martes, 9 de abril de 2013

05.01.2008.12.31 Oibar, Intervencion arqueologica en el castillo de (Arkeologia Historikoa -Aranzadiana 2008)


ARANZADI
Arkeologia Historikoa (2008)
2008. urtean zehar orain dela urte batzuk hasitako lan ildoak bermatu dira (Zarautzko Santa Maria la Real aztarnategia edo Amaiur, Irulegi edo Aibarko gazteluak). Ahalegin honek aurten garrantzi berdina duten esku-hartze berriak ekarri ditu, ikerketarako bide berriak irekitzearekin batera (San Adriango Tunela, San Telmo Museoa edo Zeraingo Meatze-Barrutia…).
A lo largo del año 2008 se han consolidado las diferentes líneas de trabajo iniciadas años atrás (yacimiento de Santa María la Real de Zarautz o los castillos de Amaiur, Irulegi o Aibar). Un esfuerzo que se ha visto traducido este año en nuevas intervenciones de no menos importancia, y que nos abren nuevos caminos para la investigación (el Túnel de San Adrian, el Museo de San Telmo o el Conjunto minero de Zerain…).


INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CASTILLO DE AIBAR (AIBAR-OIBAR, NAVARRA).
(IIª CAMPAÑA )

Dirección: Maider Carrere Souto // Financiación: Ayuntamiento de Aibar

La intervención arqueológica realizada en el paraje conocido como “El Cerco”, perteneciente al municipio de Aibar, viene precedida al interés mostrado por el Ayuntamiento de esta localidad en acondicionar el promontorio como futuro parque de uso público. El promontorio en cuestión está situado en la parte más alta del núcleo poblacional (599 metros) ocupado totalmente por cipreses y las correspondientes terrazas hechas para la replantación de los mismos en la década de los años 50. El terreno de este promontorio, a su vez, ha sido objeto de varias reutilizaciones: bien las medievales que pudimos descubrir en la campaña anterior, como en épocas más recientes como es la construcción de un pequeño refugio a base de ladrillos y materiales reaprovechados de la propia estructura del castillo visible en la Guerra Civil. Lo cierto es que lejos de ser un escenario poco alterado, es el testimonio más vivo de los intereses y necesidades que ha tenido el pueblo aibarés durante décadas, sobre todo centrándonos en el siglo XX.

Remontándonos al inicio de esta labor, con el objetivo de acondicionar el área el Ayuntamiento procedió a la apertura de unas zanjas, a través de las cuales se localizaron fortuitamente una serie de estructuras que no se preveía. De esta manera, contactaron con la Sociedad de Ciencias Aranzadi quien puso en marcha un proyecto de investigación arqueológico de este conjunto.

Hasta la fecha pocos creían en la posibilidad de hallar los antiguos vestigios del castillo de Aibar. Su historia seguramente se remonte más allá del siglo X, sin embargo es de entonces cuando se tiene la primera mención sobre su existencia; las crónicas musulmanas relatan cómo en la incursión realizada por Muhammqad ibn Lubb en el año 882, el castillo fue desmantelado. De aquí en adelante los datos que se hallan en la documentación sobre esta fortaleza son escasos, cuando no insuficientes para hacerse una idea aproximada de su posterior evolución. Al no ser un posesión ligada a la monarquía sino depender de señores locales, son escasos los documentos que se aproximen al día a día del castillo en esa época. Es por eso que es tan necesario el poder contrastar con otros yacimientos similares, para llegar a tener unos resultados fiables y erigir unas teorías que sean cercanas a la realidad de los pobladores que vivieron en esa época.

El proyecto de investigación promovido pretendía ratificar los escasos datos históricos disponibles sobre este emplazamiento y establecer la secuencia cronológica de ocupación del mismo. Sobre  este planteamiento el primer año se fijó la limpieza y documentación de las diferentes zanjas abiertas localizadas en distintos puntos del pequeño cerro, cuyos resultados finales fueron, sin ninguna duda, relevantes. Aparte de este trabajo de limpieza de zanjas realizadas en la actuación del Ayuntamiento, tuvimos la oportunidad de abrir un sondeo en el promontorio superior de 12 metros de largo por 2 metros de ancho en el que pudimos documentar detalladamente la estratigrafía que iba a convertirse en referencia obligatoria en futuras campañas.

Este sondeo realizado por los arqueólogos en el promontorio fue objeto de un meticuloso trabajo por parte de los profesionales, debido a la dificultad que entrañaba una terreno revuelto y con tanta acción antrópica. La retirada de los primeros centímetros de tierra, unos 20 aproximadamente, dejó al descubierto las primeras alineaciones que nos indicaba la existencia de una estructura y con ello las primeras constataciones fehacientes del antiguo castillo. De ahí en adelante, el descubrimiento de la torre circular y la amplia secuencia estratigráfica, hizo que el castillo de Aibar lograra un sitio dentro de una Historia tangible y musealizable.


ACTUACIÓN AÑO 2008

La idea de comenzar una pronta musealización de los hallazgos descubiertos en el promontorio superior hizo que el proyecto inicial se dividiera entre fases: excavación de los restos de la torre del homenaje de forma cuadrada, así como la limpieza de la base de la circular, consolidación de los restos de forma coherente y según se avanzaba con el proyecto de excavación, la consiguiente musealización y difusión del entorno, dentro del proyecto de parque urbano al que se iba a someter “El Cerco”.

Tras recibir los pertinentes permisos, así como las indicaciones de los técnicos arqueólogos de Gobierno de Navarra y su negativa a la utilización de maquinaria para el trabajo, por motivos de seguridad con respecto a las estructuras que en la actuación del año 2007 emergieron, procedimos a la extracción manual de tierra.

El objetivo primordial era el hallazgo de la continuación del tramo de torre cuadrangular , así como reconocer el terreno de alrededor por si constaba de estructuras anexas que en futuras intervenciones ya ayudados con maquinaria pudieran verse afectados por el rascado de la pala.

Ya el sondeo realizado el año anterior nos sirvió de muestra del tipo de estratigrafía que nos encontraríamos. Así como también nos daba una serie de pistas de en qué situación nos podríamos encontrar las primeras estructuras del castillo.

El primer paso fue determinar la situación del sondeo realizado el año anterior y limpiar la parte del muro que habíamos descubierto. Sin embargo no fue un trabajo sencillo, ya que a los 20 cm que se encontraba en el año 2007, con la remoción y tapado que hizo la máquina en pos a una conservación buena de las estructuras, éste muro había sido soterrado bajo un metro de potencia de relleno.

Vista la dificultad ante la que nos encontrábamos y la imposibilidad de introducir maquinaria para poder extraer la escombrera que se encontraba sobre el espacio de trabajo, la decisión que se tomó fue la de ir siguiendo los muros de la torre meticulosamente, dejando a ambos lados de la misma 0'50 metros de distancia con los cantiles. En total se abrió alrededor de unos 36 metros cuadrados de superficie, pudiendo delimitar el espacio de la torre, así como comprobando el estado de avanzado deterioro del mismo.


Su traza bastante regular, conserva  un metro de longitud bajo  los escombros; sin embargo, su  anchura varía desde 0'20 metros  de ancho en los lados más deteriorados,  hasta los 0'80 metros  en los mejor conservados. Fue  este factor el que motivó que no  prosiguiéramos extrayendo tierra  de la parte central, ya que las  mismas piedras y tierra que rellenan  el espacio interior de la torre,  son seguro para su conservación  y no desmoronamiento.

Hacia el exterior de la presente  estructura no se pudo  identificar ningún anexo, como se  preveía que pudiera aparecer. 

El material que se extrajo de  la propia excavación concuerda  totalmente con la que extrajimos  el año anterior en el denominado  nivel I. Este nivel corresponde a  un relleno heterogéneo compuesto  por una acumulación de  sillares, cascajos de caliza y tierra  muy suelta removida que comienza  a salir a unos 20 centímetros  de la superficie. El conjunto  de piezas se compone de  cerámicas modernas de uso común:  de tipo esmaltado y vidriado  que no presentan ninguna información  relevante sobre la  época en la que nos situaríamos  con la torre. Tenemos que sumar  a este factor la no extracción de  la tierra del interior de la torre  por no poder asegurar su consistencia,  que seguramente hubiera  aportado más materiales de estudio. 

A modo de resumen, puede  señalarse que la segunda fase de la  intervención arqueológica realizada  en “el Cerco” ha sido una fase  de transición a lo que respecta a su futura musealización. Con las acciones llevadas a cabo este año se han puesto de manifiesto la potencialidad y dificultades que entrañan este yacimiento. Los importantes niveles de remoción experimentados en el paraje donde se sitúa el yacimiento han ido  alterando y destruyendo lamentablemente  buena parte de la estructura  principal, pero aun así  con lo conservado se puede efectuar  un interesante plan de recuperación  y puesta en valor. Las futuras  intervenciones que se hagan  en el mismo tienen que ir dirigidas  a la excavación completa del promontorio  superior parejo a una  acción de consolidación que aseguren  totalmente las partes más  endebles de la primera torre, manifiestas  este año. El programa de  consolidación, hecho por aparejadores  en colaboración con los arqueólogos,  ha de ser el eje que estructure  las campañas que en posteriores  años se lleven adelante;  un eje que determinará las directrices  a seguir para su correcta  musealización, con un plan viable y  provechoso para el patrimonio  del municipio.