martes, 30 de julio de 2013

30.1936 1979.06.10.2 Poemas que se leyeron en el Homenaje a los Asesinados

(Lectura de Pilar García, hija de Antero) 

CASEDA

10 de junio de 1979

Camaradas y amigos: soy hija de Antero García, uno de los mas perseguidos de los 45 asesinados de Cáseda, si mi padre hubiera tenido cuatro vidas, las cuatro se las hubieran arrancado, y yo sé que si él hubiera tenido 44, con gusto las hubiera dado por que sus compañeros no hubieran muerto.

Una vez mas repetiré que estamos muy orgullosos de ser víctimas y no verdugos. A todos la conciencia y la memoria, o nos remuerde o nos alegra de lo malo o bueno que hayamos hecho en nuestras vidas, por eso tenemos la inteligencia de no sacar a relucir aquí cada una de las barbaridades que se cometieron en Cáseda, y con gran vergüenza y dolor de corazón tenemos que reconocer que por los mismos del pueblo. De todo corazón deseamos que hayan rectificado y su vida y lo que enseñen a sus hijos sea para que no deseen mas violencia y terrorismo, porque ¿Qué ETA es la que hubo en el 36?. Hoy es un día muy grande para Cáseda, y sobre todo para nosotros los familiares de los asesinados, claro que no nos hemos atrevido a tanto como hacer un folclore en toda regla ya que sería muy macabro, con los huesos de nuestros asesinados danzando entre nosotros. Nos dicen que a qué hacemos ahora estos actos y porqué recogemos cuatro huesos, simbólicos, y yo les digo: ¿Por qué en cuanto un médico firma la muerte de una persona no la cogen y la tiran a cualquier barranco? Entonces si nadie lo hace porque no se debe hacer, ¿Cómo son capaces de criticarnos, porque al cabo de 42 años recojamos lo que si nos tiraron al barranco?

Nos dicen que estamos haciendo política, ¡pues claro que estamos haciendo política! Pues claro que la estamos haciendo: el hombre, desde el momento que viene al mundo llorando, está haciendo política, los que no la han podido hacer desde hace 43 años son los 43 asesinados y los 6 desaparecidos que murieron en parecidas circustancias.

¿No pensaréis que política es nada mas el que demostremos que somos de izquierda o derecha?

En todos momentos de nuestra vida estamos haciendo política: religiosa, civil, económica, etc. Lo que hace falta es que en el pueblo sepamos hacer una buena política pero de cara a todo el pueblo, no a unos pocos. Aprendamos a hacer una política de justicia y ya sabéis que la justicia debe empezar por uno mismo y debemos predicar con el ejemplo. A todos los jóvenes y menos jóvenes les aconsejo que sigan luchando por la justicia social y las libertades y derechos de los hombres, que la muerte de estos hombres no haya sido inútil.

Desde aquí quiero agradecer a José Mª Ciordia y Terencio Ruiz la ayuda que nos ha prestado, así como a Josefina Campos y la compañía especial de mis amigos de Cárcar, Mendavia y Andosilla. A mis amigos de Corella: que no se desanimen por nada y sigan adelante en su empresa.
Y ahora, camaradas y amigos, quiero un gran homenaje, no solo para los asesinados de Cáseda, sino para los de toda España….

Y es: Guardar un minuto 

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HOMENAJE A LOS ASESINADOS EN EL ALTO AIBAR
(Poema de Mari Celi Oneca, escrito en 1979, Aun vivían la mayoría de los asesinos)

Hombres jóvenes y fuertes,
que de la cárcel del pueblo,
aquel, tres de septiembre,
a matar, os condujeron.

Atados con fuertes sogas,
como animales rabiosos,
sin justicia y sin razón
 en el camión os montaron.

Esposas y madres,
hermanos e hijos,
quedaron atrás y
viéndoos partir.

El final estaba próximo,
y jamás ya volverían,
los fascistas, sin conciencia,
os arrancaron la vida.

Más no les bastó con esto,
y ni aun después de mataros,
cuando la sangre se enfría,
os supieron respetar.

¿Qué ha sido de aquellos cuerpos?
¿Qué ha sido de aquellos restos,
que todos, vieron entonces,
y que aun hoy no han aparecido?.

Truncaron vuestras palabras,
os arrancaron la vida,
creyeron que esto bastaba
y todo se olvidaría.

Pero el eco de las ideas
que vosotros defendíais
no os lograron arrancar
y ese eco, sigue hoy vivo.

Esa lucha por la justicia,
la paz y la libertad,
no terminó con vosotros,
ni jamás ha de morir.

¿Qué fé tenían en Dios,
todos aquellos “señores”,
que con las manos de sangre
pasaban a comulgar?.

Humillaban, maltrataban,
os robaban y mataban,
y todavía hoy tienen
tranquila “su conciencia”.

No es posible
que esto sea realidad,
después de darle al gatillo,
¿Cómo han de dormir en paz?.

Y dicen que hay que olvidar,
¡¡Que esto es ya agua pasada¡¡.

Tú Señor, desde allá arriba,
a la hora de juzgar,
sabrás si el perdón merecen,
y entonces se lo darás.

Nosotros desde aquí abajo,
nos cuesta poderlo hacer,
pues hay recuerdos en la vida
que no hemos de olvidar.

Y no fueron solo ellos,
que en otros compañeros,
que al igual también murieron,
defendiendo trabajo y pan.

Caro precio el que pagaron,
-“Su vida y su dignidad”,
mas no ha de ser en vano,
¡Vuestra lucha no morirá¡.

MARY CELI ONECA

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También Olga Adín leyó un

 Recuerdo a los DESAPARECIDOS de Cáseda en 1936

El recuerdo de:
Carlos Jiménez Pérez, Vidal Arboniés, José Leza Ibáñez, Juan Arroyo Rubio, Juan Martínez Cano, Juan García.

Todos ellos…. ¡DESAPARECIDOS!.
Desaparecidos pero no olvidados, no olvidados en el corazón de muchas madres y hermanos que vivieron una vida con tristeza y pena desde el día en que el hijo, el hermano se marchó de casa diciendo:

“NO TE PREOCUPES MADRE, HERMANA, DOS O TRES DIAS Y VOLVERÉ, ESTO PASARÁ ENSEGUIDA”…. Pero no volvieron.

Por ellos que marcharon de su casa, de su pueblo en su juventud y que hoy como siempre están en nuestros corazones. No tenemos un papel en el que diga “Caído en el GLORIOSO Alzamiento Nacional”. No tenemos por ellos la inmensa satisfacción, el descanso humano de recoger sus restos hoy después de mas de cuarenta años de estar tirados por los campos, por las cunetas.

(No sabemos) donde cayeron, donde quedaron; no tenemos el consuelo de recogerlos al fin de decirles ¡HOLA¡ ¡ADIOS¡, de traerlos a su mausoleo.

Se han quedado para siempre en nuestros corazones y (quedaron) en los ojos de quien los vieron marchar inocentes y confiados, para no volver jamás.

Nosotros no los olvidamos ni olvidaremos, y pedimos por todos los que hoy en día aún son los tristemente desaparecidos.


OLGA ADIN