miércoles, 3 de abril de 2013

01.25 El Castellón - Zangoza


Desde el otro lado del Río Aragón, lugar donde se encontraba El Kastillon, en la margen derecha de él
 


Estaba habitado ya en la Edad del Hierro-Antiguo-Final, y también estuvo ocupado en la Epoca Romana. En la Edad Media se construyó en él un castillo, y en la Epoca Moderna (siglo XIX) existía un fuerte.

Situado sobre lo mas alto del cerro mas cercano al cauce del río, auna altitud de 475 m.s.n.m., y con una superficie de 7.500 m2. Los poblados mas cercanos eran Los Cascajos a 2,2 km., Puy D'Ull a 3,1 y El Cerco en Oibar a 6,1.

Desde 1171, cuando se construye el castillo medieval, consta en la toponimia, en algunos textos se le denomina Castillón.

Su situación geográfica en los mapas



Foto-mapa de la zona en 1927


(Fuente: J. Armendariz - De aldeas a ciudades)

Sistema defensivo
No sin ciertas dificultades debido a la alteración sufrida por el yacimiento en época histórica, en el alto sangüesino de El Castellón se reconoce la estructura de un poblado sobre un cerro en el espigón meridional del monte conocido por los nombres de Arangoitz o Santa Margarita. Para su definición espacial, se habría excavado un foso en la roca natural bajo su flanco norte (de unos 20 m. de anchura por 5 de alzado) hasta alcanzar los escarpes naturales de la colina y el recinto resultante estaría defendido por una muralla de sillarejo a seco, en piedra arenisca, como el lienzo que hemos descubierto en el ángulo suroriental de su perímetro, varios metros por debajo de un murete moderno de contención de tierras que sostiene una plantación de almendros.

El acceso al recinto probablemente estaría situado en la esquina noreste del cerco, junto a la ripa que cae al Aragón. Una estrecha rampa le daría acceso desde su llanura aluvial rodeando su perímetro siguiendo el sentido de las agujas de reloj y atravesando el fondo del foso en su tramo final.

Por último, quedan en pie las ruinas del documentado castillo real de Sangüesa (Martinena 1904: 769; Sagredo, 2006a 50-53), que está ubicado en su sector mas oriental, aislado por dos fosos, cuyas ruinas recobraron su caracter militar como fuerte fusilero en las guerras carlistas del siglo XIX.


Cultura material
A lo ya publicado por Labeaga, tenemos que añadir el descubrimiento de cerámicas manufacturadas y torneadas, estas últimas con pastas ineludiblemente celtibéricas.

Valoración
Sobre un escarpado espolón del monte Arangoitz -sumamente estratégico- durante el primer milenio a. C. se asentó aquí una aldea de caserío agrupado que ordenó el lugar mediante la excavación de un foso y la construcción de una muralla por buena parte de su perímetro. Esta habría sido una preciosa atalaya desde donde se habría podido establecer un riguroso control de su territorio circundante, que le ofrece excelentes tierras de cultivo y es zona de paso natural a través del río Aragón. Este pequeño castro habría estado poblado casi con seguridad hasta el siglo I a.C. y en este contexto indígena se podría explicar la presencia de cerámicas de importación de tipo campaniense halladas por Labeaga, sin que necesariamente estas últimas determinen la presencia de un destacamento militar como sugiere este autor, tanto si es buena como si no la interpretación como campamento romano del yacimiento de Los Cascajos, situado a tan solo 2 km. de distancia en esta misma orilla del río.

La ausencia de materiales romanos altoimperiales bien podría explicar el abandono del lugar de las gentes que lo habitaron hasta entonces para asentarse en la actual Sangüesa, donde se registran importantes hallazgos de esta época en varias villae, así como en la importantísima ciudad romana ignota que nosotros vemos escondida en el yacimiento Filera y un buen número de asentamientos rurales, de ella dependientes. Las escasas evidencias arqueológicas romanas halladas en el Castellón a excepción de las de época republicana desde nuestro punto de vista parecen indicar una cronología tardía con la recuperación del cerro a consecuencia de la crisis política, económica y urbana bajoimperial.

La posterior fundación del burgo medieval de El Castellón (antes de que la fundase Sancho el Sabio este sitio ya se conocía por este nombre, sin duda por los restos de la fortificación del casco protohistórico) y el Castillo Real de Sangüesa, la ermita de Santa Margarita en los siglos modernos (antigua parroquia de San Esteban de El Castellón) así como del fuerte fusilero decimonónico son los siguientes episodios del lugar, ya suficientemente conocidos por la historiografía sangüesina.

En el extremo de arriba de la derecha de la foto, cima del Kastellon.

Estado de conservación
En buena medida de resultado de la amplia secuencia cultural que presenta el yacimiento. La aparición de un lienzo de muralla asociado a un nivel celtibérico en el sector occidental del yacimiento augura que a unos 2 ó 3 m. de profundidad existen restos soterrados de su ocupación protohistórica.

Peor pronóstico tendrá el área del yacimiento de la Edad de Hierro que está ocupado por la torre del castillo real y sus fosos, sin que tampoco podamos evaluar en su justa medida estas ruinas pues mientras no medie excavación arqueológica es difícil separar esta construcción militar del Medioevo con la que utilizó sus ruinas durante las contiendas carlistas.

Por lo demás, las pendientes del monte han sido roturadasen los últimos tiempos para la plantación de árboles, alterando inicialmente los depósitos arqueológicos de ladera pero asegurando para el futuro la detención de los fuertes procesos erosivos a los que se ve sometido el yacimiento, debido a la acción arrolladora de las aguas meteóricas.



(Desde el libro "De aldeas a ciudades, de J.Armendariz)
Puede verse aquí la presentación del libro


Juan Cruz Labeaga , uno de los autores que mas ha escrito sobre Zangoza y la zona escribió sobre El Castillón en "Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa", publicado en "Trabajos de Arqueologia 6 (1987) Pag. 28.



C. CATALOGO DE YACIMIENTOS Y MATERIALES


2. EL CASTELLÓN
Las palabras Castellón, Castellar, Castejón evocan siempre lugares muy apropiados para los hallazgos arqueológicos, y se han aplicado a lugares fortificados de muros o de restos aunque no sean propiamente de castillos en el sentido medieval. Frecuentemente se comprueban en estos topónimos construcciones de épocas muy antiguas, así, sin salir de los límites provinciales, tenemos el Castejón de Arguedas o el Castellar de Javier.
Frente a la población de Sangüesa, al oeste en la margen derecha del Aragón, se levanta un macizo montañoso cuyas alturas son de 512 y 462 m., su nombre primitivo Arangoiz, de raíz vascónica que significa alto en el valle, dejó de sonar al levantarse una ermita en fecha imprecisa dedicada a Santa Margarita. Con este nombre se le conoce actualmente.
Tenemos noticias documentales de la fundación del poblado de El Castellón en el siglo XII. (52).
El lugar era muy apropiado, desde el punto de vista defensivo, para controlar movimientos de tropas a larga distancia y vigilar los pasos del Aragón. A raíz de la fundación del Burgo nuevo de Sangüesa en el llano por Alfonso el Batallador en 1122, esta importancia estratégica era decisiva para la defensa de la villa y para el control del puente. Por ello, Sancho el Sabio funda en 1171 el burgo de El Castellón y concede a sus pobladores el fuero de Jaca, que ya gozaban los del Burgo de Sangüesa, quedando vinculado a este municipio. "Esta población fago a pro e a salvamiento del mío Regno en el pugo del Castillón sobre Sangüesa, e del pugo e de los otros logares que les e dado por términos...".  Además de marcarles los términos les concedió exención de peaje y otros privilegios. Fueron sus
primeros pobladores Lop de Castillón, Xemén Fortuynones Daybar, Pedrillán y Xemén Chiquo y Enego Arceyz. La iglesia fue dedicada a S. Esteban.
Su población fue creciendo al traer el citado rey vecinos de Aibar y construyeron un templo dedicado a S. Bartolomé, pero a lo largo del sigloXIV se fue reduciendo su vecindario siendo absorbido enteramente por Sangüesa. En el siglo XVI la iglesia de San Esteban cambió de titular por Santa Margarita, que es como hoy se llama al monte, todavía en 1749 se constata culto en esta ermita y porteriormente desaparece, pues en 1798 se levantó en su solar "un cubierto para el conjuratorio de las tronadas".
Los restos arqueológicos, que luego se describen, fueron recogidos en la ladera sur encima de la carretera de Aibar cerca de la cumbre, todavía pueden verse restos de muros y los casales del poblado. Los materiales recogidos son exclusivamente cerámicos y pertenecen a una época medieval claramente delimitada por la documentación, siglos XII-XIV, por lo que son de sumo interés por la cronología, aunque desde el punto de vista de la tipología, por estar muy fragmentados, no permiten reconstruir formas.
Como caso curioso también se recogieron dos fragmentos de cerámica romana campaniense y algunos sigillados y comunes.




CERÁMICAS ROMANAS
Cerámica campaniense
FIGURA 7.
1. Fragmento de fondo de una vasija de cerámica campaniense de forma no identificada. Su pasta es rojiza y pertenece por lo tanto a la variedad A, con pigmento negruzco algo iriscente. La superficie interna lleva finísimas estrías. Esta cerámica importada puede fecharse en el siglo II a C. y si es una perduración en el I a C.
2. Pequeño fragmento de vasija igual al descrito pero de superficie más iriscente.
Cerámica sigillata
Cinco fragmentos pequeñísimos de pared y uno de asa de variados barnices, rojo brillante, rojo oscuro poco brillante, rojizo opaco y el fragmento de asa de barniz tenue y algo brillante.
3. Fragmento de fondo con pie moldurado de pasta rosacea blanda y barniz anaranjado claro, algo brillante y bastante perdido. Lleva un grafito incompleto.

Cerámica común
4. Fragmento de dolió de borde engrosado hacia el interior de pasta grisácea con abundantes arenillas y superficies ásperas de color ocre.
5. Gran labio plano de dolió de tosca pasta grisácea con piedrecillas y superficies alisadas de color rosa pálido. Este fragmento, dada la rareza del color, podría ser muy posterior, pues estos tipos de grandes tinajas se han fabricado de manera semejante durante muchos siglos.
6. Asa de un dolió de pasta rosacea con poco desgrasante y superficies de color ocre. Rige la anterior advertencia.


CERÁMICAS MEDIEVALES
Son abundantísimos los fragmentos recogidos, por lo que nos hemos impuesto una rigurosa selección. Dentro del complejo mundo de estas cerámicas, a veces de difícil catalogación, tratamos en primer lugar las vasijas grandes, luego las pequeñas, después varios tipos de asas y decoraciones, y finalmente alguna vidriada.

7. Borde y pared de una gran vasija de buena pasta rosácea y superficie alisada color ocre amarillento.
8. Fragmento de borde con el labio moldurado hacia fuera y pared con baquetones de adorno y refuerzo. Su pasta es dura de coloración rojiza y zonas grises, y las superficies son anaranjado claro tirando más a amarillenta la interior.
9. Borde salido hacia afuera de pasta fina color ocre y superficie alisada de este color pero más claro.
10. Fragmento de borde con el cuello algo abierto hacia afuera y un poco de pared. Llama la atención su poco peso. La pasta es dura, grisácea, con arenillas blancas y piedrecitas oscuras, y las superficies son toscas de color rosa claro.

1. Fragmento de vasija abierta hacia afuera de paredes delgadas, pasta buena de color rosa claro, y superficies alisadas del mismo tono.
2. Fragmento de borde de una jarra de pasta cocida imperfectamente, color gris en el interior y rojiza en los extremos, y superficie de factura descuidada de color ocre.
3. Fragmento de borde, que se abre hacia afuera metiéndose el labio hacia adentro, de pasta ocre con el interior gris y superficie ocre.
4. Fragmento de ancho grosor de pasta rosa grisácea y paredes ocres.
5. Borde muy plano de tosca pasta rojiza gris y ásperas superficies, la interior ocre y la exterior grisácea.
6. Fragmento de posible cuello de pasta rojiza y paredes alisadas color ocre claro.
7. Fragmento de borde de dura pasta grisácea con los extremos rojizos y superficies ocres grisáceas.
8. Cuello con el arranque del asa de pasta rojiza y superficies irregulares de color ocre.
9. Borde ancho y arranque del cuello con dura pasta grisácea, ocre en los extremos, y superficie de color ocre amarillento.
10. Gran asa de sección arqueada con pasta gris oscuro ocre en los bordes, y superficies alisadas de este mismo color.



11. Asa de pasta rojiza-gris, superficie ocre amarillento y decoraciones de pequeñas hojitas.
12. Asa de sección arqueada pasta gris, ocre en los bordes, y superficies de este color, los orificios traspasan el fragmento de parte a parte.
13 y 14. Dos asas de secciones muy molduradas de pastas rojizas y superficies amarillentas.
15. Fragmento de asa con orificios poco profundos. 
16. Asa y borde de buena pasta amarillenta y superficie de color ocre.
17. Ancha asa de pasta rojiza e interiormente gris, superficies ocre más rosacea la exterior, y orificios que taladran toda la pieza.
18. Fragmento de pared de pasta marrón rojiza no uniforme, superficie interna rojiza y externa grisácea con adornos de acanaladuras.
19. Fragmento de borde adornado con incisiones profundas y angulosas.
20. Fragmento de pared de tosca pasta rojiza y superficies ocres la exterior decorada con surcos.
21. Fragmento adornado con estrías de pasta rosacea a igual superficie,pintado con líneas gris oscuro.
22. Fondo plano de pasta muy porosa y ligera terrosa amarillenta y superficie de color algo más claro.
23. Fondo plano de pasta rojiza-gris y superficie ocre.

VALORACIÓN DEL YACIMIENTO
Se da el caso de que en este montículo tan cercano a la actual Sangüesa se han encontrado los restos más antiguos de la Romanización, las cerámicas campanienses. Estratégicamente es un lugar bien situado para controlar el paso del Aragón, no solamente en las épocas de las vías romanas, que a los pies de este lugar pasaban, sino en épocas medievales y aun después, en las guerras carlistas del siglo XIX.
Hemos de descartar el que en esta empinada ladera hubiera una villa, y más bien la hipótesis que se puede aventurar es que los restos romanos pertenezcan a alguna guarnición militar. Esta hipótesis de lugar fortificado y de vigía en tiempos guerreros se confirma siglos después con la fundación como hemos visto del poblado El Castellón al que pertenecen los restos medievales.




52. ALTADILL, J., Los despoblados, en "Bol. Com. Monumentos de Navarra" n? 33, Pamplona, 1918, p. 34. ANCIL,M., Monografía de Sangüesa, Pamplona, 1943, p. 61. VILLABRIGA, V., op.cit. págs. 67 y 68. Fuero págs. 157-159. JIMENO JURIO, J.M?, Ermitas de Sangüesa, Navarra. Temas de cultura popular, n? 193, págs. II y 12.


Aparece además El Castellón en varios textos, que se refieren sobre todo al Medioevo

Hacia 1925, Julio Altadill, en "Geografía Histórica de Navarra - Los Despoblados", escribe:
Pag.93


BURGO DE CASTELLÓN

Población que se extinguió absorbida por la de Sangüesa, de la cual se hallaba muy próxima.

Su existencia independiente se halla comprobada en el fuero que a fines del siglo XI otorgó D. Sancho Ramírez al Burgo viejo, concesión que el año 1170 el Rey D. Sancho el Sabio confirmó plenamente, denominando a dicho Burgo viejo, Burgo de Castellón, de Sangüesa. (Véase Castellón de Sangüesa.)

Pag. 98
CASTELLON, DE SANGÜESA (A)
Pueblo fortificado que existió en el partido judicial de Aoiz, término municipal de Sangüesa, en una altura algún tanto pronunciada, donde se halla la ermita de Santa Margarita, de Rocaforte.
Esta población fué fundada por el Rey D. Sancho el Sabio en 1171, atendiendo a la conveniencia defensiva de Sangüesa que con respecto a Castellón ocupaba una baja situación y se veía amenazada de acometidas del vecino Reino, según consta en el Cartulario magno; y corrobora la copia archivada en Sangüesa, de la cual son las palabras siguientes. «Esta población fago a pro é »a salvamiento de mio Regno, en el pugo de Castillón sobre Sangüesa, e del »pugo e de los otros Logares que lis ey dado por términos ... » etc.
Fueron primeros pobladores Lop de Castillon, Xemen Fortuynones Daybar, y Pedrillan y Xemen Chigno y Enego Arceyz.
El mismo monarca fundador otorgó a los pobladores el fuero de Jaca que ya gozaban los del burgo de Sangüesa, denominando en esa ocasión al nuevo pueblo Puyo Castellón, señaló sus términos o mugas y concedió exención de peage y otros privilegios.
En 1171 D. Sancho el Sábio otorgaba el fuero de Jaca á los pobladores del Puyo de Castellon de Sangüesa; el otorgamiento está escrito en castellano.

En Auñamendi Eusko Entziklopedia,
"Existió próxima a Sangüesa, en Rocaforte (Sangüesa la vieilla), que sufrió la traslación parcial del vecindario a la Sangüesa actual, es decir, de la orilla derecha a la izquierda del caudaloso río Aragón. En el mismo puente de Sangüesa, recientemente reformado, hubo sillares con inscripciones romanas, procedentes del castillo de Rocaforte, como también de la misma procedencia son otras lápidas obrantes en el pequeño museo formado en la casa nativa de San Francisco Xabier. El Castellón debió quedar embebido por la fortificación murada aún en pie en la ciudad de Sangüesa, creada en 1122 y favorecida por el Batallador con la confirmación del fuero que tenía la Sangüesa antigua. Ya en el fuero de 1122, se habla de nostro palacio, incluido dentro de la población murada; señala a Fortuño Garcéis -la familia noble citada en Araciel y Burgui como leales distinguidos y a García Lópiz, con valiosas concesiones y mercedes; y encontramos como gobernador en Sangüesa a Enecio Galindiz, a Fortún Garcéis en Nájera, a Lope Garcéis en Estella, a Gimeno Gaizco en Tarazona, a Lope Joannes en Arnedo, a Joanne Díaz en Arguedas, y a Ato Fortunio en Falces. Léase a estos gobernadores, como alcaides de los castillos respectivos, como hemos advertido en el capítulo preliminar de estos apuntes. El Rocaforte antes citado fue fundado en 1171 por el rey D. Sancho el Sabio y como elemento defensivo se erigió años después una torreta de escasa importancia, de la cual no queda memoria ni vestigio y a la que ni aludimos en esta ocasión, por falta de antecedentes. Concedió este monarca, a los pobladores que hacía poblar en el Puyo de Castellón de Sangüesa, el fuero de Jaca que tenían los francos del burgo de Sangüesa, les señaló término, y les dio exención de peaje y facultad de pacer sus ganados por todo el reino, excepto en los vedados de los caballos. Estos fueros son los primeros que, según Moret, se encuentran escritos en el idioma castellano de aquél tiempo. Esta población (decía el rey) fago á pro, é salvamiento de mio regno, en el Puyo de Castillon sobre Sangüesa, é del Puyo é de los otros logares que lis ey dado por términos. E dó, á mios pobladores de Castillon, franqueza que qoal se quisiere mercadería, trayan en todo mi regno, non den peage ni en tierra ni en mar. E dolis franqueza que lures ganados pascan é vayan por todo mi regno, foras en los vedados de los caballos. Como hecho más reciente anotamos que este poblado, íntegro, con su castillo, fueron vendidos a D. Sancho el Fuerte en el año 1224 por Pero Semeniz y su esposa D.ª Toda, que en los registros De Retinentia Castrorum examinados por Campión, aparece como el más antiguo alcaide de Castellón. D. Juan Martínez de Uriz figura a fines del s. XIII con retribución de 25 libras anuales y en sucesivos apuntes se encuentran los siguientes: año 1327, D. Pierres Barón de Artieda; 1336, D. Paulo de Echabena, más tarde Merino mayor de Sangüesa, Martín Enríquiz, al que relevó Ojer de Agramonte, en el año 1348 hasta 1372; 1427, D. Johan Martínez de Artieda, que luego fue Merino mayor de Tudela en 1446 y por fin en 1436; D. Gil Martín de Artieda. Con antelación a los citados ya en 1294, gobernó este castillo Paulo Bechabena, como distinguido y servicial adicto a los reyes D. Felipe I y su esposa, D.ª Juana. Del inventario de fecha 2 de abril de 1329, la partida n.° 567 relativa a este castillo, dice así: «Item una carta en pergamino como don Pere Guillem de Casteyllon et su muyller dona Toda perez, fija de otro don Pere guillen de Casteyllon et de dona Gracia, vendieron et dieron lur bylla et castieyllo que ha nombre Casteyllo, a don Sancho Rey de Navarra por X sueldos de sanchetes. Testimonias son daquesto Pedro xpoual (Cristóbal), Miguet baldouin, Domingo de Pomplona et Guillem Escribano, e preste, et Guillem baldouin facta carta mense janario». In Era m. cc. lx. ij. (Año 1224). Finalmente aparece acordado en el tratado de paz y concordia ultimado en Toledo a 12 de septiembre de 1436 entre D. Juan II de Castilla y su homónimo de Aragón y Nabarra que este castillo sea restituido a Nabarra, como también los de Laguardia, Araciel, Asa, Burador, Turrungen, Gorriti, Tholtonio, Toro y los términos de Sartaguda. (Arigita, p. 474). -I. Alt.

Juan Carrasco escribe en
La comunidad judía de Sangüesa (c. 1080-1412):
Economía, sociedad
Pag.72
Al parecer, con el discurrir de los tiempos, la población de Sangüesa fue en aumento, hasta el extremo de ser necesaria la ampliación de su topografía con la construcción de barrios y edificios de nueva planta, ubicados en la margen derecha del río y en dirección sur, como es el caso del barrio de la “Oltra” y de su parroquia de San Andrés, que datan de 1245. En esta fase expansiva, articulada sobre las tres calles (Bastería, Mediavilla y Santiago) perpendiculares a la Rúa Mayor, se llegó a desbordar el límite de la muralla. Acorde con tales necesidades y atento a la mejora de la capacidad defensiva de la villa, Sancho el Sabio estableció (1171) un nuevo burgo de francos (burgo de suso), amparado por el modélico texto de derecho jaqués,10 en el Pueyo del Castellón, montículo frente al puente sobre el Aragón y hoy llamado de Santa Margarita. Esta nueva población, salvaguarda del vecindario, fue alzada en torno a la nueva parroquia de San Esteban.
Ya sea la fecha antes indicada o la de años más tarde (1186), como apunta Martín Duque, en este tercer núcleo sangüesino se darían todas las condiciones favorables para dar cobijo a la colonia de judíos inmigrados (espacio fortificado, dependencia regia, situación extramural, etc.); pero, aunque no existe constancia de ello, éstos ya debían de llevar instalados algún tiempo en el extremo norte del palacio del rey en las casas junto a la bodega y muy próximas a la ribera del Aragón.

El 2 de diciembre de 2012, cuando hacen 500 años de la Invasión de Nabarra por Castilla, la plataforma "1512-2012 Nafarroa Bizirik" y en su campaña de colocación de mojones en lugares donde hubo castillos en aquel año de 1512, colocó un mojón donde se encontraba Kastillon.

 Dantzaris ante el mojón

Texto en Euskera y castellano en el mojón (Clik para ampliar)
(Blog sobre la colocación del mojón en Zangoza)