Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981
PUYD'ULL
Los restos de este antiguo
poblado se hallan en una pequeña colina, que es una cerca tabular de los pocos
ejemplares que quedan de los depósitos cuaternarios del nivel cumbre, de 491 m.
de altitud, que emerge pasado el kilómetro 2 a la derecha de la carretera de
Sangüesa a Javier. Esta carretera bordea la parte norte del citado cerro, mientras
que al sur hay una carretera al canal, antiguo camino hacia Aragón. La colina
no tiene arbolado y en su base hay tierras de cereales y viñedos, y hasta hace
poco olivares. En lo más alto se aprecian restos de edificios, los solares del antiguo
poblado, y se domina un gran panorama hacia Sangüesa y Aragón.
El nombre prueba su antigüedad,
pues Puy o Poyo proviene del latino podium o lugar elevado, y Uli hace
referencia al nombre del valle o vaguada, en los documentos antiguos se ha
escrito Ul, Uli, Uli y Ulle. Normalmente en el habla local se le conoce como
Cantera Redonda, por su forma redondeada y por haber canteras y piedras
sueltas.
Históricamente este poblado está
bien documentado(1) y su antigüedad comprobada se
remonta al siglo XI, pues en 1052 el noble Jimeno Galindones reconstruyó su
iglesia dedicada a San Bartolomé y dona al obispo consagrante una casa, quien a
su vez la cedió al monasterio de Leyre. En esta villa peseía bienes un noble
importante llamado Lope Fortuñones, casado con Doña Mencia de Sangüesa, prima
del rey Sancho Ramírez. Hacia el año 1080 dicho noble repartió tierras y
bienes, donando a San Salvador de Leyre sus casas de Sangüesa y tierras en
Undués y Uli, y legando a Doña Urraca la mitad de lo que poseía en esta última
villa.
Cuando Alfonso el Batallador creó
el Burgo nuevo de Sangüesa en 1117 da a sus pobladores terrenos para pastar los
rebaños que iban hasta Peña, Ulle y Aibar. A partir de entonces su población
iría decreciendo. En 1135 figura Fortún Garceiz Casal como señor de la villa y
en 1220 el abad de Uli asiste al convenio que hicieron entre los curas de
Castillón y de Aibar sobre la propiedad de la iglesia de San Bartolomé.
Originario de este lugar fue el obispo fray Sancho III de Uli (1260-1356) y sus
sobrinos Sancho IV de Uli, lector en artes en 1362, y Martín de Uli,
penitenciario del Papa y embajador real a Avignón en 1399.
Por ser este lugar frontera entre
Navarra y Aragón fue muy disputado por ambos reinos, y en algunas luchas su
población, ya disminuida, quedaría arrasada, pues ya no figura en los censos de
población del siglo XIV. En 1509 los de Sangüesa hicieron una entrada en las
fronteras de Aragón pretendiendo apoderase de Uli y Filera, pueblos que decían
pertenecerles, y a su vez los aragoneses irrumpieron por tierras de Sangüesa y
talaron la vega hasta dar vista a la población.
Respecto a la recogida de los
materiales arqueológicos hay que hacer la advertencia de que los restos de la
Romanización fueron recogidos en la base del cerro y también en una pieza de
viña más hacia el este, mientras que los fragmentos de cerámicas medievales
fueron encontrados principalmente en la cumbre o muy cerca de ella.
CERÁMICAS Y MATERIALES ROMANOS
-
Cerámica sigillata
1. Pequeñísimo fragmento de
vasija Riterling 8 con buena pasta rosacea y barniz anaranjado brillante.
2. Borde ancho y plano hacia
afuera de forma no identificada con dos acanaladuras por la parte superior,
pasta color ocre, y barniz mate anaranjado.
3. Borde redondeado de una forma
decorada de pasta rosacea y barniz rojo oscuro desigual y poco brillante.
4. Borde de una posible forma
Dragendorf 29 de pasta rosa claro, y barniz color vino con brillo. Esta última
característica constituye dentro de la cerámica aquí estudiada un caso
excepcional.
- Fragmento muy pequeño de pasta
rosacea y barniz naranja muy claro que también constituye una excepción.
5 y 6. Dos fragmentos, quizá del
mismo vaso, de pasta dura rosacea y barniz muy brillante y homogéneo rojo
marrón; en uno de ellos se aprecia un friso separado por baquetones en el que
van puntas de flecha, y en el otro van circulitos.
7. Fragmento de base con el pie
alto y moldurado al exterior, el fondo tiene por debajo un pequeño sector plano
al que sigue un círculo rehundido hacia el centro del vaso. Lleva barniz rojo
algo oscuro y mate.
8. Fondo completo con el pie bajo
con el barniz anaranjado, desigualmente aplicado y con brillo.
- Fragmento de fondo con pie con
excelente barniz rojo brillante.
- Fragmento hacia el fondo con
barniz anaranjado muy tenue y sin brillo.
Cerámica
pigmentada y común.
9. Borde de triple baquetón de
pasta rosacea y pigmento marrón oscuro.
10. Fragmento de fondo y pared de
un plato de pasta rosa porosa y superficies ocre rojiza la exterior y rojiza la
interna.
11. Borde almendrado de una gran
vasija de pasta rosacea, pared del mismo color y borde grisáceo no uniforme.
12. Fragmento de ánfora con el
borde inclinado hacia afuera y acanaladuras internas de pastas y superficies
color amarillento.
13. Fragmento de dolia de pasta
gris con desgrasantes de cuarzo y mica y superficie color ocre claro.
CERÁMICAS MEDIEVALES
14. Fragmento de borde abierto
hacia afuera de pasta ocre y superficies algo rugosas del mismo tono que el
indicado pero algo más oscuro.
15. Fragmento de borde y pared de
una ollita de pasta dura, rosacea, y superficie con finísimas estrías de color
ocre.
16. Borde y asa de algún jarro de
pasta porosa grisácea y superficies rugosas ocres, en la parte superior tiene
las típicas líneas que tanto abundan en este tipo de cerámicas.
17. Fragmento de asa de pasta
dura, grisácea, y superficie bien alisadas de color ocre.
18. Pequeño jarrito con asa de
perfil globular de pasta rosacea, superficie externa vidriada en parte color
amarillo oro y la interna totalmente.
19. Fragmento de pared de buena
pasta rojiza y superficie con anchas acanaladuras.
20. Fragmento de pared de pasta
rojiza granulosa, superficie interna de igual gama y externa gris negruzca con
acanaladuras.
21. Cerámica de muy poco peso con
pasta porosa grisácea, superficie de igual color, la interna alisada y la
externa con anchas acanaladuras.
VALORACIÓN
DEL YACIMIENTO
Los materiales cerámicos romanos
se encuadran dentro de la época imperial y, dada su fragmentación, es difícil
darles una cronología, no obstante por los barnices pueden datarse entre el
siglo II al IV. Su situación junto a una gran explanada hacia el río Onsella
posibilita el pensar que debió ser una villa de explotación agrícola.
Si
tenemos en cuenta la historia documentada de la introducción y los materiales
medievales recogidos proporcionan una sólida base para probar que la tal villa
tuvo, a través de una época oscura, una perduración en su poblamiento. Sus habitantes
en uña época indeterminada, pero quizá a finales de la alta edad Media,
cambiarían el emplazamiento de su población, trasladándose desde las laderas y
llanura a la cumbre, en donde edificaron el poblado medieval cuyos restos han persistido.
Las razones que les debieron mover a ello serían el que en una época muy
agitada por las guerras el asentamiento en la cumbre ofrecía mayor seguridad.
Se ha comprobado que este fenómeno es bastante generalizado.
(1). ANCIL, M., Monografía
de Sangüesa, op. cit. págs. 74 y 129. VILLABRIGA, V., op. cít. p. 28 y doc.
5, p. 145. MARTIN DUQUE, A.J., Documentación medieval de Leire (siglos IX
alXII), Pamplona, 1983, does. 47, 128, 204, 205, 268 y 307.