SECCIÓN 3ª = ARTE
HALLAZGO HISTÓRICO
PIEDRA MILIARIA.—FRAGMENTOS DE OTRAS PIEDRAS
(Juan Castrillo)
(Habla de miliarios de Eslaba también, aquí solo sacado lo
referente a Los Casquilletes de San Juan en Galipentzu)
Hemos adquirido un dato más en lo que se refiere á los
itinerarios romanos,en la región navarra.
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Ni el cargo parroquial da para biblioteca mejor, ni el ministerio
de cura de aldea pone en condiciones de satisfacer aficiones, á estudios de
esta naturaleza. Muchas veces se vive de prestado en este particular, y cuando
así favorece la fortuna, se considera uno feliz.
No es, por consiguiente, bochornosa mi ignorancia, y ya que,
aunque muy descargada de culpa, la confieso sin soberbia, nadie podrá tacharme de
ella.
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No pretendo descubrir en esta comarca resto alguno de vías
militar, pretorial ó consular.
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Pero además de estas vías romanas que seguían los soldados en sus
traslados y los pretores en sus visitas, hubo también otros caminos que recibían
los diversos nombres de «iter», calzada, etr, según la importancia que
tuvieran. Y como en esta zona no se ha descubierto todavía la dirección de
tales itinerarios romanos, de aquí que con ilusión, orientándome por la piedra
miliaria, haya pretendido hacer, encaminadas á este fin, algunas
averiguaciones.
Con la esperanza pues, de reconstruir la calzada que … se
acercaba á Sangüesa, y pasando por el término de Eslava se alargaba hasta San
Martín de Unx, ……. He mirado con ilusión y detenimiento parte del suelo de
Pisaldea, que así se llamaba el barranco Fuente de los moros Y aunque en mi
primero y largo paseo, no he dado con vestigios claros de calzada romana, no
pierdo, sin embargo, la esperanza de encontrarlos Y más, si se tiene en cuenta,
que á una distancia de hora y media, y en la misma dirección á la Fuente de los
moros, di con un fragmento de piedra miliaria y con otro de siglas romanas,
pero cuyo significado me es imposible precisar.
Se encuentran estos fragmentos en el término de Gallipienzo,
llamado San Juan, sobre las paredes de una era recientemente construida, cuya breve
planicie debió de estar ocupada por una iglesita, de la que sale á flor de
tierra el ábside, de la orden de Jerusalén, á juzgar por los vestigios que allí
se ven todavía diseminados.
El fragmento de piedra miliaria es la parte media de una media
caña de columna, rota, por consiguiente, en sus dos extremos. En ella se
distinguen unas siglas y se ocultan borrosas otras por lo desgastado de la misma
piedra.
En la primera línea se lee ES. D.
S.
La inicial que sigue se hace ilegible completamente, terminando
esta línea con el trazo de la I.
En la segunda se destaca una F.
Después una A. Tras ésta una M seguida de estas otras NII.
Y en la tercera, después del claro de una letra, vienen las iniciales
siguientes: I. F. DIVI NER.
El otro fragmento denuncia con claridad estas siglas:
AEI. C. E (ó L), en el renglón primero, y
P. F. en el segundo.
Digo E ó L, porque al romperse la piedra se llevó el otro trozo
parte de esta letra, dejando en éste solo la mitad del trazo recto de la L.
He aquí, para mayor claridad, la posición en que se hallan
colocadas.
1er. frag. ES D. S –
I
FA M
NII
I. F.
DIVI NER.
2do. frag. AEI. C. E
(ó L)
P.
F.
¿Qué conceptos envuelven estas siglas? Difícil es adivinarlo.
Sin embargo. A las letras de la última línea del primer fragmento
se puede dar, á lo que yo alcanzo, el significado de «Hijo del divino emperador
Nerva. Filius Divi Nervæ.» (1) En las de la segunda del mismo fragmento, casi
podría leerse «Flaminio». Mas á las de la primera imposible dar significación
alguna, por ser continuación del concepto que se hallará inscrito en lo
restante de la piedra, cuyo paradero se ignora.
Lo cual puede decirse también de todas las del segundo fragmento,
á no ser que se completen las últimas en esta forma:
P. F. por Píus et Felix, que vertidas al castellano significan,
piadoso y venturoso augusto.
Ahora, que si en las siglas en que se ha dicho que, casi podría
leerse Flaminio, se leyera Trajano, de lo cual procuraré asegurarme más,
repasando la inscripción con detenimiento en otro paseo, tendríamos entonces una
significación más amplia y quizá más aproximada de las dos últimas líneas del
primer fragmento. Pues en este supuesto diría:
«Trajani in filium Divi
Nervæ (adoptati).
A no ser que á Flaminio hagamos sacerdote y dichas líneas se
interpreten de este otro modo:
Flamini flaminis divi Nervæ. De Flaminio sacerdote del divino
emperador Nerva.
Pero en este caso, ni aprovechamos la I primera de la última
línea, ni éste será fragmento de piedra miliaria sino de lápida; lo cual es
menos admisible.
Creo que de estas piedras no puede decirse más. Pero aunque nunca
averigüemos la verdad de los conceptos que encierran, siempre servirán muchísimo
á nuestro propósito. Porque, como son de clara confección romana, amplían el
dato que, según se ha dicho al principio, hemos adquirido en lo que se refiere
á los itinerarios romanos en la región navarra.
Porque unidas á la de la inscripción de Cayo Julio Vero Maximino,
no solo nos dejan trazada parte de la vía de comunicación romana en este corto
camino de «Abaiz, Fuente de los moros, Santa Cruz, ó Cruz como llaman los de
Eslava, y Casquilletes de San Juan, término ya de Gallipienzo», sino que nos
autorizan para afirmar con ciertos visos de verosimilitud, ya que el terreno no
nos es desconocido, que del término de Gallipienzo llamado San Juan, marcharía
la calzada hacía donde hoy está la central eléctrica de Cáseda, y de aquí, no
apartándose mucho de la vera izquierda del río Aragón, correríase, quizá por el
camino «grande» de Pastoriza de Sangüesa hasta la falda de Rocaforte, para
prolongarse desde este último punto por sitio ignorado hasta la fecha, hacia la
villa de Lumbier.
Lo cierto es que los tales fragmentos y piedra miliaria descrita,
ofrecen al que siente aficiones á lo viejo, á lo marchito, á lo deshojado, una nota
preciosa, aprovechable principalmente para la reconstitución de la historia
antigua en el suelo navarro.
Y de aquí la importancia suma que encierran.
Mas de esto hablarán atinadamente quienes sepan relacionar este
hallazgo histórico, con la dominación que ejercieron los de la ciudad del Capitolio
en nuestro país.
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JUAN CASTRILLO,
Pbro.
Sada de Sangüesa. 1917
(1)
O flamen Divi Nervæ - sacerdote del divino Nerva.