos en los cuños
de anverso como ya observó L. Villaronga (69). Cabe también reseñar la
existencia de denarios forrados en esta ceca -como se vió recogidos ya por la
historiografía desde época muy temprana (70) - sin haber sido hasta el momento,
objeto de estudio alguno.
Característica común y
reseñable en la acuñación de toda la serie de la ceca de arsaos es el
arma que porta el jinete. Arma que no se representa en ninguna otra ceca
conocida y que tampoco cambia a lo largo de toda su acuñación, a diferencia de
otras cecas como la vascona bentian y la berona uarakos que hizo
proponer en su día, interesantes interpretaciones históricas (71), hoy en día
corregidas (72), gracias a los estudios de nuevos materiales aportados. Este
arma -que ha sido descrita de muy diferentes formas desde las primeras
investigaciones (73) - no ha sido objeto de ningún estudio monográfico como lo
han sido otras (74) debido probablemente a que los hallazgos arqueológicos no
han aportado materiales que permitan identificación con ella, llegando a
nuestros días a describirse con el nombre de cateia (75) y bipenne (76)
o como doble hacha. Esta peculiar arma, ha sido encuadrada por algunos autores
en la categoría de las armas “exóticas (77)”, pero sin embargo, también se la
ha comparado con la que muestran algunas acuñaciones romanas como las de P.
Carisius en Emerita (78), o los ases de la ceca de Balleia (79).
El epígrafe reproducido en
el reverso de las acuñaciones de esta ceca se repite en toda la serie monetal a
excepción del cuadrante barbado descrito anteriormente. Característica
reseñable son -igualmente- las diferentes formas que adopta la grafía en las
y
(R
y S), describiendo numerosas variantes epigráficas (80) que se
ubican en el reverso de la moneda, entre dos líneas, bajo línea, sobre línea y
al aire.
5) REACUÑACIÓN, CONTRAMARCAS Y MONEDAS PARTIDAS
Hasta el momento, no
podemos describir en la ceca de arsaos ningún caso de reacuñación ya que
no figura ningún ejemplar en toda la bibliografía consultada ni en ninguna de
las múltiples colecciones estudiadas (81), característica sí documentada en
otros talleres (82). Sin embargo, sí podemos constatar una moneda contramarcada
inédita. No figurando ningún ejemplar ni en la amplia bibliografía (83)
consultada ni en ninguna de las colecciones públicas a las que hemos tenido
acceso, sin embargo, el análisis de una colección privada nos ha permitido
estudiar un ejemplar portando esta peculiaridad (84). Se trata de un denario en
el que figura como contramarca un círculo bajo la oreja y en la zona barbada de
la cabeza varonil del anverso. Por último, no podemos aplicar a esta ceca, las
conclusiones aportadas tras los estudios sobre los hallazgos de monedas
partidas (85), debido al desconocimiento de ejemplares que registran esta
característica, al menos hasta el momento.
Peculiaridad importante por
su carácter extraordinario y por la información que nos permite intuir es la
existencia de un denario híbrido (86) -hoy en día en colección particular-
perteneciente a esta ceca. Aunque ya se describió en su día otro denario
híbrido (87) -con características diferentes a éste- el ejemplar que nos ocupa
reproduce un anverso correspondiente al tipo que figura en las acuñaciones de
la ceca de arsaos, donde observamos una cabeza barbada con su
correspondiente arado y delfín, y en el reverso un caballo y jinete portando
espada, con leyenda
, perteneciente a la ceca de ba(r)skunes.
Esta pieza (Fig. 1), que ve aquí la luz, pone en relación los talleres de las cecas anteriormente citadas en un momento histórico determinado, pudiendo barajarse para su fabricación las posibilidades -ya clásicas y bien conocidas- que aportó en su día M. P. García-Bellido (88), aunque también queremos apuntar que cabe la posibilidad de que bien pudiera corresponder a una acuñación no oficial. En cualquier caso, deberán ser nuevas aportaciones y un futuro estudio en profundidad de esta acuñación, el que podrá aseverar dichas justificaciones o aportar nuevas hipótesis histórico-numismáticas que justifiquen la existencia de esta acuñación.
Esta pieza (Fig. 1), que ve aquí la luz, pone en relación los talleres de las cecas anteriormente citadas en un momento histórico determinado, pudiendo barajarse para su fabricación las posibilidades -ya clásicas y bien conocidas- que aportó en su día M. P. García-Bellido (88), aunque también queremos apuntar que cabe la posibilidad de que bien pudiera corresponder a una acuñación no oficial. En cualquier caso, deberán ser nuevas aportaciones y un futuro estudio en profundidad de esta acuñación, el que podrá aseverar dichas justificaciones o aportar nuevas hipótesis histórico-numismáticas que justifiquen la existencia de esta acuñación.
La información que aportan
los tesorillos y hallazgos en contexto arqueológico que contienen numerario de
la ceca -y que luego serán abordados respecto del asunto de la circulación
monetaria- indican que las primeras acuñaciones de arsaos deben fecharse
antes del 133 a. C., hacia la primera mitad -por tanto- del siglo II a. C. Esto
es debido a la aparición de importante numerario en los campamentos de Escipión
en Numancia. La emisión monetal de la ceca acaba tras las guerras sertorianas,
pudiendo clasificarse las últimas emisiones en el primer cuarto del siglo I a.
C. Aunque se supone que la ceca de arsaos pudo iniciar sus acuñaciones
en una cronología anterior a la expuesta anteriormente, nuevas y futuras
aportaciones en los contextos citados podrán lanzar aclaraciones al respecto
sobre el comienzo y final de fecha en que aquéllas se produjeron.
4. HALLAZGOS Y CIRCULACIÓN
Elemento clave en la
actualización de la ceca de arsaos que aquí proponemos es el del estudio
de la circulación de su numerario. Aunque esta cuestión haya sido tratada ya
tanto en el estudio monográfico obra de G. Fatás (89) como en algunos de los corpora
numismáticos al uso (90), procedemos aquí a ofrecer una actualización del
inventario de hallazgos deteniéndonos tanto en los de piezas de plata como en
los de bronce. Para la mejor comprensión de las referidas noticias las
agruparemos -como viene siendo habitual en la investigación- en tesorillos,
hallazgos contextualizados en excavación arqueológica y hallazgos sueltos,
siendo en el primer grupo, en el que se han producido algunas novedades
reseñables que, como venimos adelantando, tal vez puedan estar arrojando datos
concluyentes sobre la reducción geográfica de la ceca que centra esta
investigación.
...........
(En original describe en texto hallazgos, circulación, y bibliografía; resumimos en tabla solo arsaos).
TABLA (I, II y
III juntas): TESORILLOS - CONTENIENDO PIEZAS DE ARSAOS
Provincia
|
Localidad
|
Yacimiento/Fecha
|
Tot.piezas
|
Denarios
Arsaos
|
ANDALUCÍA
|
||||
Cadiz
|
Bornos
|
Carissa Aurelia (1920)
|
77
|
2
|
Córdoba
|
Almadenes(Pzbl)
|
Cerro del Peñón (1925)
|
200
|
1
|
Córdoba
|
Montoro
|
Azuel-Villa del Río (1874)
|
¿?
|
1
|
Córdoba
|
Córdoba
|
Marrubiales de Cordoba (1916)
|
¿?
|
1
|
Jaén
|
Torres
|
Torres o Cazlona (1618)
|
683
|
1
|
Jaén
|
Villacarrillo
|
Mogón II (1914)
|
>1000
|
1
|
ARAGóN
|
||||
Huesca
|
Alerre
|
1 as
|
||
Huesca
|
Bolea
|
1d.2as
|
||
Zaragoza
|
Alagón
|
La Codera (1970)
|
125
|
26
|
Zaragoza
|
Borja
|
Borja (antes de 1949)
|
¿?
|
10-14
|
Zaragoza
|
Calatayud
|
Despobl. Valdeherrera (ant1980)
|
Muchas
|
2d.2as
|
Zaragoza
|
Ejea Caballeros
|
Obras Casco Viejo
|
1 as
|
|
Zaragoza
|
Monreal dAriza
|
Arcobriga
|
1 as
|
|
Zaragoza
|
Tarazona
|
Camino de Bulbuente (1828)
|
183
|
8
|
Zaragoza
|
Vera dMoncayo
|
5
|
1
|
|
CASTILLAlaMANCHA
|
||||
Ciudad Real
|
Almadenejos
|
Finca de las Navas (1976)
|
2xx
|
1
|
Cuenca
|
Motilla Palancar
|
1 as
|
||
CASTILLA
LEON
|
||||
Burgos
|
Peñalba Castro
|
Clunia
|
1 as
|
|
Burgos
|
Roa
|
Plaza Mayor (1947)
|
138
|
3
|
Burgos
|
StoDomingo Silos
|
1 as
|
||
León
|
Astorga
|
Astorga
|
2d.1as
|
|
León
|
Villasabariego
|
Lancia
|
1d.1as
|
|
León
|
Peranzanes
|
Castro Chano I
|
17
|
1
|
Palencia
|
Osorno
|
Osorno
|
1
|
|
Palencia
|
Palencia
|
Cerro de la Miranda (1947)
|
12
|
1
|
Palencia
|
Palenzuela
|
Altozano de San Martín (1945)
|
2636
|
106+2as
|
Palencia
|
Palencia
|
Obras Convento Filipenses (1956)
|
42
|
1
|
Salamanca
|
Salamanca
|
Obras catedral c/Libreros(1973)
|
32
|
2
|
Soria
|
Burgo de Osma
|
Uxama
|
5d.1as
|
|
Soria
|
Garray
|
Numancia-Campto.Peña Redonda
|
5 ases
|
|
Soria
|
Garray
|
Numancia-Campto.Valdevorrón
|
9 ases
|
|
Soria
|
Renieblas
|
Numancia-Campto.Renieblas
|
1 as
|
|
Soria
|
Retortillo
|
Inmediaciones de Ermita
|
X
|
X
|
Soria
|
Soria
|
Camino de los Ruyales
|
1d.1as
|
|
Valladolid
|
Padilla dDuero
|
Poblado de las Quintanas (1968)
|
150
|
3
|
Valladolid
|
Padilla dDuero
|
Poblado de las Quintanas (1984)
|
17
|
3
|
Soria
|
Soria
|
Camino de los Royales
|
1
|
|
Zamora
|
Arrabalde
|
Castro de las Labradas (1980)
|
19
|
2
|
CATALUÑA
|
||||
Barcelona
|
Badalona
|
1 as
|
||
Gerona
|
Llivia
|
Inmediaciones iglesia
|
1 as
|
|
EXTREMADURA-Caceres
|
Botija (Caceres)
|
Castro Villasviejas de Tamuja
|
Muchas
|
1 as
|
LA
RIOJA
|
||||
La Rioja
|
Calahorra
|
Calagurris-La Clínica (1983)
|
2 ases
|
|
La Rioja
|
Inestrillas
|
Contrebia Leukade (antes 1942)
|
1 as
|
|
La Rioja
|
Nájera
|
Plantación Forestal (1993)
|
219
|
6
|
NAVARRA
|
||||
Navarra
|
Echauri
|
Termino de Echauri
|
1 as
|
|
Navarra
|
Fitero
|
Ormiñen
|
4 ases
|
|
Navarra
|
Viana
|
La Custodia
|
Muchas
|
1d.2as
|
Navarra
|
Sangüesa
|
El Sasillo (Finales s.XX)
|
41
|
41
|
Navarra
|
Santacara
|
Cara
|
4 ases
|
|
PAIS
VASCO
|
||||
Vizcaya
|
Larrabetzu
|
Monte Lejarza (1777)
|
148
|
1
|
EUROPA
|
||||
Francia
|
Barcus
|
Granja de la casa Ezpilla
|
1800
|
33
|
Portugal
|
Fundäo
|
Alcaide
|
¿?
|
1
|
Tras esta recopilación de
hallazgos conteniendo monedas de la ceca en cuestión y analizando el mapa que
la dispersión monetaria refleja (Figs. 3-5), puede verse que -como se venía
señalando tradicionalmente (177) pero ahora más evidencias- la mayor
concentración de numerario de arsaos se produce en la zona Norte
peninsular, correspondiente a los actuales territorios de Navarra, Aragón, el
área oriental de Castilla-León -en torno a Soria- y muy discretamente también
La Rioja. Dicha dispersión cuenta con un eje fundamental, el río Ebro, de
demostrada actividad comercial en la época y, más hacia el Oeste, con un
segundo eje fundamental en la movilidad del numerario como fue el Duero. Aunque
hacia occidente la dispersión del numerario -si descontamos el importantísimo
hallazgo de Palenzuela - es menor, sin duda el Duero jugó en ello un papel
fundamental. Además, dichos territorios, como es sabido, fueron testigos de
ininterrumpidas guerras -principalmente celtibéricas y sertorianas, sobre las
que huelga abundar aquí en más detalles- en las que la moneda pudo servir
perfectamente, como medio de pago a las tropas. Por su parte, la, por otra
parte, muchísimo menor -y casi residual- circulación de piezas de arsaos constatada
en el Sur peninsular debería ponerse en relación con la intensa actividad
minera de la zona y con un supuesto desplazamiento migratorio de gentes que
recalaran en dicha área (178). Todo ello, por tanto, subraya los patrones ya
conocidos para la dispersión -eminentemente septentrional- de las piezas del
taller aquí estudiado y refuerza, si cabe, algunos de los planteamientos que
haremos en las próximas páginas respecto del carácter y ubicación de la ceca.
5.PROPUESTA DE UBICACIÓN
Una vez recopilado todo el
material disponible respecto de la ceca que centra estas páginas, es éste lugar
para detenernos -siquiera someramente- sobre la cuestión de la posible
ubicación del taller propietario del cuño con rótulo arsaos que venimos
estudiando. Precisamente ésta ha sido una cuestión que ha ocupado la atención
del único estudio monográfico sobre la ceca publicado hasta la fecha y ya antes
citado, el de G. Fatás (179).
Al margen de reducciones
totalmente arriesgadas y sin fundamento alguno como la de A. Delgado -que, como
anotamos, buscó nuestra ceca por el área castellana a partir de una falsa
etimología arsaos=arx (180) - hay una primera evidencia que no
debe ser desdeñada y de la que ya llamaron la atención en su día tanto E.
Hübner, como J. Untermann o L. Villaronga y es la vinculación de esta ceca al
ámbito vascón, a la regio Pompaelonensis, como la denominó el primero de
ellos y su circulación, circunscrita, como se habrá visto, a una amplia banda
más o menos coincidente con los valles del Ebro y Duero, fundamentalmente. Esa
vinculación -que se sustenta sobre criterios tipológicos que nos parecen
sólidos y sobre los que se vuelve en otro capítulo de este volumen- es, de
hecho, y como ha habrá quedado claro, la que justifica la atención prestada a arsaos
en este trabajo consagrado al estudio de los Vascones antiguos.
Partiendo de esta premisa -que
nos parece suficientemente consolidada- ha de ser en el territorio de esta
antigua etnia, en el que deba buscarse el solar de la ceca que nos ocupa sin
desdeñar la posibilidad -ya planteada en otras cecas vasconas- de posibles
talleres móviles (181), opción muy a tener en cuenta tras el denario híbrido ya
antes descrito (Fig. 1) y a la espera, desde luego, de que el ritmo de nuevos hallazgos
sancione o deseche la hipótesis que aquí planteamos. Tradicionalmente, la
cuestión tipológica y la presencia de notables conjuntos y tesorillos con
moneda de arsaos en el entorno del área vascona han sido los dos
argumentos fundamentales sobre los que se han sustentado las propuestas de
reducción más solventes. G. Fatás, sin embargo, añadió un tercer elemento en la
ecuación que nos parece no debe ser pasado por alto y es el de la constatación
en la localidad zaragozana de Sofuentes, -en una inscripción de época
alto-imperial reutilizada en el dintel de puerta de una vivienda de la
localidad (AE, 1977, 476: Fig. 6)- de un individuo que hace constar su origo
como Arsitanus y que no parece deba relacionarse con la ibérica Arse
en tanto que ya en época temprana, los habitantes de dicha comunidad se
denominan a sí mismos como Saguntini (182).
Fig. 6. AE,
1977, 476 de Sofuentes (Zaragoza), con mención de un Arsitanus
A nuestro juicio, este dato
cobra un relieve especial si tenemos en cuenta un elemento aportado más arriba
al hilo de la cuestión de la circulación. Se trata del hallazgo -en el
transcurso de labores agrícolas y en los últimos diez años- en el área de El
Sasillo -en Sangüesa (Navarra)- de un tesorillo -ya disperso en el mercado de
Antigüedades- de, al menos, cuarenta y un denarios de arsaos, flor de
cuño muchos de ellos y en un conjunto carente de pieza alguna procedente de
otra ceca (Fig. 2).
Tal concentración de moneda sin desgaste invita a seguir
buscando por la zona de las Altas Cinco Villas de Aragón/comarca de Sangüesa el
taller de la ceca. Esta hipótesis encuentra, además refrendo en varias
realidades históricas y arqueológicas que, a nuestro juicio, no deben ser
pasadas por alto y en las que, quizás, hasta la fecha, no se había detenido
suficientemente la investigación. Por un lado, no debe olvidarse que la zona en
cuestión -como documentan asentamientos de tipo campamental como el de Los
Cascajos (183) o, especialmente, la noticia del asedio de la Suessetana Corbio
por Aulo Terencio en el 184 a. C. (184), comunidad tradicionalmente buscada
en las Altas Cinco Villas- fue neurálgica en los inicios de la conquista por
parte de Roma, tesitura ésta que debió, desde luego, tener mucho que ver -como
es sabido- con la puesta en marcha de los talleres de acuñación (185). En
segundo lugar, los bien documentados trabajos de J. Armendáriz (186) y de J. C.
Labeaga1 (87) arrojan una notable concentración de poblados del Hierro II en la
zona comprendida entre el Gállego, el Aragón y el Onsella que bien pudieron
custodiar el cuño de arsaos.
Más aun, y si asumimos la
ecuación arsaos/Arsitanus -en referencia a la citada inscripción
de Sofuentes- es evidente que la ceca en cuestión debió tener cierta vida -tanto
como taller de acuñación, como en su calidad de ciudad- en época imperial
romana dado que la mención de origo deja pocas márgenes a la
improvisación étnica y trasluce, como es sabido, una realidad de tipo netamente
jurídico (188). Es por ello que los hallazgos arqueológicos de época romana en
la zona también deben ser tomados en cuenta a la hora de alimentar la propuesta
de reducción que aquí ofrecemos.
En ese sentido, y si puede
descartarse Sofuentes en tanto que la mención de origo parece más lógico
que se haga lejos del lugar al que remite, tal vez el enclave de Campo Real -entre
los términos municipales de las actuales Sos del Rey Católico y Sangüesa, donde
ya la fotografía aérea estudiada por A. Marcos Pous y A. Castiella (189) en los
años setenta y recientes trabajos realizados por un equipo de la UNED (190) han
llamado la atención de la más que posible existencia de una ciudad, con una
trama urbana ortogonal demasiado próxima al lugar del hallazgo del tesorillo
arriba referido- ofrezca las condiciones mejores para pensar en la existencia
de una ciudad antigua -indígena pero luego plenamente romanizada- que bien pudo
albergar los cuños de arsaos. Así, entre el área de Campo Real y la de
El Sasillo -partida de la que procede el tesorillo arriba anotado- apenas
median 2,5 kilómetros de distancia en línea recta. Además, se tiene noticia -debidamente
documentada por el reciente trabajo ya citado firmado por J. Andreu, J.
Armendáriz, P. Ozcáriz, M. García-Barberena y Á. A. Jordán (191)- del hallazgo
en los años treinta de un notable e indeterminado lote de monedas -hispano-latinas
e indígenas- en la zona de Campo Real, lote del que, lamentablemente, se
desconoce su composición y que ha de darse, pues, por perdido y para el que no
sería aventurado pensar en alguna pieza de arsaos. Todo ello permite
apuntar -si cabe con más intensidad- a la zona arriba referida como posible
ubicación del taller monetal que hemos estudiado monográficamente hasta aquí.
Somos conscientes de que se trata, sencillamente, de una hipótesis de trabajo
que, aunque nos parece refrendada por la información arqueológica, epigráfica
y, desde luego, también numismática, sólo los avances en la investigación en
cada uno de dichos campos -deseables, desde luego, para el yacimiento de Campo
Real- podrán esclarecer en su justa medida.
Fig.3 Mapa de hallazgos con numerarios de arsaos
Notas: (y bibliografía)
1 Mª J. PERÉX, Los
Vascones (El poblamiento en época romana), Pamplona 1986, con las
matizaciones trazadas al respecto por J. ANDREU, Ciudad y territorio en el
solar de los Vascones en época romana, en: J. ANDREU (ed.), Navarra en la
Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona 2006, 224-227; por Á. A.
JORDÁN, La expansión vascónica en época republicana: reflexiones en torno a los
límites geográficos de los Vascones, en: J. ANDREU, (ed.), Navarra en...,
81-110; y, recientemente, por E. CANTÓN, Sobre la expansión vascona en las
fuentes literarias, Veleia 22, 2005, 129-141.
2 Puede verse el clásico
planteamiento de G. FATÁS, Aproximación al estudio de la expansión vascona en
los siglos II y I antes de Cristo, ED 20, 1972, 383-390, después resumida
por Mª J. PERÉX, Los Vascones..., 63 y con un planteamiento crítico en
Á. A. JORDÁN, La expansión vascónica…, 109; E. CANTÓN, Sobre la expansión…,
140-141 y, muy recientemnte, en J. ANDREU y A. A. JORDÁN, Reflexiones en torno
a las fuentes literarias sobre los Vascones en la Antigüedad, Lucentum 26,
2007, 233-252 al margen de en algunas de las contribuciones de este volumen.
3 J. UNTERMANN, Monumenta
Linguarum Hispanicarum I. Die Münzlegenden, Wiesbaden 1975, A. 37 (arsaos),
A. 36 (arsakos), A. 38 (ba(r)skunes), A. 39 (bentian), A.
60 (olkairun), A. 42 (ontikes), A. 45 (tirsos), A. 46 (umanbaate);
A. DOMÍNGUEZ, Las cecas ibéricas del valle del Ebro, Zaragoza 1979,
59-67 (arsaos), 56-59 (arsakos), 67-75 (ba(r)skunes),
82-86 (bentian); L. VILLARONGA, Corpus Nummum Hispaniae Ante Augusti
Aetate, Madrid 1994, 252-255 (arsaos), 256-257 (arsakos),
249-252 (ba(r)skunes), 257-258 (bentian), 260 (olkairun),
261 (ontikes), 262 (tirsos), 261 (umanbaate); Mª P.
GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de Cecas y Pueblos Hispánicos. II,
Madrid 2001, 34-37 (arsaos), 33-34 (arsakos), 55-57 (ba(r)skunes),
60-61 (bentian), 297-298 (olkairun), 300 (ontikes),
366-367 (tirsos), 387 (umanbaate); P. OTERO, La moneda en
Navarra, Pamplona 2001, 35-36 (arsaos), 37 (arsakos), 34-35 (ba(r)skunes),
36-37 (bentian), 39 (olkairun), 38 (ontikes, tirsos y
umanbaate); J. VELAZA, Crónica de Epigrafía antigua de Navarra (II), en:
J. ANDREU (ed.), Navarra en…, 50-53 (arsaos, arsakos, ba(r)skunes,
bentian, olkairun, ontikes, tirsos y umanbaate).
No incluimos aquí la ceca kueliokos, encuadrada en el Alto Ebro por
varios autores (L. VILLARONGA, Corpus Nummum…, 259 y Mª P.
GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 259), pues creemos
debe buscarse mejor en Cervera del Río Alhama, que, como es sabido, no forma
parte del territorio vascón pero que, sin embargo, desde el punto de vista
tipológico e iconográfico, como ya apuntó F. BURILLO, Celtiberia: Monedas,
Ciudades y Territorio, en: La moneda Hispánica. Ciudad y Territorio,
Madrid 1995, 170, puede considerarse entre las denominadas “cecas vasconas”,
como, de hecho, anotó en su día el propio L. VILLARONGA, Corpus Nummum…,
248. Para un estudio monográfico de estas cecas puede verse, en este mismo
volumen, la contribución de C. Blázquez (pp. ¿?-¿?).
4 J. UNTERMANN, Monumenta
Linguarum…, A. 16 (alaun), A. 41 (iaka), A. 43 (segia);
A. DOMÍNGUEZ, Las ceca ibéricas…, 52-55 (alaun), 135-138 (iaka)
y 157-164 (segia); L. VILLARONGA, Corpus Nummum…, 221 (alaun),
215 (iaka) y 215-217 (segia); Mª P. GARCÍABELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario
de cecas..., 23-24 (alaun), 169 (taka) y 346-347 (segia)
respectivamente.
5 F. VILLAR y B. M. PRÓSPER,
Vascos, Celtas e indoeuropeos. Genes y lenguas, Salamanca 2005, 487-488.
6 D. SESTINI, Descrizione
delle medaglie ispane appartenenti alla Lusitania, alla Betica e alla
Tarragonese, che si conservano nel Museo Hedervariano, Firenze 1818,
112-113; A. BOUDARD, Essai sur le numismatique ibérienne, précedé de
recherches sur l´alphabet et la langue des Iberès, París 1859, 177; A.
HEISS, Descripción generale des Monnaies anticues de l´ referirse Espagne,
París 1870, 248-249; A. DELGADO, Nuevo método de clasificación de las
medallas autónomas de España, Sevilla 1876, 24-28; J. ZÓBEL, Estudio
histórico de la moneda antigua española. II, Madrid 1878-1880, 66; J.
UNTERMANN, Monumenta Linguarum…, 239-241; G. FATÁS, Para la localización
de la ceca de Arsaos, Numisma 138-143, 1976, 85-89; J. Á.
ASENSIO, La ciudad en el mundo prerromano en Aragón, Zaragoza 1995,
123-124.
7 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 256-257 (arsakos), 249-252 (ba(r)skunes), 257-258 (bentian),
260 (olkairun), 261 (ontikes), 262 (tirsos), y 261 (umanbaate);
Mª P. GARCÍABELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de Cecas…, 33-34 (arsakos),
55-57 (ba(r)skunes), 60- 61 (bentian), 297-298 (olkairun),
300 (ontikes), 366-367 (tirsos) y 387 (umanbaate); P.
OTERO, La Moneda…, 37 (arsakos), 34-35 (ba(r)skunes),
36-37 (bentian), 39 (olkairun), 38 (ontikes, tirsos y
umanbaate respectivamente).
8 G. FATÁS, Para la localización…,
85-89.
9 F. DE OCAMPO, Crónica
general de España, Zamora-Medina del Campo 1543-1533.
10 D. COVARRUBIAS Y LEIVA, Veterum
collatio numismatum cum his, quae modo expenduntur publica et regia authoritate
percusa, Salamanca 1556.
11 A. AGUSTÍN, Diálogo de
Medallas, Inscripciones y otras antigüedades, Tarragona 1578. El avance
fundamental que encontramos en la obra de este autor es la interpretación de
esas leyendas como los topónimos de las cecas y su intento de vincular esos
topónimos con los pueblos citados por Plinio, aspecto éste que, lógicamente, ha
orientado la investigación de forma evident.
12 Véase al respecto el
artículo de D. H. DARST, La bibliografía numismática de D. Antonio Agustín, Numisma
192-203, 1985-1896, 73-79.
13 V. IVÁN DE LASTANOSA, Museo
de las medallas desconocidas españolas, Huesca 1645, 34- 46 (con
ilustraciones, obra del Reverendo Padre Paulo Albiniano de Rajas y de Don Juan
Francisco Andrés de Ustárroz) y 95-97 (con descripción de las piezas).
14 F. PÉREZ BAYER, Del
alfabeto y lengua de los fenicios y sus colonias, Madrid 1772.
15 D. SESTINI, Descrizione
delle medaglie…, 112-113 y tabla nº IV, nºs15 y 16.
16 F. DE SAULCY, Essai de
classification des monnaies autonomes de l´Espagne, Metz 1840, 72-75.
17 J. GAILLARD, Description
des monnaies espagnoles et des monnayes etrangeres qui ent in tours en Espagne,
composant le cabinet monetaire de D. Jose García de la Torre, Madrid 1852,
44 y pl. 3, nº 3.
18 G. D. DE LORICHS, Recherches
numismatiques, concernant principalment les médailles celtibériennes, París
1852, 217 y pl. VII.
19 A. CAMPANER Y FUERTES, Apuntes
para la formación de un catálogo numismático español, Barcelona 1857, 9
(con epígrafe de la ceca) y 93 (con cuadro comparativo de las clasificaciones
previas de Sestini, Saulcy y Boudard).
20 M. CERDÁ DE VILLARESTA, Catálogo
General de Antiguas monedas de España con noticia de sus leyendas, tipos y
pueblos a los que corresponden, Madrid 1858, 49 y 83.
21 A. BOUDARD, Essai sur
le numismatique…, 177.
22 A. HEISS, Descripción
generale…, 248-249, trabajos valorados por E. HÜBNER, Los trabajos
científicos del Excmo. Sr. D. Jacobo Zóbel de Zangroniz, académico electo
(1841- 1846), BRAH 30, 1897, 158-181, conocido trabajo en el que el
sabio alemán efectúa un balance sobre el avance de la investigación en Ciencias
de la Antigüedad en su tiempo y traza una panorámica no sólo sobre las
aportaciones de Heiss sino también de las vertidas desde A. Agustín.
23 G. FATÁS, Para la
localización…, 85-89
24 A. DELGADO, Nuevo método…,
24-28 y lámina XC, nºs 1-12.
25 J. ZÓBEL, Estudio
histórico…, 66.
26 C. PUJOL Y CAMPS,
Numismática de la España Citerior. Catálogo de las monedas no publicadas en la
obra Nuevo método y clasificación de las monedas autónomas de España de D.
Antonio Delgado, Revista de Ciencias Históricas 2, 1881, 539-564.
27 A. CAMPANER Y FUERTES, Indicador
manual de la numismática española, Palma de Mallorca 1891.
28 A. CAMPANER Y FUERTES, Apuntes
para la formación de un catálogo numismático español, Barcelona 1857.
29 A. CAMPANER Y FUERTES, Indicador
manual…, 46-54 (donde encontramos una descripción de las monedas de arsaos)
y 64 (donde figura el cuadro comparativo de clasificaciones propuesto por
Heiss, Delgado y Zóbel).
30 E. HÜBNER, Monumenta
Linguae Ibericae, Berlín 1893, 55-57, nº 52.
31 A. VIVES, La moneda
hispánica I, Reus 1925, 111-114. Los grandes fondos numismáticos (Museo
Arqueológico Nacional, Instituto Valencia de Don Juan) y colecciones de monedas
de los que dispuso, amén del estudio exhaustivo que llevo a cabo y la
ordenación monetaria -casi un millar y medio de piezas- que posteriormente
plasmó en esta obra, hicieron que las necesidades del coleccionista y
numismático de la época quedasen cubiertas perfectamente en esta obra.
32 A. VIVES, La Moneda…,
VII.
33 A. VIVES, La Moneda…
II, Lám. XLVII.
34 F. G. HILL, Notes on the ancient coinage of
Hispania Citerior, New York 1931, 153-155.
35 Obviamos recoger aquí el
listado -sobradamente conocido- de las actualizaciones de hallazgos llevadas a
cabo por F. Mateu y Llopis en importantes órganos como Ampurias, Numario
Hispánico o Numisma. Para aquéllas de sus recopilaciones que sí
aportaron nuevos datos al conocimiento de la circulación de la ceca de arsaos
-y que él recogió- remitimos a la bibliografía que oportunamente se citará
en las notas a pie de página del apartado de “Hallazgos y Circulación” (ver
notas 125, 146, 160, 164 y 166-168).
36 F.MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios, Ampurias 6, 1944, 220.
37 P. BELTRÁN VILLAGRASA, Obra
completa. I. La Antigüedad, Zaragoza 1953, 31-32.
38 J. DE YRIARTE,
Aportaciones a la moneda Hispana, Numario Hispánico 3, 1953, 14.
39 O. GIL FARRÉS, La
moneda hispánica en la edad antigua, Madrid 1966, 159-230.
40 R.MARTÍN VALLS, La
circulación monetaria ibérica, Valladolid 1967, 26 y 160, mapa II.
41 J. Mª DE NAVASCUÉS, Las
Monedas Hispánicas del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. I, Barcelona
1969-1971, 50-51.
42 A. M. GUADÁN, Numismática
ibérica e ibero-romana, Madrid 1969, 204 y lámina 42.
43 J. UNTERMANN, Monumenta
Linguarum..., 239-241. Estos Monumenta, se componen de 4 volúmenes
que se terminan de publicar en 1990, propiciados por la siguiente obra
publicada anteriormente por el propio J. UNTERMANN, Zur gruppierung del
hispanischen reitermünzen mit legenden in iberischer schrift, Madrid, 1964.
44 G. FATÁS, Para la
localización…, 85-89.
45 G. FATÁS, Para la
localización…, 87.
46 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas…, 59-67.
47 A. M. GUADÁN, La
moneda ibérica, Madrid 1980, 166-167 y 308.
48 F. ÁLVAREZ BURGOS, Catálogo
general de la moneda hispánica. Desde sus orígenes hasta el siglo V, Madrid
1982, 36-37, obra que hoy en día, se sigue empleando como referencia de
clasificación monetaria numismática. Próximamente verá la luz una reedición
actualizada, según datos facilitados por Vico & Segarra, responsables de la
edición anterior.
49 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 252-255. Una aportación nueva de Villaronga, no vista hasta la
fecha, es la asignación de un grado de rareza a cada acuñación, enfocado
principalmente al mundo numismático y siendo considerada a día de hoy, obra de
primera referencia en la catalogación monetaria en el período que describe,
aportando -como es sabido- un preciado anexo para cada moneda descrita.
50 L. VILLARONGA, Denarios
y quinarios ibéricos. Estudio y catalogación, Barcelona 1995.
51 E. COLLANTES, Historia
de las cecas de Hispania antigua, Madrid 1987, 61-62.
52 M. RUIZ TRAPERO, Las
Monedas Hispánicas del Instituto de Valencia Don Juan, Madrid 2000,
143-147. Con este trabajo, y tras el citado de J. Mª DE NAVASCUÉS, Las
Monedas Hispánicas…, ve la luz, una de las colecciones privadas de Moneda
Hispánica más importantes de España.
53 P. P. RIPOLLÉS y J. M.
ABASCAL, Real Academia de la Historia. Catálogo del Gabinete de
Antigüedades. Monedas Hispánicas, Madrid 2000.
54 Se trata de la conocida
web www.denarios.org, donde se recogen imágenes de denarios
republicanos, romanos e ibéricos de la mayoría de las cecas de la Hispania
Antigua. Lugar destinado al numismático y al coleccionista, cuenta con artículos
del tema en cuestión y ofrece, además, un foro de discusión especializado en
moneda antigua.
55 Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 34-36.
56 P. P. RIPOLLÉS, Monedas
hispánicas de la Bibliothèque Nacionales de France, Madrid 2005, 178-180.
57 A. VIVES, La Moneda
Hispánica…, 144 y L. VILLARONGA, Corpus Nummum…, 252-255. La última
y más reciente referencia bibliográfica sobre arsaos la encontramos en
M. SALINAS DE FRÍAS, “arsaos”, en: J. M. ROLDÁN, (dir.): Diccionario Akal de
la Antigüedad Hispana, Madrid 2004, 99, donde, básicamente, sigue el ya
referido trabajo de G. Fatás.
58 M. ALMAGRO-GORBEA,
Iconografía numismática Hispánica: jinete y cabeza varonil, en: Mª P.
GARCÍA-BELLIDO y R. M. S. CENTENO (eds.), La Moneda Hispánica, ciudad y
territorio [Anejos AEspA XIV], Madrid 1995, 53-56.
59 A. M. GUADÁN, Numismática
ibérica e ibero-romana, Madrid 1969, 204.
60 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 252.
61 Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 34.
62 Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 34-35; L. VILLARONGA, Las emisiones
monetarias con el tipo de cabeza vascona, en: Studia paleohispanica et
indogermanica J. Vntermann ab amicis hispanicis oblata, Barcelona 1993, 297
y 304.
63 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 252-253 y Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de
cecas…, 35.
64 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 253 y Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…,
35.
65 P. BELTRÁN VILLAGRASA, Obra
completa…, 64, así como la contribución de J. Velaza y F. Beltrán Lloris a
este mismo volumen y J. FERRER I JANE, Sistemas de marques de valor léxiques en
monedes ibériques, Acta Numismática 37, 2007, 69.
66 De ella se conocen
contadísimos ejemplares, lo que ya desde tiempo atrás ha inducido a errores.
Véase, al respecto, J. ALMIRALL, Sobre una nueva leyenda monetal ibérica, Gaceta
Numismática 8, 1968, 17-19.
67 Opiniones diversas
figuran sobre la interpretación de estos símbolos desde el punto de vista
religioso o como simples marcas de valor. Véase, por ejemplo: F. CHAVES y M. C.
CEBALLOS, El elemento religioso en la amonedación hispánica antigua, en: Congreso
Internacional de Numismática, Lovain-La-Neuve-Luxembourg 1982, 657-671.
68 L. VILLARONGA, Corpus
Nummum…, 255, nº 21.
69 L. VILLARONGA, Denarios
y quinarios ibéricos. Estudio y catalogación, Barcelona 1995, 101-103.
70 J. GAILLARD, Description
des monnaies…, 44, nº 677.
71 J. Mª DE NAVASCUÉS, El
jinete lancero. Ensayo sobre el dinero de la época sertoriana, Numario
Hispánico 4-8,1955, 260.
72 Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 79-80.
73 M. CERDÁ DE VILLARESTA, Catálogo
general…, 49; A. VIVES, La Moneda…, 112; O. GIL FARRÉS, La Moneda
Hispánica…, 183; F. ÁLVAREZ BURGOS, Catálogo general…, 36-37; L.
VILLARONGA, Corpus Nummum…, 252-255; y Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas… II, 34.
74 F. QUESADA, Arma y
símbolo: la falcata ibérica, Alicante 1992.
75 Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C.
BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 34.
76 A. M. DE GUADÁN, Las
armas en la moneda ibérica, Madrid 1979, 76; L. VILLARONGA, Denarios y
quinarios…, 20; y F. QUESADA, El armamento ibérico, Montagnac 1997,
665.
77 A. J. LORRIO, El
armamento de los celtíberos a través de la iconografía monetal, en: Mª P.
GARCÍA-BELLIDO y R. M. S. CENTENO, (eds.), La Moneda Hispánica…, 77 y F.
QUESADA, El armamento…, 665.
78 A. M. DE GUADÁN, Las
armas en…, 76-77.
79 A. J. LORRIO, El
armamento de…, 78.
80 J. UNTERMANN, Monumenta
Linguarum…, 121; A. DOMÍNGUEZ, Las cecas ibéricas…, 61 y L.
VILLARONGA, Corpus Nummum…, 252.
81 Agradecemos a todos los
coleccionistas particulares la disponibilidad mostrada para la consulta de sus
colecciones y especialmente al insigne Dr. D. Leandre Villaronga, las
facilidades dadas para el acceso a la consulta de su base de datos
correspondiente a la ceca que estamos tratando.
82 P. P. RIPOLLÉS, Una
aproximación a las reacuñaciones en la Península Ibérica durante la antigüedad,
en: Mª P. GARCÍA-BELLIDO y R. M. S. CENTENO (eds.), La Moneda Hispánica…,
289-296.
83 J. Mª VIGO, Los resellos
de las monedas antiguas de Hispania, Numisma 5, 1952, 33-40; A. M. DE
GUADÁN, Tipología de las contramarcas en la numismática íbero-romana,
Madrid 1960; A. DOMÍNGUEZ, Marcas y contramarcas en monedas ibéricas, Numisma
10, 1978, 135- 139; Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Las monedas
celtibéricas y sus contramarcas en el Instituto Valencia de Don Juan, Acta
Numismática 17-18, 1987-1988, 59-88; C. ALFARO et alii, Historia
monetaria de Hispania antigua, Madrid 1998, 219-220; y C. BLÁZQUEZ, Circulación
monetaria en el área occidental de la Península Ibérica. La moneda en torno al
“Camino de la Plata”, Montagnac 2002, 295-304.
84 Este ejemplar ha sido
consultado y fotografiado a partir de la base de datos que Leandre Villaronga tuvo
a bien poner a nuestra entera disposición.
85 C. BLÁZQUEZ,
Consideraciones sobre los hallazgos de monedas partidas en la Península
Ibérica, en: Mª P. GARCÍA-BELLIDO y R. M. S. CENTENO (eds.), La Moneda
Hispánica…, 297- 304 y C. BLÁZQUEZ, Circulación monetaria…, 304-310.
Las monedas partidas de la ceca de arsaos que hemos tenido la
posibilidad de ver y estudiar en colecciones particulares, entendemos que
surgen por roturas de cospel accidentales y no intencionadas. De esta manera y
hasta una nueva aportación de materiales, no las incluiremos en este texto, no
queriendo decir con ello que no pudieran haber circulado, en algún momento,
como divisores.
86 Subasta Numismática
Aúreo, Febrero 2002, lote 123.
87 L. VILLARONGA, Denario
forrado híbrido, testimonio para el origen del denario ibérico de Sesars, en: Estudios
en homenaje al Dr. Antonio Beltrán, Zaragoza 1986, 859-861. Se trata de un
denario forrado e híbrido, presentando en anverso la cabeza de Roma de los
denarios romanos y en reverso, jinete con tipología y leyenda de Sesars.
88 Mª P. GARCÍA-BELLIDO,
Problemas técnicos de la fabricación de moneda en la antigüedad, Numisma 174-176,
1982, 28-29.
89 G. FATÁS, Para la
localización…, 85-89.
90 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas..., 348; P. P. RIPOLLÉS, Circulación…, Madrid 1982,
61; J. J. CEPEDA, Moneda y circulación monetaria en el País Vasco durante la
antigüedad (siglos II a..C.-V d.C), Bilbao 1990, 37; L. VILLARONGA, Tresors
monetaris de la península ibérica anteriors a august: repertori i análisi,
Barcelona 1993, 39; F. CHAVES, Los Tesoros en el Sur de Hispania: Conjunto
de denarios y objetos de plata durante los siglos II y I a. C., Sevilla
1996, 61; y, muy especialmente, Mª P. GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario
de cecas…, 34-36; y C. BLÁZQUEZ, Circulación monetaria…, 262.
91 L. VILLARONGA, El
tesorillo de Carisia, en: Actas del III Congreso Nacional de Numismática,
Lisboa 1985, 569-583.
92 F. CHAVES, Los Tesoros
en..., 61, nº 4.
93 S. DE LOS SANTOS, El
tesoro celtíbero romano de los Almadenes de Pozoblanco, Boletín de la Real
Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba 21, 1928,
29-60.
94 A. DOMÍNGUEZ, Las cecas
ibéricas…, 257-258, nº 4 que, como se ha dicho, recoge las rectificaciones de
M. GÓMEZ MORENO, Notas sobre numismática hispánica, en: Misceláneas.
Historia, Arte y Arqueología. I, Madrid 1949, 182 y A. M. GUADÁN, Numismática
ibérica e ibero-romana. Madrid 1969, 96 a la noticia inicial de S. DE LOS
SANTOS, El tesoro celtíbero…, 29-60.
95 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris..., 55, nº 128.
96 F. CHAVES, Los Tesoros
en..., 105-119, nº 8.
97 J. CABRÉ, El tesoro de
Salvacañete, AEspA 12, 1936, 151-159.
98 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas..., 261, nº 10.
99 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris de..., 39, nº 51.
100 F. CHAVES, Los Tesoros...,
362, nº 28.
101 J. ZÓBEL, Memorial
numismático español 4, Madrid 1878, 277 ss.
102 V. L. HILDBURG, A find of Ibero-Roman silver at
Cordoba, Archaelogy 72, 1922, 161-184.
103 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas..., 268-269, nº 30.
104 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris…, 40-41, nº 55.
105 M. GÓMEZ MORENO, Notas
sobre numismática…, 182.
106 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas..., 268 y L. VILLARONGA, Tresors monetaris…, 42, nº
62 y 45, nº 78; F. CHAVES, Los Tesoros en..., 364, nº 30.
107 MARQUÉS DE LA AULA, Discurso
del Marqués de la Aula sobre el vaso y Medallas que se hallaron en Cazlona, año
1618, Manuscrito nº 6392 de la Biblioteca Nacional de Madrid, S 41 fol. 42
a fol. 54.
108 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas..., 275, nº 43; L. VILLARONGA, Tresors monetaris…,
43, nº 67 y F. CHAVES, Los Tesoros..., 130, nº 11.
109 A. BELTRÁN MARTÍNEZ, El
tesorillo de denarios ibéricos de Alagón (Zaragoza), Numisma 120-131,
1973, 201-214.
110 Agradecemos a D. Miguel
Beltrán Lloris, Director del Museo de Zaragoza y a D. Juan Paz, Conservador del
Museo, la información prestada y las facilidades que nos dieron para el estudio
de las piezas allí depositadas.
111 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris…, 50, nº 99.
112 M. GÓMEZ MORENO, Notas
sobre numismática…, 175-186.
113 C. MILLÁN, Tesorillo de
denarios celtibéricos hallado en Borja, en: Congrès Internacional de
Numismatique, París 1953, 433-442; y A. DOMÍNGUEZ, Las cecas ibéricas…,
263, nº 13.
114 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris…, 50, nº 102.
115 I. RODRÍGUEZ CASANOVA,
Noticia de un tesorillo de denarios celtibéricos descubierto en Tarazona de
Aragón (Zaragoza) en 1828, Numisma 250, 2006, 279-294.
116 A. Mª CANTO, Sobre
hallazgos de denarios en Almadenejos, Oretum 3, 1987, 293-317.
117 F. CHAVES, Los
Tesoros..., 344, nº 26.
118 J. L.MONTEVERDE, El
tesorillo ibérico de Roa, AEspA 22, 1947, 61-68.
119 A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibericas..., 264, nº 16 y 273, nº 37 Cita y describe estos dos
tesorillos con el nombre de Burgos y Roa respectivamente a pesar de ser ambos el
mismo. Ver también L. VILLARONGA, Tresors Monetaris…, 52, nº 11 y Mª P.
GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 165, nº 23, donde
es citado como Roa II.
120 P. ALEGRE y J. CELIS,
Dos tesorillos de denarios ibéricos del Castro de Chano, provincia de León, en:
VIII Congreso Nacional de Numismática (Aviles 1992), Madrid 1994,
189-210
121 M. ALMAGRO BASCH, Joyas
del depósito del Cerro de la Miranda de Palencia, Memorias de los Museos
Provinciales 16-18, 1960, 33-49.
122 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris…, 51, nº 104, que describe noticias de diferentes autores que
hacen referencia al tesorillo, sin acuerdo, nuevamente, en la composición del
mismo.
123 J. M. NAVASCUÉS, Las
Monedas Hispánicas…, 39 y 59.
124 M. L. FERNÁNDEZ NOGUERA,
Hallazgo de Palenzuela, Memorias de los Museos Provinciales 6, 1945,
90-93.
125 Por ejemplo, F. MATEU Y
LLOPIS, Hallazgos monetarios IV, Ampurias 7-8, 1945-1946, 260; J. L.
MONTEVERDE, Notas sobre el tesorillo de Palenzuela, AEspA 20, 1947,
61-66; M. GÓMEZ-MORENO, Notas sobre numismática…, 183; A. DOMÍNGUEZ, Las
cecas ibéricas…, 270-272, nº 33; O. GIL FARRÉS, La moneda hispánica en
la Edad Antigua, Madrid 1966, 166; R. MARTÍN VALLS, La circulación
monetaria…, 167; L. VILLARONGA, Tresors monetaris…, 49, nº 96; y Mª
P. GARCÍA-BELLIDO y C. BLÁZQUEZ, Diccionario de cecas…, 165.
126 M. GONZALBES, Los
denarios ibéricos del tesoro de las Filipenses (Palencia), BSAA 63,
1997, 279-295, esp. 282 y 283, donde se reproduce el manuscrito que José Manuel
Villegas llevó a cabo en enero de 1957.
127 Mª P. GARCÍA-BELLIDO,
Tesorillo de denarios ibéricos procedentes de Salamanca, Zephyrus 25,
1974, 382-386.
128 L. VILLARONGA, Tresors
monetaris…, 52 nº 110.
129 G. DELIBES et alii,
Tesoros celtibéricos de Padilla de Duero, en: Arqueología Vaccea, Valladolid
1993, 402-412.
130 G. DELIBES et alii,
Tesoros celtibéricos…, 413 y ss.
131 V. SÁNCHEZ DE ARZA, Las
monedas del tesoro de Arrabalde. La Asturias Cismontana, Numisma 186-191,
1984, 51-64, que aunque cita 16 denarios ibéricos, luego describe realmente 15
que son los que aparecen recogidos en otros trabajos por diferentes autores (L.
VILLARONGA, Tresors monetaris…, 58, nº 149).
132 J. A. OCHARÁN, El
tesorillo de Nájera y los denarios de Sekobirikes, en Mª P. GARCÍABELLIDO y R.
M. S. CENTENO (eds.), La Moneda Hispánica…, 215-218.
133 Agradecemos -nuevamente
pero esta vez de modo concreto respecto del tesorillo de El Sasillo- la
disposición de los coleccionistas particulares que conservan monedas de este
conjunto, pues nos han ofrecido las piezas mostradas, para su fotografía y
estudio.
134 J. ZÓBEL, Estudio…,
196.
135 J. J. CEPEDA, Moneda
y circulación…, 37.
136 E. J. LABAYRU, Historia
General del Señorío de Vizcaya, Bilbao 1967, 832-834.
137 J. R. ITURRIZA, Historia
General de Vizcaya y Epítome de las Encartaciones, Bilbao 1977, 106-107.
138 E. TAILLEBOIS, Le trésor
de Barcus. Découverte de 1750 deniers celtibérines en argent, Bulletin de la
Société de Borda, 5, 1880, 243-267.
139 J. BABELON, Le Trésor de
Barcus, Numario Hispánico 6-12, 1957, 157-162.
140 M. DE CASTRO, Dos
tesouros de moedas romanas em Portugal, Conmibriga 2-3, 1960-61, 68, nº
93. 465 TABLA I: TESORILLOS CONTENIENDO PIEZAS DE ARSAOS PROVINCIA
LOCALIDAD YACIMIENTO / FECHA EJEMPLARES ANDALUCÍA Cádiz Bornos Carissa
Aurelia 2 denarios Córdoba Pozoblanco Almadenes de Pozoblanco (1925) Cerro
del Peñón 1denario Córdoba Montoro Azuel-Villa del Río (1874) Dehesa del
Castillo de Azuel 1denario Córdoba Córdoba Marrubiales de Córdoba (1916)
1denario Jaén Torres Torres o Cazlona (1618) Tierra de Torres 1denario Jaén
Villacarrillo Mogón II (1914) Mogón 1denario ARAGÓN Zaragoza Alagón La Codera
26 denarios Zaragoza Borja Borja 10-14 denarios Zaragoza Tarazona Camino de
Bulbuente 8 denarios CASTILLA LA MANCHA Ciudad Real Almadenejos Finca de las
Navas 1 denario CASTILLA LEÓN Burgos Roa Plaza Mayor 3 denarios León Peranzanes
Castro Chano I 1 denario Palencia Palencia Cerro de la Miranda 1 denario
Palencia Palenzuela Altozano de San Martín 106 denarios Palencia Palencia
Palencia. Obras en un edificio 1 denario Salamanca Salamanca Calle Libreros 2
denarios Soria Retortillo Inmediaciones de la Ermita x Valladolid Padilla de
Duero Poblado de las Quintanas 3 denarios Valladolid Padilla de Duero Poblado
de las Quintanas 3 denarios Zamora Arrabalde Castro de las Labradas 2 denarios
LA RIOJA La Rioja Nájera Plantación forestal 6 denarios NAVARRA Navarra
Sangüesa El Sasillo 41 denarios PAÍS VASCO Vizcaya Larrabezua Monte Lejarza 1
denario EUROPA Francia Barcus Granja de la casa Ezpilla 33 denarios Portugal
Alcaide Alcaide 1 denario
141 J. Mª VIDAL, Aportación
a la circulación monetaria de Arcobriga, Aguilar de Anguita y Luzaga, Acta
numismática 11, 1981, 67-76.
142 B. TARACENA, Restos
romanos en La Rioja, AEspA 46, 1942, 26.
143 V. V. A. A., Excavaciones
en Numancia, Madrid 1912, 48-51, y A. SCHULTEN, Numantia. Die
Ergebenisse der Ausgrabungen 1905-1912, Munich 1914-1931.
144 V. V. A. A., Excavaciones…,
48-51.
145 Mª A.MEZQUÍRIZ, La
antigua ciudad de los Carenses, TAN 9, 2006, 150.
146 Según F. MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios IX, Numario Hispánico 6, 1954, 251, nº 718, en esta
Comunidad Autónoma se han recogido numerosas piezas de arsaos aunque no
precisa el número ni la fuente de su noticia.
147 A. DOMÍNGUEZ; F. DE A.
ESCUDERO y C. LASA, El patrimonio numismático del Ayuntamiento de Huesca,
1976, 19 y 27 también citan dos piezas de arsaos después recogidas en A.
DOMÍNGUEZ, Las acuñaciones indígenas y altoimperiales de la Colección Balaguer
de Huesca (España), Anejos de Arqueología Española 20, 1999, 229-238.
148 A. DOMÍNGUEZ y Mª P.
GALINDO, Hallazgos numismáticos en el término de Calatayud, Gaceta
Numismática 74-75, 1984, 6-103.
149 M. BELTRÁN LLORIS, La
ceca de Segia, Numisma 96-101, 1969, 119, nota 6, de nuevo recogidos en
J. Cabello (dir.), ArqEJEAlogía. Ejea de los Caballeros y las Cinco Villas
de la Prehistoria a la Antigüedad Tardía, Zaragoza 2006, ¿?-¿?.
150 M. BELTRÁN LLORIS,
Denarios ibéricos. Vera de Moncayo (La Oruña?), Siglos II-I a. C., en Arqueología
92. Museo de Zaragoza, Zaragoza1992, 140.
151 J. H. FERNÁNDEZ, La
circulación monetaria en Ebusus, Numisma 26, 1976, 54, nº 4. El ejemplar
aquí descrito, se encuentra en el Gabinete Numismático del Museo Arqueológico
de Ibiza.
152 J. Mª GURT, Clunia III. Hallazgos
monetarios. La romanización de la Meseta Norte a través de la circulación
monetaria en la ciudad de Clunia, en: Clunia. Excavaciones Arqueológicas en
España, Madrid 1985, 249, nº 26.
153 L. SAGREDO y D.
PADRALES, Epigrafía y numismática en el Monasterio de Silos, Burgos
1992, 141, nº 1.
154 M. GÓMEZ MORENO, Catálogo
Monumental de León, Madrid 1925, 54.
155 M. LUENGO, Astorga
romana, Noticiario Arqueológico Hispánico V (1956-1961), León 1962, 153.
156 C. BLÁZQUEZ, Circulación
monetaria en Asturica Augusta, en Mª P. GARCÍA.BELLIDO, (coord.) Los
campamentos romanos en Hispania (27 a. C.-192 d. C.). I. El abastecimiento de
moneda, Madrid 2006, 122, fig. 20 y anexo II, nºs 290-291.
157 M. GÓMEZ MORENO, Catálogo
Monumental…, 54.
158 R. MARTÍN VALLS y M. L.
HERREROS, Hallazgos monetarios en la provincia de Palencia: Osorno, Osornillo,
Villabermudo, en: Actas del II Congreso de Historia de Palencia (1989). I,
Palencia 1990, 473, nº 1.
159 R.MARTÍN VALLS, La
circulación monetaria…, 129, nº 12.
160 F.MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios IV, Ampurias 7-8, 1945-1946, 260.
161 C. GARCÍA MERINO,
Monedas inéditas procedenes de Uxama, BSAA 34-35, 1969, 324, nº 3, 4-6.
162 L. SAGREDO, La infuencia
del monetario de tipo vascón sobre la Meseta (s. II-I a. C.), en: Tercer
Congreso General de Historia de Navarra, Pamplona 1994, 13-14.
163 F. ROMERO y M. A.
MARTÍN, Hallazgos monetarios ibéricos e hispanorromanos en Numancia, en: II
Symposium de Arqueología Soriana, Soria 1992, 679.
164 F. MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios VI, Ampurias 13, 1951, 229; J. Mª VIDAL y C. DE LA
CASA, Catálogo de la moneda antigua del Museo numantino de Soria, Acta
Numismática 15, 1985, 79, nº 16. Agradecemos a Marian Arlegui Sánchez,
Conservadora del Museo Numantino, la información y facilidades prestadas, para
el estudio de las piezas allí depositadas.
165 J. Mª VIDAL y C. DE LA
CASA, Catálogo de la …, 82, nº 47.
166 F.MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios IV, Ampurias 7-8, 1944, 259.
167 F.MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios VI, Ampurias 13, 1951, 224.
168 F.MATEU Y LLOPIS,
Hallazgos monetarios VII, Numario Hispánico 1, 1952, 240.
169 S. GARCÍA JIMÉNEZ, Las
monedas del jinete ibérico aparecidas en la provincia de Cáceres, Gaceta
Numismática 94-95, 1989, 139-142 y C. BLÁZQUEZ, Circulación monetaria…,
159- 160.
170 Agradecemos a Rosa
Aurora Luezas, Directora-Conservadora del Museo de Calahorra, la información
prestada sobre un as de la ceca de arsaos, recogido en el monetario del
Museo y perteneciente a la antigua Colección de D. Pedro Gutiérrez Achútegui. A
pesar de que parece proceder de las inmediaciones de Calahorra, no lo citaremos
aquí por no tener la certeza absoluta sobre su exacta procedencia.
171 El ejemplar mencionado,
se encuentra recogido en el monetario del Museo de Logroño. Agradecemos a D.
José Antonio Tirado, conservador del Museo, la información que nos ha
facilitado referente a la pieza.
172 R.MARTÍN VALLS, La
circulación monetaria…, 129 nº 5.
173 La documentación que
aquí se presenta sobre hallazgos de la ceca arsaos en el territorio de
la actual Comunidad Foral de Navarra está necesariamente mediatizada por un
amplio conjunto -de casi hasta 41 monedas de esta ceca- que, tras formar parte
del monetario de la Catedral de Pamplona, pasó al Museo de Navarra sin más
datos sobre la procedencia de las piezas y sin que en el Museo conste noticia
alguna al respecto. Es presumible que, dado que formaron parte de la colección episcopal,
fuesen piezas recogidas, al menos, en la diócesis de Pamplona, tal vez
procedentes del solar de la misma Pamplona o, en cualquier caso, de Navarra,
aunque el dato haya de tomarse con notables reservas. Desde aquí, queremos
hacer público nuestro agradecimiento a Javier Armendáriz y a Javier Zubiaur,
del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, que nos han
permitido trabajar directamente con el numerario de dicho Museo.
174 I. BARANDIARÁN, Informe
sobre una moneda ibérica hallada en Echauri (Navarra), Munibe 15, 1-2,
1963, 48.
175 M.MEDRANO, Fitero en
la historia. Desde el Eneolítico a la llegada del Islam, 2004, 35 y 133
recoge un as de arsaos que entra a formar parte de la colección del
Ayuntamiento de Fitero en 2002. Para los otros datos puede verse la
contribución de estos autores a este mismo volumen donde presentan algunos de
dichos materiales (pp. ¿?-¿?).
176 J. C. LABEAGA, Las
monedas del poblado de La Custodia, Numisma 168-173, 1961, 23-31 y La
Custodia. Los materiales de La Custodia, TAN 14, 1999-2000, 135.
177 R. MARTÍN VALLS, La
circulación monetaria…, 101 y A. DOMÍNGUEZ, Las cecas ibéricas…,
348.
178 R.MARTÍN VALLS, La
circulación monetaria…, 101.
179 G. FATÁS, Para la
localización…, 85-89
180 A. DELGADO, Nuevo
método de…, 26-28.
181 L. VILLARONGA, Las
emisiones monetarias…, 314.
182 Al margen de la polémica
mención a un Arsensis en Iulipa (CIL, II2/7, 905) -tal vez
referida a la ciudad bética de Arsa-, la epigrafía de Saguntum no
conserva referencias a ninguna origo *arsensis sino que, desde época
temprana, los habitantes de esta comunidad se auto-denominan Saguntini (CIL,
II2/14, 305, 379 y 330, por ejemplo), asunto tratado también por J. CORELL, Inscripcions
Romanes del País Valencia. 1. B. Saguntum i el seu territori, Valencia
2002, 34-35.
183 M. RAMOS, El Campamento
de Los Cascajos (Sangüesa). Primera campaña de Excavación 1989, TAN 10,
1991-1992, 426-429.
184 Liv. 39. 42.
185 F. BELTRÁN LLORIS, Sobre
la función de la moneda ibérica e hispano-romana, en: Estudios en homenaje
al Dr. Antonio Beltrán Martínez, Zaragoza 1986, 889-914 y Mª P.
GARCÍABELLIDO, Origen y función del denario ibérico, en: Sprachen und
Schriften des antiken Mittelmeerraums, Innsbruck 1993, 97-123.
186 J. ARMENDÁRIZ, El
proceso de formación de las comunidades urbanas en la Navarra sedimentaria
durante el Primer Milenio antes de Jesucristo, Madrid 2003 [Tesis Doctoral
Inédita]: Fillera/Campo Real (Nº 104, pp. 220-222), Los Cascajos (Nº 102, pp.
216-218) y Puy d'Ull (Nº 103, pp. 218-219).
187 J. C. LABEAGA, Carta
arqueológica del término municipal de Sangüesa (Navarra), TAN 6, 1987,
11.
188 J. ANDREU, En torno a
las menciones de origo en la Hispania Citerior, Gerión 26-1, 2008,
331-360.
189 A. MARCOS POUS y A.
CASTIELLA, Prospecciones en Campo Real (límite navarroaragonés), Prospecciones
Arqueológicas en Navarra 1, Pamplona 1974, 103-136.
190 J. ANDREU, J.
ARMENDÁRIZ, P. OZCÁRIZ, M. GARCÍA-BARBERENA y Á. A. JORDÁN, Una ciudad del los
Vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-
Sangüesa), AEspA 81, 2008, 75-100.
191 J. ANDREU, J.
ARMENDÁRIZ, P. OZCÁRIZ, M. GARCÍA-BARBERENA y Á. A. JORDÁN, Una ciudad..., 76,
n. 8.