miércoles, 24 de septiembre de 2014

95.01 La Baldorba

No está de mas, iniciar la lectura de esta entrada a la vez que escuchamos a Benito Lertxundi en su bellísima melodía: BALDORBA


Y aquí transcribimos un texto, tan claro, lúcido y bello como siempre, del escritor Jose Mari Esparza, uno de los pilares de la Cultura de Euskal Herria, siendo de Gure Lurra, la Zona Media de Nabarra.


Oi Baldorba!

Benito Lertxundi quedó impresionado con el olvido del valle de Orba, y le dedicó una de sus canciones más emblemáticas. Todo el valle es un museo al declive, un paradigma de la historia de Navarra. Los pueblos que levantaron esas pequeñas joyas góticas en Etxano, Katarain o Eristain, o que en el siglo XIX hicieron popular el dicho “Si la Baldorba está en paz, Navarra está en paz”, han visto emigrar a la mayoría de sus hijos, caer sus casas y quedarse en el último vagón del desarrollo navarro.

Baldorba se agotó en las guerras del XIX, porque sabía que el fin del régimen foral y la llegada del liberalismo iba a suponer su derrumbe como sociedad, humilde pero equilibrada gracias a unas prácticas comunalistas que se perdían, como su lengua, en la noche del los tiempos. Y acertaron; la Baldorba, como su vecino valle de la Bizkaia, vieron un declive apenas contenido últimamente por el auge de las comunicaciones y las segundas viviendas.

Pocos lugares en Euskal Herria más vascos que el de Orba, bisagra entre el saltus y el ager vasconum. Toda su toponimia, apellidos, léxico residual y nombres de las casas, muestran el vascuence que se habló en esta comarca tafallesa. Basta repasar los nombres de las antiguas casas de Etxague: Burutxuri, Ezkonberriarena, Gorrizena, Najurietarena, Oserena, Santxorena, Sebastiarena…

Euskaldunas los ricos y los pobres, hasta ayer mismo. En 1549, marchó a Brasil Juan de Azpilkueta, sobrino de Francisco Xabier y nativo de Amunarrizketa. Aprendió pronto la lengua de los indígenas “porque esta lengua se parece mucho a la vizcaina”, que era la suya. Cuatro siglos más tarde, encontramos en una casa del lugar el devocionario en euskera de Kardaberaz, editado en 1864.

La coletilla “se les explicó en su propia lengua para que entendiesen”, ¿cuántas veces aparece en los libros de los eclesiásticos que visitaban los pueblos? “Mandamos al abad del dicho lugar que todos los domingos declare el santo Evangelio a sus feligreses en su lengua bascongada” leemos repetidamente. Estaba bien avanzado el siglo XVIII cuando a Pueyo seguían llevando párrocos euskaldunes. En 1789 los vecinos de Mendibil protestan porque quieren que el cura hable bascuence, “por usarse comúnmente en dicho pueblo”. Al final, consiguieron uno de 24 años, que acreditó saber bien el vascuence “por el uso continuo que hace del mismo en su pueblo nativo”. Era de Garinoain.

No es que preferían el vascuence; es que no sabían otra lengua. De ahí los problemas de los notarios buscando traductores, por las “muchas personas que no saben ni entienden mas que el idioma Basquence”. Lo había dejado escrito el Abad de Barasoain en la dedicatoria de su Nobiliario de 1714: “La Valdorba, donde sus hijos conversan la nativa lengua del Basquence”.

En 1863 Bonaparte reconoció a Unzué y la mayor parte del valle como vascongado “Vous avez parfaitement raison quand vous dites qu´a Barasoain et a Unzue on ne parle pas Basque…” Al editar su Gramática en 1884, Arturo Campión afirma que todavía quedan euskaldunes en Amunarrizketa, Artariain, Unzue, Orizin, Barasoain, Garinoain, Oloriz, Orisoain, Iriberri, Iratxeta y Olleta. Era ayer mismo.

La derrota del valle fue total, pues le quitaron hasta ese alma de los pueblos que es su lengua. Y lo siguen haciendo: la ley del Vascuence impide a sus habitantes recuperarla. Lo canta Benito: “Esazu nor zen bidetik baztertu zintuen madarikatua”.


La BALDORBA es el territorio situado al occidente de "Gure Lurra – Nuestra Val"



una Bal, que como la nuestra, fue una unidad administrativa hasta el siglo XIX. Es llamada así porque así se nombran a las montañas de Orba, que hacen muga con "Gure Lurra – Nuestra Val".  La bisabuela Florentina Ferrer, desde Galipentzu, así las llamaba, encima de nuestra Bizkaia.

La Bal esta formada por 7 municipios, que son los que se ven en el mapa. Barásoain, Garínoain, Orísoain, Puio y Unzué, y Leoz y Olóriz que son municipios compuestos por varios concejos.

El Ayuntamiento de Leoz está compuesto por los concejos de Amátriain, Amunarrizqueta, Artáriain, Benegorri, Bézquiz, Iratxeta, Iriberri, Leoz, Makirriain, Olleta, Sánsoain, Sansomain y Uzquita.

Y a su vez el Ayuntamiento de Olóriz, por los de Bariain, Etxagüe, Mendívil, Olóriz, Orícin, Soltxaga y los caseríos de Eristain y Lepuzain.



Lo mismo que en La Bizkaia, a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII, la población de estos dos valles creció de forma exhorbitante, saliendo posteriormente muchos vecinos, que poblaron las zonas colindantes y a Iruña y hasta emigración a América. En la actualidad llama mucho la atención la cantidad de habitantes en pueblos mucho mayores que bajaron desde estas zonas montañosas, con pueblos a veces tan pequeños.

Actualmente viven entre todos sus pueblos unos 2.000 habitantes.

Sus tierras fueron escenario de insignes batallas como las acciones de los reyes de Pamplona contra los árabes; las rivalidades dinásticas entre los partidarios del Príncipe Carlos de Viana y los del rey Juan II en el siglo XV. Durante la guerra de la independencia sus encinares y carrascos sirvieron de refugio a las partidas de guerrilleros comandadas por Espoz y Mina y otros muchos episodios de nuestra historia tuvieron reflejo en esta zona.

Con letra de J.A. Urbeltz, ya lo canta Benito Lertxundi

¡Ay! Valdorba
fértil desierto de iglesias sin campanas
para tus ovejas de humano balido

Sol y viento seco, río de vino
de la uva en grano, de la espiga en trigo
dime... ¿Quién fué el maldito
que te apartó del camino?

Tierra roja, piedra labrada
canto de mazo y buril
alakiketan de guitarra
Kanun de Armenia en voz desgarrada
quiero el nombre del maldito que dejó
tu romántica sonrisa entre helada y alelada

¡Ah! Valdorba
pienso en ti, y pienso contigo
una canción es corta

piensa tú... en aquello que no te digo.

En Baldorba se conservan verdaderas joyas de estilo románico, en una concentración inusual, que nos hablan de momentos de mayor esplendor para el valle, pues en un radio de 8 km, encontramos 30 edificios de este estilo arquitectónico.

La huella de la historia está patente, como en Gaudiriain, una localidad arrasada por una epidemia que sesgó la vida de todos los vecinos y de la que sólo salieron con vida tres niños que fueron recogidos por los habitantes de varios pueblos cercanos. Por eso merece la pena dedicar un poco de tiempo repasar alguna piezas de esta zona, visitar sus iglesias y sus conventos como los de Garínoain o los santuarios de Kataláin y Etxano.



En Unzué por ejemplo podemos visitar la iglesia de San Millán del siglo XII-XIV con la imagen de Nuestra Señora de Artederra. En Etxagüe, un palacio del siglo XVI y la Ermita de Santa Bárbara. Vistas en su conjunto ofrecen una visión importante de la historia del lugar.

En Olóriz está la iglesia de San Bartolomé del siglo XIII y la ermita de San Pedro, también del XIII, donde destacan su portada románica y su vistosa espadaña, además podemos también acercarnos al antiguo palacio de cabo de armería. En Barasoain encontramos tanto edificios civiles como religiosos. Entre estos últimos están la iglesia de la Asunción y la ermita de santa Lucia, además de varias casonas nobiliarias, reflejo de un pasado esplendor.

Garínoain cuenta con la iglesia de san Martín de Tours y la ermita del Santo Cristo de Kataláin  que contaba con un hospital para los peregrinos de Santiago. De Soltxaga resalta el palacio de Eristain del siglo XVI y en Iracheta el original hórreo de piedra que ha sido considerado por algunos como prerrománico, aunque también podía haberse construido entre los siglos XII o XIII.




Otros ejemplos de Románico en la zona: Oricin, Orísoain, Sansomain, Olleta...

Florencio Idoate, en Poblados y Despoblados o desolados en Navarra, cuenta que en 1534, en la Baldorba estaban,

POBLADOS: Barásoain, Garínoain, Pueyo, Benegorri, Bézquiz, Sansoáin, Amatriain, Maquirriain, Olleta, Sansomain, Orísoain, Artariain, Munarrizqueta, Iracheta, Iriberri, Leoz, Lepuzáin, Solchaga, Olóriz, Oricin, Echagüe, Unzué y Mendívil.

DESOLADOS
Villanueva, Arismáin (o Arramanin) y Elizarte (o Lizarte). Lo aprovechan los de Pueyo.
Gandidáin. Lo llevaban a medias los de El Pueyo y Garínoain, y el comendador Liñán.
Uzquita. Lo gozaban Miguel de Solchaga (Señor de Mendívil), Martín Sebastián (Señor de Iriberri), Beltrán de Esparza (Señor del palacio de Garínoain) y algunos particulares de Leoz, Monreal, Unzué y otros lugares de Baldorba. Se dice que «agora se a poblado».
Oibar. De los canónigos de la Seu de Pamplona, llevándolo a censo uno de Sansomáin.
Agotemayaga y Baráin, de Beatriz de Labez, señora de Baráin.
Iriberri (llamado Musquer-Yriberri). De Martín Diez de Armendáriz, de Tafalla.
San Román, Arrozubi y Echano. Del comendador Liñán (fol. 543).


Algunos escritos sobre la Baldorba
Valdorba, el valle desconocido, de Javier Eder
Los Misterios de la Baldorba, de Ander Izagirre.
Sobre Heráldica y el Nobiliario y Palacios de la Baldorba, de E. Munarriz Urtazun sobre una obra de Francisco de Elorza y Rada de Barasoain.

Una de las muchas entradas que hablan en la la web de La Baldorba.