miércoles, 24 de octubre de 2012

02.55.13 Relieves de Los Casquilletes de San Juan-Galipentzu - JM Blazquez



Relieves de los 'Casquilletes de San Juan', Galipentzu.
José María Blázquez Martínez

El Museo Arqueológico de Pamplona entre sus magníficas colecciones exhibe un conjunto de relieves procedentes de Gallipienzo y Eslava que consideramos de gran interés *. Las piezas, aunque ingresaron en el Museo hace ya años, hasta el momento presente no han sido objeto de particular estudio, lo que realizaremos accediendo a la invitación que gentilmente nos ha hecho el secretario de la Institución Príncipe de Viana, D. J. E. Uranga, a quien agradecemos las facilidades de todo género dadas en el estudio de los relieves, como así mismo al restante personal del Museo.

En el año 1946, Blas Taracena y Luis Vázquez de Parga (1), publicaron una nota sobre el resultado de sus prospecciones en "El Castellar" de Javier y en "Los Casquilletes de San Juan", Gallipienzo y se refirieron brevemente a los relieves que examinamos. El término donde se recogieron se encuentra situado a 2 Km. al NO. del caserío de Gallipienzo y a igual distancia de las ruinas romanas de "Santacrís" de Eslava. Los relieves eran conocidos desde hacía bastantes años pues D. Juan Castrillo (2) en el año 1917 aludió a la existencia de ruinas en "Los Casquilletes de San Juan" conocidas por el descubrimiento de grandes piedras labradas con relieves de temas vegetales,  semejantes a un segundo lote recogido en las cercanas ruinas de "Santacrís" de Eslava. Ambos conjuntos proceden de un único edificio situado en "Los Casquilletes de San Juan", según indicó ya Blas Taracena, como se desprende del hecho de que ambos conjuntos están fabricados con el mismo tipo de piedra, una caliza obscura, en segundo lugar de que los temas decorativos son idénticos y trabajados por la misma mano; dada la proximidad de Eslava y Gallipienzo fácilmente los hallados en la primera localidad serían trasladados del lugar de origen. Algunos de estos relieves se guardaron temporalmente en el Museo del Castillo de Javier, pasando después al Museo de Pamplona donde en la actualidad se conservan. Los relieves hallados en "Los Casquilletes de San Juan" se encontraron sepultados casi a flor de tierra, al ampliar la era situada entre dos corrales propiedad del vecino de Ayesa, D. Cirilo Egea quien los regaló al Museo de Pamplona.



1)     Pilastra con hojas de acanto. Figura I. Altura 76 cm. Altura de la base 20 cm.Longitud 72 cm. Anchura total 143 cm. Anchura de la franja lateral derecha sin el campo con relieves 12 cm. Longitud parcial del lado izquierdo saliente 32 cm.


La pilastra consta de base con moldura sobre la que asienta un rectángulo con los temas vegetales en relieve, encuadrado en un marco de doble estría, [-121→122-] de 2 cm. de anchura. Las decoraciones vegetales se componen de un semicírculo plano de 22 cm. de diámetro y 18 cm. de altura, sobre el que descansan dos hojas de acanto afrontadas, cuya ltura es de 19 cm. y la anchura de 7'15. Entre ellas se eleva, arqueada hacia la derecha, una tercera, delgada y esbelta, de cuyo extremo cuelgan dos flores, abierta la de la derecha, la de la izquierda cerrada. En las tres hojas, de borde exterior dentado, el artista ha señalado bien las ondulaciones de la superficie. En la cara superior hay excavados tres huecos de los que el mayor es el situado en el medio, siendo sus dimensiones 13 x 13 cm. y 4 cm. la profundidad. La parte superior de la pilastra se encuentra bastante deteriorada habiéndose perdido en esta zona el triple cordón que enmarca la composición vegetal. La superficie se encuentra descorchada en varios sitios.



2)     Pilastra con hojas y flores de acanto. Figura II. Altura 75 cm. Anchura del campo con
relieves 32 cm. Anchura de la cara superior 36 cm. Longitud 84 centímetros.
 
Pilastra gemela de la anterior, como en ella la composición vegetal descansa sobre una base con moldura y se halla encuadrada, salvo en el borde superior, por un marco plano. La decoración consta igualmente de una semicircunferencia de 24 cm. de diámetro y 8 de altura, sobre la que se yerguen dos hojas de acanto afrontadas de la que la situada en el lado izquierdo tiene 18 cm. de altura y la colocada en el derecho 19 cm., siendo el grosor máximo 7'5 y 8'5 cm. respectivamente. Del centro de ellas se eleva una tercera hoja de acanto más corta que la representada en el pilar anterior, de la que cuelgan igualmente dos flores cerradas, cuyas dimensiones son 9 x 10 cm. la situada en el lado izquierdo y 9 x 9'5 cm. la colocada en el derecho. Este relieve debía en el monumento del que formaba parte encontrarse situado simétricamente con el estudiado en primer lugar, probablemente a ambos lados de la puerta, directamente sobre el suelo.



3)     Pilas con hojas de acanto y flores. Figura III. Altura 75 cm. Anchura del campo con los relieves vegetales 29 cm. Longitud 44 cm.
 
Relieve gemelo del anterior, del que se diferencia por tener el marco estriado y no plano. Anchura de la hoja de acanto 8 cm. la situada en el lado izquierdo y 7 cm. la del lado derecho; grosor del tallo estriado 3 cm. Las dimensiones de la flor de la derecha son 9 x 8 cm. La de la derecha prácticamente ha desaparecido. El estado de conservación del pilar es muy malo, pues tanto la superficie de la parte superior como de la inferior se encuentran descorchadas.



4)     Relieve con hojas de acanto. Figura IV. Altura 75 cm. Anchura de la cara con relieves 37 cm. Anchura de la cara superior 35 cm. Longitud 95 cm.
 
Este relieve presenta los cuatro bordes extraordinariamente deteriorados. La cenefa estriada, de 3'15 cm. de grosor, ha desaparecido, salvo un pequeño fragmento en el lado derecho. El tema decorativo se compone de dos hojas de acanto arqueadas y superpuestas, la inferior corta y de 6'5 cm. de espesor máximo; la superior larga y esbelta con un grosor máximo de 6 cm. De su extremidad superior brota un tallo de 2 cm. de grosor que lleva dos hojas de acanto. De la inferior cuelga una flor abierta, que se compone de un núcleo central dividido en tres zonas, del que salen cinco pétalos triangulares. El artista que fabricó estos relieves siempre ha trabajado del mismo modo las hojas de acanto, resaltando bien las nerviaciones del tallo, las ondulaciones de la superficie y dentando el borde exterior. [-122→123-]
En el lado izquierdo quedan restos de la decoración en relieve, tallos, una hoja, cuyas dimensiones son 17 x 14 cm. y un racimo de uvas, de 11 x 6 cm. La anchura del campo con relieves es de 30 cm. Este pilar iba colocado en una esquina.
           
5)     Pilar con hojas de acanto y flores. Figura V. Altura 75 cm. Anchura del campo con relieves 29 cm.
 
Tema decorativo muy semejante al estudiado en el número anterior del que se diferencia por llevar en la parte inferior sólo una hoja de acanto sustituida la inferior por una flor abierta de cuatro pétalos rectangulares, cuyo diámetro es de 12 cm., gemela de la situada en la parte superior; ambas se diferencian de la representada en el relieve anterior en llevar un pétalo menos. Los bordes de la mitad inferior se encuentran muy deteriorados. Este pilar con el anterior ocuparían posiblemente posiciones simétricas más bien que encontrarse uno a continuación del otro.



6)     Pilar con tallo de vid. Figura VI. Altura 76 cm. Anchura de la cara, con relieves 31 cm. Anchura de la cara superior 42 cm. en el borde exterior y 39 cm. en el centro. Longitud 71 cm. Publicado por M. Mezquíriz, Museo de-Navarra, Guía, Pamplona 1956, lám. XX.

El relieve se compone de un tallo de vid serpenteante, del que cuelgan alternando pámpanos y racimos de uvas, encuadrados ambos lados laterales por una cenefa de doble estría de 2 cm. de grosor. El tallo es de un espesor de 4 cm.
El racimo superior mide 15 cm. de largo y 12 de anchura máxima. El pámpano que se encuentra debajo de él lleva bien señalados los nervios y profundas las oquedades entre las hojas, al igual que todos los restantes de este conjunto. Las dimensiones del primer pámpano son 15'5 x 14'5 cm. En frente de él se halla un tercer pámpano, de características semejantes a los dos anteriores, pero de contorno más estrecho y corto, pues sus dimensiones se reducen a 12 x 11 cm.. Debajo se encuentra un segundo racimo de características muy semejantes al primero, cuyas dimensiones son 12 x 11 cm. El borde exterior derecho se halla muy deteriorado, desapareciendo el marco estriado en su casi totalidad. También se encuentra muy golpeado el borde inferior.
7)     Pilar con tallo de vid. Figura VII. Altura 41 cm. Anchura del lado con: relieves 18 cm. Anchura media del lado superior 18 cm. Longitud 38 cm.
 
Este relieve, cuyos bordes están muy deteriorados, se compone de los mismos elementos decorativos que el estudiado en el número anterior: de un tallo de vid, del que cuelga un racimo de uvas entre dos pámpanos. El pámpano superior presenta la casi totalidad de su superficie saltada, el segundo ha perdido la mitad inferior. La composición vegetal estaba encuadrada dentro de una cenefa de doble estría de 3 cm. de grosor de la que queda resto en el ángulo inferior izquierdo. El grosor del tallo es de 3 cm. Las dimensiones del pámpano superior son 15 x 13 cm., las del racimo 9 x 15'5 y las del inferior 8 x 13 cm., siendo de 3 cm. el grosor máximo del pedúnculo. En el lado izquierda de este pilar quedan huellas bien visibles de la decoración, lo que indica que su lugar de colocación en el monumento era estar situado en una esquina. Se compone de un tallo de 4 cm. de grosor del que pende un racimo, cuyas dimensiones son 13 x 9 cm, suspendido de un pedúnculo de 2 cm. de grosor máximo. Enfrente se encuentra un segundo pedúnculo. En el borde inferior izquierdo quedan huellas de la cenefa. [-123→124-]
           
8)     Pilar con tallo de vid. Figura VIII. Altura 75 cm. Anchura del campo con relieves 30 cm. Anchura total 42 cm.
 
Pilar con decoración semejante a los dos anteriores. El tallo de vid se encuentra encuadrado en un marco de 2 cm. de doble estría, alternando en él racimos de uvas con pámpanos. Las dimensiones son las siguientes: anchura de tallo 3'5 cm., dimensiones del pámpano superior 13 x 14 cm.; del racimo superior 11 x 7'5 cm.; del pámpano que cuelga debajo de este racimo 16 x 17 cm.; del racimo inferior 13 x 8 cm. y del pámpano inferior 12 x 11'5 cm.


  
9)     Pilar con tallo de vid. Figura IX. Altura 75 cm. Anchura del campo con relieves 30 cm. Anchura total de la cara principal 42 cm. Longitud 78 cm.
 
Este relieve debía ir colocado en posición simétrica con el anterior. Las dimensiones de los distintos elementos vegetales son las siguientes: 11 x 12 cm. las del pámpano superior izquierdo, 10'5 x 5 las del racimo superior y 14 x 10 cm. las del inferior; enfrente de él cuelga un pedículo de retorcidas extremidades. El pámpano inferior mide 10 x 11'5 cm. En el ángulo inferior izquierdo quedan huellas de un racimo. Los bordes se  hallan muy deteriorados, del recuadro que enmarcaba el tallo sólo quedan algunos fragmentos en la parte superior.




10) Pilar con cantharus y tallo de vid. Figura X. Altura 36 cm. Anchura de la cara con decoración 40 cm. Altura de base 23 cm. Anchura de la cara superior 38 cm. Longitud 73 cm.

El motivo decorativo consta de un cantharus sobre una base con molduras de la que sale un tallo de vid. Todo ello encuadrado por el lado inferior y el izquierdo por un marco, hoy casi perdido. Los cuatro bordes se hallan muy deteriorados. Las dimensiones del cantharus son las siguientes: altura 29 cm.7 anchura máxima del vientre 18'5 cm., altura del pie 6 cm., longitud del pie 9'5 cm., longitud de la boca 14'5 cm., anchura de las asas 2 cm. Sobre la boca del cantharus se eleva un tallo de vid del que cuelgan un racimo de uvas, un pámpano y un pedúnculo, todo bastante deteriorado.



A este conjunto de piezas hay que añadir un fragmento de una inscripción de 48 x 20 cm. en la que se lee L (?) A. E. I. C. E (?) P. F. y la base de una pilastra adornada con decoración de hojas imbricadas en los dos frentes, de 77 x 77 x 45 cm. Ambas piezas en el Museo de Pamplona. También se conoce una segunda serie sin decoración, pero que conserva las cajas de las grapas y algún trozo de fuste de columna de 35 cm. de diámetro, empotrado todo en las paredes de los corrales próximos al lugar de hallazgo (3).

El tema ornamental de estos relieves se relaciona con el numeroso conjunto de estelas navarras de Gastiáin, hoy conservadas igualmente en el Museo [-124→125-] de Pamplona, en las que también aparecen tallos de vid con racimos de uvas (4) y pámpanos brotando a veces de macetas; en ambos grupos la labra de los racimos y de los tallos es idéntica, no así la de los pámpanos, cuyo estilo es diverso. La costumbre de adornar las estelas con ramos de vid no es privativa de Hispania, ya que se registra en estelas de Bulgaria (5) de fecha anterior a las navarras, y de Asia Menor (6). Racimos de uvas con una técnica similar a la que presentan los relieves de Gallipienzo se ven representados en un conjunto de estelas del Museo de Alaoui (7), si bien la cronología que se asigna hoy a estas estelas, final del siglo I - final del siglo II, es anterior a la fecha en que se pueden datar los relieves de Gallipienzo, Pilastras adornadas con canthari de los que brotan tallos de vid cuajadas de pámpanos y racimos fueron trabajadas con especial cariño y técnica por los artistas que pertenecen a la Escuela de Afrodisias, sobresaliendo en este aspecto las pilastras de la basílica severiana y del arco cuadrifronte de Leptis, en alguna de las cuales también aparecen hojas de acanto (8). Sin embargo la comparación entre ambos grupos de pilastras descarta toda posibilidad de que los relieves navarros se relacionan con el arte de la Escuela de Afrodisias. Pilastras adornadas con hojas de acanto son frecuentes durante los siglos imperiales (9), todo lo cual indica que los temas decorativos de los relieves de Gallipienzo gozaban de una gran tradición en el arte decorativo romano. El tema fue tratado con especial abundancia en los comienzos del arte paleocristiano, tanto por los artistas cristianos, como por los paganos; de esta época se conocen muchísimas representaciones, ya de hojas de acanto, ya de canthari de los que brotan tallos de vid o simplemente de ramos de vid llenos de racimos y de pámpanos. Baste citar la numerosa colección de mosaicos funerarios con esta composición recientemente estudiados por N. Duval, pertenecientes a una iglesia de la región de Kélibia, cuya cronología comienza en los últimos años del siglo IV a. C. (10), el famoso mosaico cristiano de Cherchel (11), o los numerosos [-125→126-] mosaicos existentes en los museos del norte de África (12). Se conocen de esta etapa pilastras en las que se ven esculpidos canthari y brotando de él ramos de vid, como la de la iglesia de Ksar-el-Kelb en Argelia (13), o la conservada en el Museo de Argelia (14). El paralelo más próximo a los relieves que se estudian en este trabajo se encuentra sobre un sarcófago cristiano, de mediados del s. IV (15), hoy en el Vaticano, en cuyas columnas se observan precisamente los mismos motivos decorativos alternando canthari con tallos de vid y hojas de acanto. Con la corriente artística representada en estas columnas se relacionan los relieves de Gallipienzo, constituyendo ellos un buen ejemplo del arte provincial hispano de la segunda mitad del siglo IV, destacando en ellos la sobriedad y el realismo en la concepción y realización.
La decoración de hojas imbricadas es tema decorativo que se encuentra bien documentada en el arte romano de todos los tiempos (16). El edificio del que formaban parte los pilares que estudiamos y los otros vistos por B. Taracena. en la era de D. Cirilo Egea, a juzgar por el material llegado a nosotros, debía ser pequeño de dimensiones y de forma rectangular, aunque desgraciadamente no podamos intentar una reconstrucción de él.
De la existencia de esta edificación queda constancia en la noticia recogida por B. Taracena de la presencia en la era de una ermita, construcción cuya finalidad primitiva sería muy probablemente la de servir de mausoleo a algún personaje distinguido de la localidad. Posiblemente esta hipótesis queda confirmada, por la presencia del tema de la vid, en la cual hay que ver una composición íntimamente vinculada con Dionysos, dios que en el Mundo Romano posee un claro carácter funerario (17). La importancia de estos temas es grande por pasar estas composiciones al arte cristiano.

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Notas:
* Agradezco a D. Antonio Blanco, a D. Augusto Fernández de Avilés y a D. Marcelo Vigil las indicaciones valiosas sobre estos relieves.
1.- Excavaciones en Navarra, Rev. Príncipe de Viana 7, 1-46, 16 ss.
2.- Hallazgo histórico. Piedra miliaria. Fragmento de otras piedras, Boletín de la Comisión de Monumentos de Navarra, 8, 1917, 38.
3.- Las dimensiones de los sillares que pudo medir Taracena son las siguientes: Uno de 79 x 74 x 30 cm. y
de los restantes tan sólo se pudo medir dos dimensiones: 75 x 37 cm.; 79 x 30 cm.; 82 x 44 cm.; 80 x 43
cm.; 69 x 90 cm.; 107 x 39 cm.; 135 x 40 cm.; 85 x 40 cm. El número de los hoy visibles es de unas 25
piezas y son piedras de revestimiento de muro de mampostería en aparejo isodomo. Rev. Príncipe de
Viana, 7, 1946, láms. X-XIII, 450 s. M. Mezquíriz, op. cit., lám. XVII.
4.- García y Bellido, Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid, 1949, números, 385-387, 381 ss.
B. Taracena y L. Vázquez de Parga, Excavaciones en Navarra. Racimos de uvas semejantes se encuentran
sobre una urna del Valle de Arboust. J. Puig i Cadafalch, L'arquitectura romana a Catalunya, Barcelona
1934, fig. 526.
5.- AA. 52, 1937, figs. 2, 4, 7, 518 ss. Jahr. oest. Arch. Inst. 27, 1931, 115 ss. También N. Algelov, Trouvailles
d'Appiaria aujourd'hui "Kaleto", Bull. Inst. Arch. XVII, 1950, figs. 225-226, 276 ss.
6.- Jahr. oest. Arch. Inst. 30, 1936, 35 ss. M. Gough, The early Christians, 1961, fig. 10 con un tipo de racimo
de vid muy parecido al de los relieves de Gallipienzo.
7.-  C. Gilbert-Picard, Catalogue du Musée Alaoui. Nouvelle série (Collections puniques), Túnez, láms. CIICVIII,
CXXV, 265 ss., 297. D. Coudray - La Blanchere - P. Garckler, Catalogue du Musée Alaoui,
París 1897, lám. XIX. Serée de Roch, Tébessa. Antique Treveste, 1952, fig. 28. G. Charles-Picard, Les
religions de l'Afrique Antique, París 1954, fig. 10, lám. VI. G. Doublet, Musées et collections archéologiques
de L'Algérie. Musée d'Alger, París 1890, lám. 2, S. Gsell, Musée de Tébesa, París 1902, lám. I,
4.
8.- M. Squarciapino, La Scuola di Afrodisia, Roma 1943, láms. XXVIII-XXXI, 80 ss. R. Bartoccini, Il foro
imperiale di Lepcis (Leptis Magna). Scavi 1927-1928, Africa italiana, 1928, 44 ss. Idem, L'arco
quadrifronte dei Severi a Lepcis (Leptis Magna), Africa italiana, 1931, fig. 26-30. A. García y Bellido,
Arte Romano, Madrid 1955, figs. 955-960, 183 ss. Pilastras adornadas con hojas de acanto, en la época
severiana, entre otros muchos lugares que se podían citar, aparecen en el Arco de los Plateros del año
204, H. Kähler, Rom und seine Welt, Munich 1958, lám. 232. M. Pallottino, L'Arco degli Argentari,
Roma 1946. G. Charles-Picard, Civitas Mastariana, Karthago 8, 1957, láms. XXXV a y c.
9.- D. Mustilli, II Museo Mussolini, Roma 1939, lám. CXXII, 471-473.
10.- J. Cintas – N. Duval, L'église du prêtre Félix (Région de Kelibia), Karthago, 9, 1958, láms. II, IIIe y d;
VIIa; Xe; XV, XVII-XVIII, XXXVII a, 181 ss.
11.- S. Gsell, Cherchel Antique. Iod Caesarea, Argel 1952, 103.
12.- Inventaire des Mosaïques de la Gaule et de l'Afrique, París 1914, láms. nos. 376, 391. Otros ejemplos
en C. Leonardi, Ampelos. El símbolo della vita nell'arte pagana e paleocristiana, Roma 1947, fig. 17.
13.- C. Leonardi, op. cit. fig. 19. Un segundo ejemplo en L. Leschi, Algérie Antique, París 1952, 58. S. de
Rock, op. cit. fig. 5.
14.- P. Wuilleumier, Musée d'Alger, París 1928, lám. XV.
15.- M. Gough, op. cit. n. 38. W F. Volbach – M. Hirmer, Arte paleocristiana, Florencia 1958, nos. 44-45,
65 s. F. Gerke, Christus in der spätantiken Plastik, Wiesbaden 1948, n. 54.
16.- Schoppa, Römische Götterdenkmaler in Köln, Colonia 1959, láms. 20-21, 58, 69, 86. F. Poulsen, Porträtstudien
in norditalienischen Provinz Museen, Copenhague 1928, lámina XCI.
17.- Lehmann-Hartleben, Dionysiac Sarcophagi in Baltimore, Baltimore 1942, S. Aurigemme, Le terme di
Diocleziano e il Museo Nazionale Romano, Roma 1958, láms. VII,. XVI. G. Mansuelli, Galleria degli
Uffizi. Le Sculture, I, Roma 1958, nos. 244, 246, 249-250, 256. Poulsen, Antike Kunstwaerker., I, Ny
Carlsberg Glyptolek, Copenhague 1915, n. 777 a. Idem. 1907, nos. 777-778. L. Nicolasi, Alcuni
sarcofagi romani della Necropoli Vaticana, A.C. VII, 1958, 33 ss. Posiblemente una alusión a Dionysos
se tiene igualmente en las sepulturas en forma de toneles de Barcelona y de Portugal.