martes, 20 de mayo de 2014

05.16.0001 Zangoza, Cabezal de caballo - Hallazgo Arqueologico

Desde
Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981

1. CABEZAL DE CABALLO
Se trata de una valiosa pieza de bronce que fue publicada por García Bellido en 1931 (1). Fue adquirida por el Museo Arqueológico Nacional el 19 de agosto de 1913 como procedente de la Colección Vives Escudero de Madrid y en dicho Museo aparece inventariada con el número 22.857. Posteriormente informó Cabré el que algunos años antes de la muerte del coleccionista Vives hacia 1921 tuvo la oportunidad de ver el manuscrito en donde inventariaba sus adquisiciones y en donde constaban algunas procedencias. Respecto a la pieza ahora estudiada se indicaba en el referido manuscrito que su lugar de procedencia era Sangüesa (Navarra). (Fig. a).

Es un cabezal de caballo en bronce y lleva como adornos cabezas de cisne de técnica estilizada, un sencillo roleo doble, y una placa ancha rectangular en la que aparecen recortadas dos figuras de perfil simétricamente colocadas que llevan alas. Posiblemente representan dichas figuras genios alados que se miran con expresión feroz y se agarran el uno al otro en plena lucha. Van completamente desnudos y de sus hombros arrancas alas y otras más pequeñas de las sienes. Existe entre ellos un objeto alto, similar a una columna y rematado por un capitel jónico de factura muy sumaria. Puede ser que no tenga otra misión que el ser un recurso técnico para trabar las figuras en la chapa calada, como puede observarse en los vastagos que unen las dos piernas de los seres alados. Los efectos decorativos, tales como el cabello, detalles anatómicos, adornos de alas y columna, se han conseguido por medio de finos trazos incisivos. La distribución de las figuras dentro del cuadrado es acertada y goza de una arcaica simetría.

El referido autor no se aventura a interpretar el significado de estos extraños genios alados, y pasa a afirmar, sobre su posible procedencia, que no existe parentesco alguno entre lo indígena y el bronce de Sangüesa. "Ni el arte, ni las figuras mitológicas, ni el mismo objeto tienen entronque con nada peninsular. Recuerdan más bien cosas etruscas, en donde, en verdad, no son escasas las representaciones de genios alados, demonios o como se les quiera llamar". Descarta la comparación hacia representaciones similares asirias de rostros feroces y hacia lo griego mucho más delicado y bello, y se fija en las escenas pintadas de las tumbas etruscas. En las del Orco en Tarquinia el terrible y alado Tuchulcha agarra con furia un manojo de serpientes, y en esta misma tumba se ve también otro genio o demonio alado.

Idéntica composición a la del cabezal sangüesino existe en la tumba de los Augures de Tarquinii (Corneto) en la que se han representado dos luchadores de perfil, desnudos, y simétricamente colocados, sus cabezas chocan, se aferran por los brazos, tienen una pierna avanzada y hay entre ellos unos objetos apilados al parecer vasijas. (Fig. b) Por otra parte, y en favor del carácter etrusco de la pieza, es de todos conocido el que este pueblo dominaba la técnica del bronce en todas sus facetas de fundición, calado, repujado, y que nos ha dejado obras de una gran exquisitez.

Pero el mayor argumento es su similitud con otro cabezal que procedente de Pompeya se guarda en el Museo de Ñapóles. Salvo que en la placa calada no lleva figuras humanas sino motivos geométricos, tanto la forma general como los detalles "la coincidencia raya en la identidad... el cabezal de Sangüesa es, con toda seguridad, una imitación etrusca de un ejemplar como el de Pompeya". (2)

Un problema de difícil solución es el justificar la presencia de esta extraña pieza en Sangüesa. Podría ser un ejemplo del comercio existente entre la costa y el interior a través del río Ebro. Avieno en su Oda Marítima, al hablar del valle del Ebro dice: "Pues a más de la fecundidad de la tierra, ya que el suelo les proporciona el ganado, la vid y los dorados regalos de Ceres, productos extranjeros son transportados por el río Ebro". Piensa García Bellido, no teniendo otra hipótesis más aceptable, que este cabezal podría ser uno de esos productos extranjeros.

Sabemos que a lo largo del siglo IV a C. se da una asimilación de las influencias mediterráneas y que los celtas entran en contacto directo con el mundo greco-etrusco. Los centros mediterráneos mandan a los celtas vasos, cráteras y objetos de bronce. (3)

Personalmente hemos constatado alguna influencia del arte etrusco en el arte céltico, y así al estudiar las fíbulas del poblado de La Custodia (Viana, Navarra), hay un tipo de caballito sin jinete adornada con discos de zonas concéntricas, que según la opinión de Dechelette la considera originaria de un prototipo de ascendencia etrusca, que tiene su representación en Marzzabotto hacia el 500 a C, e igual puede afirmarse de otro tipo de fíbula anular hispánica de tipo navecilla con anillos colgantes. (4)

Desde luego pienso que, a pesar de rastrearse alguna influencia etrusca a través del mundo céltico, se trata de un producto importado, y la solución más fácil es que tal pieza la pudo traer algún militar romano de los muchos que estuvieron en las guarniciones de la zona que nos ocupa, o bien, dándole más antigüedad, pertenecería a algún militar prerromano perteneciente a alguna de las tribus asentadas por estos lugares.

(1). GARCIA Y BELLIDO, A., Las relaciones entre el arte etrusco y el ibero, en "Archivo Español de Arte y Arqueología", t. VII, 1931, págs. 130-133.
(2). El carácter etrusco de este cabezal fue también atestiguado por el Sr. Zahn, director del Antiquarium de Berlín, en donde se conservan otros cabezales parecidos. GARCIA Y BELLIDO, A., op. cit. p. 132, nota 6.
(3). KRUTA, V., Los celtas, Madrid, 1977, p. 94.
(4). LABEAGA MENDIOLA, J.C., Carta arqueológica del término municipal de Viana (Navarra), Pamplona, 1976, págs. 218 y 221, figs. 1 y 7.