Relieves
de los 'Casquilletes de San Juan', Galipentzu.
José
María Blázquez Martínez
El Museo
Arqueológico de Pamplona entre sus magníficas colecciones exhibe un conjunto de
relieves procedentes de Gallipienzo y Eslava que consideramos de gran interés *. Las piezas,
aunque ingresaron en el Museo hace ya años, hasta el momento presente no han
sido objeto de particular estudio, lo que realizaremos accediendo a la
invitación que gentilmente nos ha hecho el secretario de la Institución
Príncipe de Viana, D. J. E. Uranga, a quien agradecemos las facilidades de todo
género dadas en el estudio de los relieves, como así mismo al restante personal
del Museo.
En el año 1946,
Blas Taracena y Luis Vázquez de Parga (1), publicaron una nota sobre el resultado
de sus prospecciones en "El Castellar" de Javier y en "Los
Casquilletes de San Juan", Gallipienzo y se refirieron brevemente a los
relieves que examinamos. El término donde se recogieron se encuentra situado a
2 Km. al NO. del caserío de Gallipienzo y a igual distancia de las ruinas
romanas de "Santacrís" de Eslava. Los relieves eran conocidos desde
hacía bastantes años pues D. Juan Castrillo (2) en el año 1917 aludió a la
existencia de ruinas en "Los Casquilletes de San Juan" conocidas por
el descubrimiento de grandes piedras labradas con relieves de temas
vegetales, semejantes a un segundo lote
recogido en las cercanas ruinas de "Santacrís" de Eslava. Ambos
conjuntos proceden de un único edificio situado en "Los Casquilletes de
San Juan", según indicó ya Blas Taracena, como se desprende del hecho de
que ambos conjuntos están fabricados con el mismo tipo de piedra, una caliza
obscura, en segundo lugar de que los temas decorativos son idénticos y
trabajados por la misma mano; dada la proximidad de Eslava y Gallipienzo
fácilmente los hallados en la primera localidad serían trasladados del lugar de
origen. Algunos de estos relieves se guardaron temporalmente en el Museo del
Castillo de Javier, pasando después al Museo de Pamplona donde en la actualidad
se conservan. Los relieves hallados en "Los Casquilletes de San Juan"
se encontraron sepultados casi a flor de tierra, al ampliar la era situada
entre dos corrales propiedad del vecino de Ayesa, D. Cirilo Egea quien los
regaló al Museo de Pamplona.
1)
Pilastra con hojas de acanto. Figura I. Altura
76 cm. Altura de la base 20 cm.Longitud 72 cm. Anchura total 143 cm. Anchura de
la franja lateral derecha sin el campo con relieves 12 cm. Longitud parcial del
lado izquierdo saliente 32 cm.
La pilastra consta de base con moldura
sobre la que asienta un rectángulo con los temas vegetales en relieve,
encuadrado en un marco de doble estría, [-121→122-] de 2 cm. de
anchura. Las decoraciones vegetales se componen de un semicírculo plano de 22
cm. de diámetro y 18 cm. de altura, sobre el que descansan dos hojas de acanto
afrontadas, cuya ltura es de 19 cm. y la anchura de 7'15. Entre ellas se eleva,
arqueada hacia la derecha, una tercera, delgada y esbelta, de cuyo extremo
cuelgan dos flores, abierta la de la derecha, la de la izquierda cerrada. En
las tres hojas, de borde exterior dentado, el artista ha señalado bien las
ondulaciones de la superficie. En la cara superior hay excavados tres huecos de
los que el mayor es el situado en el medio, siendo sus dimensiones 13 x 13 cm.
y 4 cm. la profundidad. La parte superior de la pilastra se encuentra bastante
deteriorada habiéndose perdido en esta zona el triple cordón que enmarca la
composición vegetal. La superficie se encuentra descorchada en varios sitios.
2)
Pilastra con hojas y flores de acanto. Figura II.
Altura 75 cm. Anchura del campo con
relieves
32 cm. Anchura de la cara superior 36 cm. Longitud 84 centímetros.
Pilastra gemela de la anterior, como en
ella la composición vegetal descansa sobre una base con moldura y se halla encuadrada,
salvo en el borde superior, por un marco plano. La decoración consta igualmente
de una semicircunferencia de 24 cm. de diámetro y 8 de altura, sobre la que se
yerguen dos hojas de acanto afrontadas de la que la situada en el lado
izquierdo tiene 18 cm. de altura y la colocada en el derecho 19 cm., siendo el
grosor máximo 7'5 y 8'5 cm. respectivamente. Del centro de ellas se eleva una tercera
hoja de acanto más corta que la representada en el pilar anterior, de la que
cuelgan igualmente dos flores cerradas, cuyas dimensiones son 9 x 10 cm. la
situada en el lado izquierdo y 9 x 9'5 cm. la colocada en el derecho. Este
relieve debía en el monumento del que formaba parte encontrarse situado
simétricamente con el estudiado en primer lugar, probablemente a ambos lados de
la puerta, directamente sobre el suelo.
3)
Pilas con hojas de acanto y flores. Figura III.
Altura 75 cm. Anchura del campo con los relieves vegetales 29 cm. Longitud 44
cm.
Relieve gemelo del anterior, del que se
diferencia por tener el marco estriado y no plano. Anchura de la hoja de acanto
8 cm. la situada en el lado izquierdo y 7 cm. la del lado derecho; grosor del
tallo estriado 3 cm. Las dimensiones de la flor de la derecha son 9 x 8 cm. La
de la derecha prácticamente ha desaparecido. El estado de conservación del
pilar es muy malo, pues tanto la superficie de la parte superior como de la
inferior se encuentran descorchadas.
4)
Relieve con hojas de acanto. Figura IV.
Altura 75 cm. Anchura de la cara con relieves 37 cm. Anchura de la cara
superior 35 cm. Longitud 95 cm.
Este relieve presenta los cuatro bordes
extraordinariamente deteriorados. La cenefa estriada, de 3'15 cm. de grosor, ha
desaparecido, salvo un pequeño fragmento en el lado derecho. El tema decorativo
se compone de dos hojas de acanto arqueadas y superpuestas, la inferior corta y
de 6'5 cm. de espesor máximo; la superior larga y esbelta con un grosor máximo
de 6 cm. De su extremidad superior brota un tallo de 2 cm. de grosor que lleva
dos hojas de acanto. De la inferior cuelga una flor abierta, que se compone de un
núcleo central dividido en tres zonas, del que salen cinco pétalos
triangulares. El artista que fabricó estos relieves siempre ha trabajado del
mismo modo las hojas de acanto, resaltando bien las nerviaciones del tallo, las
ondulaciones de la superficie y dentando el borde exterior. [-122→123-]
En el lado izquierdo quedan restos de la
decoración en relieve, tallos, una hoja, cuyas dimensiones son 17 x 14 cm. y un
racimo de uvas, de 11 x 6 cm. La anchura del campo con relieves es de 30 cm.
Este pilar iba colocado en una esquina.
5)
Pilar con hojas de acanto y flores. Figura V. Altura
75 cm. Anchura del campo con relieves 29 cm.
Tema decorativo muy semejante al
estudiado en el número anterior del que se diferencia por llevar en la parte
inferior sólo una hoja de acanto sustituida la inferior por una flor abierta de
cuatro pétalos rectangulares, cuyo diámetro es de 12 cm., gemela de la situada
en la parte superior; ambas se diferencian de la representada en el relieve
anterior en llevar un pétalo menos. Los bordes de la mitad inferior se
encuentran muy deteriorados. Este pilar con el anterior ocuparían posiblemente
posiciones simétricas más bien que encontrarse uno a continuación del otro.
6)
Pilar con tallo de vid. Figura VI.
Altura 76 cm. Anchura de la cara, con relieves 31 cm. Anchura de la cara
superior 42 cm. en el borde exterior y 39 cm. en el centro. Longitud 71 cm.
Publicado por M. Mezquíriz, Museo de-Navarra, Guía, Pamplona 1956,
lám. XX.
El relieve se compone de un tallo de vid
serpenteante, del que cuelgan alternando pámpanos y racimos de uvas,
encuadrados ambos lados laterales por una cenefa de doble estría de 2 cm. de
grosor. El tallo es de un espesor de 4 cm.
El racimo superior mide 15 cm. de largo
y 12 de anchura máxima. El pámpano que se encuentra debajo de él lleva bien
señalados los nervios y profundas las oquedades entre las hojas, al igual que
todos los restantes de este conjunto. Las dimensiones del primer pámpano son
15'5 x 14'5 cm. En frente de él se halla un tercer pámpano, de características semejantes
a los dos anteriores, pero de contorno más estrecho y corto, pues sus
dimensiones se reducen a 12 x 11 cm.. Debajo se encuentra un segundo racimo de
características muy semejantes al primero, cuyas dimensiones son 12 x 11 cm. El
borde exterior derecho se halla muy deteriorado, desapareciendo el marco
estriado en su casi totalidad. También se encuentra muy golpeado el borde
inferior.
7)
Pilar con tallo de vid. Figura VII.
Altura 41 cm. Anchura del lado con: relieves 18 cm. Anchura media del lado
superior 18 cm. Longitud 38 cm.
Este relieve, cuyos bordes están muy
deteriorados, se compone de los mismos elementos decorativos que el estudiado
en el número anterior: de un tallo de vid, del que cuelga un racimo de uvas
entre dos pámpanos. El pámpano superior presenta la casi totalidad de su
superficie saltada, el segundo ha perdido la mitad inferior. La composición vegetal
estaba encuadrada dentro de una cenefa de doble estría de 3 cm. de grosor de la
que queda resto en el ángulo inferior izquierdo. El grosor del tallo es de 3
cm. Las dimensiones del pámpano superior son 15 x 13 cm., las del racimo 9 x
15'5 y las del inferior 8 x 13 cm., siendo de 3 cm. el grosor máximo del
pedúnculo. En el lado izquierda de este pilar quedan huellas bien visibles de
la decoración, lo que indica que su lugar de colocación en el monumento era
estar situado en una esquina. Se compone de un tallo de 4 cm. de grosor del que
pende un racimo, cuyas dimensiones son 13 x 9 cm, suspendido de un pedúnculo de
2 cm. de grosor máximo. Enfrente se encuentra un segundo pedúnculo. En el borde
inferior izquierdo quedan huellas de la cenefa. [-123→124-]
8)
Pilar con tallo de vid. Figura VIII.
Altura 75 cm. Anchura del campo con relieves 30 cm. Anchura total 42 cm.
Pilar con decoración semejante a los dos
anteriores. El tallo de vid se encuentra encuadrado en un marco de 2 cm. de
doble estría, alternando en él racimos de uvas con pámpanos. Las dimensiones
son las siguientes: anchura de tallo 3'5 cm., dimensiones del pámpano superior
13 x 14 cm.; del racimo superior 11 x 7'5 cm.; del pámpano que cuelga debajo de
este racimo 16 x 17 cm.; del racimo inferior 13 x 8 cm. y del pámpano inferior
12 x 11'5 cm.
9)
Pilar con tallo de vid. Figura IX.
Altura 75 cm. Anchura del campo con relieves 30 cm. Anchura total de la cara
principal 42 cm. Longitud 78 cm.
Este relieve debía ir colocado en
posición simétrica con el anterior. Las dimensiones de los distintos elementos
vegetales son las siguientes: 11 x 12 cm. las del pámpano superior izquierdo,
10'5 x 5 las del racimo superior y 14 x 10 cm. las del inferior; enfrente de él
cuelga un pedículo de retorcidas extremidades. El pámpano inferior mide 10 x
11'5 cm. En el ángulo inferior izquierdo quedan huellas de un racimo. Los
bordes se hallan muy deteriorados, del
recuadro que enmarcaba el tallo sólo quedan algunos fragmentos en la parte
superior.
10)
Pilar con cantharus y tallo de vid. Figura X. Altura
36 cm. Anchura de la cara con decoración 40 cm. Altura de base 23 cm. Anchura
de la cara superior 38 cm. Longitud 73 cm.
El motivo decorativo consta de un
cantharus sobre una base con molduras de la que sale un tallo de vid. Todo ello
encuadrado por el lado inferior y el izquierdo por un marco, hoy casi perdido.
Los cuatro bordes se hallan muy deteriorados. Las dimensiones del cantharus son
las siguientes: altura 29 cm.7 anchura máxima del vientre 18'5 cm., altura del pie
6 cm., longitud del pie 9'5 cm., longitud de la boca 14'5 cm., anchura de las
asas 2 cm. Sobre la boca del cantharus se eleva un tallo de vid del que cuelgan
un racimo de uvas, un pámpano y un pedúnculo, todo bastante deteriorado.
A este conjunto
de piezas hay que añadir un fragmento de una inscripción de 48 x 20 cm. en la
que se lee L (?) A. E. I. C. E (?) P. F. y la base de una pilastra adornada con
decoración de hojas imbricadas en los dos frentes, de 77 x 77 x 45 cm. Ambas
piezas en el Museo de Pamplona. También se conoce una segunda serie sin
decoración, pero que conserva las cajas de las grapas y algún trozo de fuste de
columna de 35 cm. de diámetro, empotrado todo en las paredes de los corrales
próximos al lugar de hallazgo (3).
El tema
ornamental de estos relieves se relaciona con el numeroso conjunto de estelas navarras
de Gastiáin, hoy conservadas igualmente en el Museo [-124→125-] de Pamplona, en las que también aparecen
tallos de vid con racimos de uvas (4) y pámpanos brotando a veces de macetas;
en ambos grupos la labra de los racimos y de los tallos es idéntica, no así la
de los pámpanos, cuyo estilo es diverso. La costumbre de adornar las estelas
con ramos de vid no es privativa de Hispania, ya que se registra en estelas de Bulgaria
(5) de fecha
anterior a las navarras, y de Asia Menor (6). Racimos de uvas con una técnica
similar a la que presentan los relieves de Gallipienzo se ven representados en
un conjunto de estelas del Museo de Alaoui (7), si bien la cronología que se asigna
hoy a estas estelas, final del siglo I - final del siglo II, es anterior a la
fecha en que se pueden datar los relieves de Gallipienzo, Pilastras adornadas
con canthari de los que brotan tallos de vid cuajadas de pámpanos y
racimos fueron trabajadas con especial cariño y técnica por los artistas que
pertenecen a la Escuela de Afrodisias, sobresaliendo en este aspecto las
pilastras de la basílica severiana y del arco cuadrifronte de Leptis, en alguna
de las cuales también aparecen hojas de acanto (8). Sin embargo la comparación
entre ambos grupos de pilastras descarta toda posibilidad de que los relieves
navarros se relacionan con el arte de la Escuela de Afrodisias. Pilastras
adornadas con hojas de acanto son frecuentes durante los siglos imperiales (9), todo lo cual
indica que los temas decorativos de los relieves de Gallipienzo gozaban de una
gran tradición en el arte decorativo romano. El tema fue tratado con especial
abundancia en los comienzos del arte paleocristiano, tanto por los artistas
cristianos, como por los paganos; de esta época se conocen muchísimas
representaciones, ya de hojas de acanto, ya de canthari de los que
brotan tallos de vid o simplemente de ramos de vid llenos de racimos y de
pámpanos. Baste citar la numerosa colección de mosaicos funerarios con esta
composición recientemente estudiados por N. Duval, pertenecientes a una iglesia
de la región de Kélibia, cuya cronología comienza en los últimos años del siglo
IV a. C. (10), el famoso
mosaico cristiano de Cherchel (11), o los numerosos [-125→126-] mosaicos
existentes en los museos del norte de África (12). Se conocen de esta etapa
pilastras en las que se ven esculpidos canthari y brotando de él ramos
de vid, como la de la iglesia de Ksar-el-Kelb en Argelia (13), o la
conservada en el Museo de Argelia (14). El paralelo más próximo a los relieves
que se estudian en este trabajo se encuentra sobre un sarcófago cristiano, de
mediados del s. IV (15), hoy en el
Vaticano, en cuyas columnas se observan precisamente los mismos motivos
decorativos alternando canthari con tallos de vid y hojas de acanto. Con
la corriente artística representada en estas columnas se relacionan los
relieves de Gallipienzo, constituyendo ellos un buen ejemplo del arte
provincial hispano de la segunda mitad del siglo IV, destacando en ellos la
sobriedad y el realismo en la concepción y realización.
La decoración de
hojas imbricadas es tema decorativo que se encuentra bien documentada en el
arte romano de todos los tiempos (16). El edificio del que formaban parte los
pilares que estudiamos y los otros vistos por B. Taracena. en la era de D. Cirilo
Egea, a juzgar por el material llegado a nosotros, debía ser pequeño de
dimensiones y de forma rectangular, aunque desgraciadamente no podamos intentar
una reconstrucción de él.
De la existencia
de esta edificación queda constancia en la noticia recogida por B. Taracena de
la presencia en la era de una ermita, construcción cuya finalidad primitiva sería
muy probablemente la de servir de mausoleo a algún personaje distinguido de la localidad.
Posiblemente esta hipótesis queda confirmada, por la presencia del tema de la vid,
en la cual hay que ver una composición íntimamente vinculada con Dionysos, dios
que en el Mundo Romano posee un claro carácter funerario (17). La importancia
de estos temas es grande por pasar estas composiciones al arte cristiano.
*******************
Notas:
* Agradezco a D.
Antonio Blanco, a D. Augusto Fernández de Avilés y a D. Marcelo Vigil las
indicaciones valiosas sobre estos relieves.
1.- Excavaciones en
Navarra, Rev. Príncipe de Viana 7, 1-46, 16 ss.
2.- Hallazgo
histórico. Piedra miliaria. Fragmento de otras piedras, Boletín de la
Comisión de Monumentos de Navarra, 8, 1917, 38.
3.- Las dimensiones
de los sillares que pudo medir Taracena son las siguientes: Uno de 79 x 74 x 30
cm. y
de los restantes
tan sólo se pudo medir dos dimensiones: 75 x 37 cm.; 79 x 30 cm.; 82 x 44 cm.;
80 x 43
cm.; 69 x 90
cm.; 107 x 39 cm.; 135 x 40 cm.; 85 x 40 cm. El número de los hoy visibles es
de unas 25
piezas y son
piedras de revestimiento de muro de mampostería en aparejo isodomo. Rev. Príncipe
de
Viana, 7, 1946, láms.
X-XIII, 450 s. M. Mezquíriz, op. cit., lám. XVII.
4.- García y
Bellido, Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid, 1949, números,
385-387, 381 ss.
B. Taracena y
L. Vázquez de Parga, Excavaciones en Navarra. Racimos de uvas
semejantes se encuentran
sobre una urna
del Valle de Arboust. J. Puig i Cadafalch, L'arquitectura romana a Catalunya,
Barcelona
1934, fig. 526.
5.- AA. 52, 1937, figs. 2, 4, 7, 518 ss. Jahr. oest.
Arch. Inst. 27, 1931, 115 ss. También N. Algelov, Trouvailles
d'Appiaria aujourd'hui "Kaleto", Bull. Inst. Arch. XVII, 1950, figs. 225-226,
276 ss.
6.- Jahr. oest.
Arch. Inst. 30, 1936, 35 ss. M. Gough, The
early Christians, 1961, fig. 10 con un tipo de racimo
de vid muy parecido al de los relieves
de Gallipienzo.
7.- C. Gilbert-Picard, Catalogue du Musée Alaoui. Nouvelle série
(Collections puniques), Túnez, láms. CIICVIII,
CXXV, 265 ss., 297. D. Coudray - La Blanchere - P. Garckler, Catalogue
du Musée Alaoui,
París 1897, lám. XIX. Serée de Roch,
Tébessa. Antique Treveste, 1952, fig. 28. G. Charles-Picard, Les
religions de
l'Afrique Antique,
París 1954, fig. 10, lám. VI. G. Doublet, Musées
et collections archéologiques
de L'Algérie.
Musée d'Alger,
París 1890, lám. 2, S. Gsell, Musée de Tébesa, París 1902, lám. I,
4.
8.- M. Squarciapino, La Scuola di
Afrodisia, Roma 1943, láms. XXVIII-XXXI, 80 ss. R. Bartoccini, Il foro
imperiale di Lepcis (Leptis
Magna). Scavi 1927-1928, Africa italiana, 1928, 44 ss. Idem, L'arco
quadrifronte dei Severi a Lepcis
(Leptis Magna), Africa italiana, 1931, fig. 26-30. A. García y Bellido,
Arte Romano, Madrid 1955,
figs. 955-960, 183 ss. Pilastras adornadas con hojas de acanto, en la época
severiana, entre otros muchos
lugares que se podían citar, aparecen en el Arco de los Plateros del año
204, H. Kähler, Rom und seine Welt, Munich 1958, lám. 232. M. Pallottino, L'Arco
degli Argentari,
Roma 1946. G. Charles-Picard,
Civitas Mastariana, Karthago 8, 1957, láms. XXXV a y c.
9.- D. Mustilli, II Museo
Mussolini, Roma 1939, lám. CXXII, 471-473.
10.- J. Cintas – N.
Duval, L'église du prêtre Félix (Région de Kelibia), Karthago, 9, 1958,
láms. II, IIIe y d;
VIIa; Xe; XV, XVII-XVIII, XXXVII
a, 181 ss.
11.- S. Gsell, Cherchel Antique. Iod Caesarea, Argel
1952, 103.
12.- Inventaire des
Mosaïques de la Gaule et de l'Afrique, París 1914, láms. nos. 376, 391. Otros
ejemplos
en C. Leonardi, Ampelos. El
símbolo della vita nell'arte pagana e paleocristiana, Roma 1947, fig. 17.
13.- C. Leonardi, op. cit. fig. 19. Un segundo
ejemplo en L. Leschi, Algérie Antique, París 1952, 58. S. de
Rock, op. cit. fig. 5.
14.- P. Wuilleumier, Musée d'Alger, París 1928, lám.
XV.
15.- M. Gough, op. cit. n. 38. W F. Volbach –
M. Hirmer, Arte paleocristiana, Florencia 1958, nos. 44-45,
65 s. F. Gerke, Christus
in der spätantiken Plastik, Wiesbaden 1948, n. 54.
16.- Schoppa, Römische Götterdenkmaler in Köln,
Colonia 1959, láms. 20-21, 58, 69, 86. F. Poulsen, Porträtstudien
in norditalienischen Provinz Museen, Copenhague 1928, lámina XCI.
17.- Lehmann-Hartleben, Dionysiac Sarcophagi in
Baltimore, Baltimore 1942, S. Aurigemme, Le terme di
Diocleziano e il
Museo Nazionale Romano, Roma 1958, láms. VII,. XVI. G. Mansuelli, Galleria
degli
Uffizi. Le
Sculture,
I, Roma 1958, nos. 244, 246, 249-250, 256. Poulsen, Antike Kunstwaerker., I, Ny
Carlsberg Glyptolek, Copenhague
1915, n. 777 a. Idem. 1907, nos. 777-778. L. Nicolasi, Alcuni
sarcofagi romani della Necropoli
Vaticana, A.C. VII, 1958, 33 ss. Posiblemente una alusión a Dionysos
se
tiene igualmente en las sepulturas en forma de toneles de Barcelona y de
Portugal.