Primera campaña(1) de
excavación en el yacimiento de Santa Criz
(Eslava-Navarra)
Armendáriz Aznar, Rosa María;
Mateo Pérez, María Rosario;
Sáenz de Albéniz Arregui, María Pilar
El cerro de Santa Criz está
situado en las estribaciones de la Sierra de San Pedro <sic>. Es un pequeño altozano
de 544 m.s.n.m., actualmente inculto, y ocupado en algunas zonas de matorral mediterráneo. A pesar de no estar
situado junto a un curso de agua de gran entidad, hemos podido comprobar que
las necesidades hídricas se ven satisfechas por los dos pequeños riachuelos que
pasan a sus pies y por el manantial de la Fuente del Moro. Además es una zona
con recursos cinegéticos abundantes (caza menor), siendo el terreno cultivable
de gran calidad.
El yacimiento se extiende
ocupando todo el cerro y las fincas adyacentes.
Varios fueron los motivos que nos
llevaron a solicitar un permiso de excavación en el año 1995; el primero de
ellos venía determinado por el deseo de constatar mediante sondeos la riqueza
arqueológica que ofrecía la zona, la cual habíamos observado al realizar
trabajos de campo e investigación bibliográfica sobre el yacimiento. El
conocimiento que pudiéramos obtener sobre el mismo, a partir de estos trabajos,
nos permitiría diseñar un conjunto de medidas protectoras, encaminadas a una
mejor preservación del yacimiento, para el futuro.
La segunda razón que nos impulsó
fue la pretensión de obtener datos que apoyaran nuestras hipótesis de trabajo:
1. Existencia de una necrópolis de incineración de
época romana, en una finca adyacente al cerro (aumentándose de esta forma las
dimensiones del yacimiento de manera considerable).
2. Existencia de una élite de población con
recursos económicos suficientes como para sufragar edificios públicos de gran
envergadura y costearse las inscripciones funerarias (no podemos obviar que el
cerro de Santa Criz es uno de los lugares de Navarra donde mayor número de
documentos epigráficos se han localizado).
3. Constatación definitiva de la entidad del
yacimiento que se perfila como un asentamiento urbano con capacidad suficiente
para actuar como centro aglutinador de una serie de pequeños núcleos dispersos
por las inmediaciones, y localizados en la prospección intensiva realizada en
1994.
4. Por último destacar el hallazgo, durante los trabajos de prospección, de restos constructivos, que parecían corresponder a
una estructura muraria, de época romana, aspecto que queríamos certificar a
través de la realización de sondeos arqueológicos.
Valoración de los resultados.
No es nuestro objetivo, en estas
breves líneas, dar a conocer el volumen de información obtenido a través de la
realización de los diferentes sondeos, tan solo pretendemos proporcionar una
primera aproximación, que esperamos completar con la realización de campañas
sucesivas de excavación en el yacimiento.
Si bien es verdad que la
intervención arqueológica ha servido para corroborar las hipótesis de trabajo,
también es cierto que a tenor de los restos localizados las expectativas que se
perfilan son extremadamente halagüeñas y nos empujan a proseguir con el
proyecto de investigación, a fin de obtener un mayor número de datos acerca de
este importante núcleo de población que con toda seguridad contribuirá a
mejorar el conocimiento que actualmente tenemos de una fase histórica tan
determinante como la Romanización.
La campaña de excavación se
desarrolló durante los meses de mayo y junio de 1995, gracias a la subvención
concedida por la Institución Príncipe de Viana, y contando para su realización con
la ayuda de dos obreros (2).
El grueso del trabajo se centró
en una finca adyacente al cerro, en la actualidad cultivada. Los motivos de la
elección de esa zona venían determinados por las evidencias localizadas en los
trabajos de prospección, que auguraban la existencia de una necrópolis de
incineración.
Se realizó una cata de 4x4 m, que
tuvo que ser ampliada, posteriormente, al localizar las cimentaciones de una
edificación rectangular realizada con grandes sillares moldurados y sillarejo.
Hacia el exterior de la misma se encontró parte de la cornisa de la
construcción.
La excavación de su interior dio
como resultado la individualización de tres incineraciones junto a grandes
manchas cenizosas y troncos carbonizados. A consecuencia de la ampliación se
descubrió y comenzó a excavar lo que interpretamos como un segundo mausoleo,
realizado todo él de sillarejo. En el mismo, los restos encontrados se resumen
en fragmentos de huesos incinerados y carbón (3). En el espacio comprendido
entre las dos edificaciones se encontró una urna funeraria (Lam. 1; fot. 1 y
2).
A escasos metros de este
hallazgo, se realizó otra cata de 4x4m., dando como resultado, la aparición de
una estructura cuadrangular realizada a base de grandes sillares que presentan
los rebajes típicos de <<cola de milano>>. En su interior se
individualizaron varios niveles de suelos. La funcionalidad de esta
edificación, situada muy próxima a la zona de los mausoleos, no ha podido ser
clarificada hasta el momento, aspecto que esperamos subsanar en un futuro
próximo (Fot. 3).
Otro punto objeto de interés, era
el situado en la parte alta del cerro, en un lugar donde afloraban en
superficie dos grandes piedras labradas. En esta zona procedimos a la
realización de un tercer sondeo, pudiendo recuperar una columna estriada de
magnífica factura y colosales dimensiones, así como dos grandes sillares machihembrados.
Todos ellos pertenecientes a una edificación de gran envergadura (Fot. 4).
Por último destacar la
realización de la limpieza efectuada junto al camino utilizado en la actualidad
como vía de acceso de los agricultores a diferentes fincas de cultivo. Los
resultados de las mismas se concretaron en la localización de un lienzo de
muralla (Fot. 5).
Notas:
(1) La
primera intervención arqueológica en el cerro de Santa Criz data de 1944, fue
realizada por Blas Taracena y Luis Vázquez de Parga. El informe completo de la
excavación nunca llegó a publicarse.
(2) Nuestro
mas profundo agradecimiento a todas las personas que han hecho posible, de una
manera desinteresada que el proyecto se pudiera llevar a cabo, a las familias
Bariain y Lacheta Santa Quiteria propietarios de las fincas donde se han
realizado los sondeos; a Fernando Ibarra, topógrafo; a Jose Angel Gavari,
delineante; a la familia Lerga y en general a todo el pueblo de Eslava.
(3) Uno
de los objetivos de la campaña de 1996 que se está preparando en la actualidad,
es concluir el vaciado de estas dos estructuras.