VERSIÓN MÍTICA DE LA TRASHUMANCIA NAVARRA
Desde siempre se ha buscado la clave histórica que
explique por qué curiosa -o misteriosa razón, los valles pirenaicos navarros
gozan del privilegio de aprovechamiento de los pastos de las Bardenas Reales,
junto con el resto de pueblos congozantes situados alrededor del territorio
bardenero.
Algunos historiadores sitúan el origen de los privilegios
roncaleses en dos batallas: la de Olast y la de Ocharren.
Cuentan que,
en el año 785, el califa cordobés Abderramán, de regreso de una incursión
militar por la Galia, asolaba los pueblos del Valle de Roncal. Sus habitantes,
ayudados por el rey Fortún García, decidieron plantarle cara en las cercanías
del portillo de Ollarte (lugar por donde, precisamente, discurre la cañada).
Los musulmanes fueron derrotados y Abderramán hecho prisionero cerca del puente
de Yesa, sobre el río Aragón. Según la tradición, una impetuosa y valiente
mujer roncalesa cortó con su espada la cabeza del califa árabe. Desde entonces
este suceso se ha perpetuado en el escudo del valle.