Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa, de
JUAN CRUZ LABEAGA MENDIOLA
Sangüesa, junio, 1981
1. LOS CASCAJOS
El término de Los Cascajos está situado al SO de la jurisdicción
municipal sangüesina, se trata de una gran terraza sobre la vega de Pastoriza y
río Aragón desde la que se dominan amplios horizontes. Un viejo camino hacia
Cáseda recorre longitudinalmente la ladera hasta alcanzar el plano y antes de
llegar a éste hay una fuente. El nombre expresa la abundancia de piedras
redondeadas y depositadas allí por el río.
El topónimo ya se halla documentado en el fuero-puebla que Sancho
el Sabio dio a los habitantes del Puyo de Castellón sobre Sangüesa en 1171 al
especificar su términos: "Et dolis en Cascaillo la pieza que guane de las
donas de Santa Cruz et dolis en fondón de Pastoriza...". (1)
No es de extrañar que dadas las condiciones topográficas del
terreno aludido fuera escogido desde la antigüedad como lugar de control de las
amplias tierras que se dominan y de asentamiento de una guarnición militar en
la época de la Romanización, la obra en sí y los hallazgos monetarios y
cerámicos vienen a confirmarlo.
CAMPAMENTO MILITAR
La prospección del lugar descubre restos de lo que fue un
campamento militar romano. Estos restos, además de los cerámicos y de las
monedas, de los que luego se hablará, consisten en trechos de muros que
circundan una finca perfectamente delimitada de propiedad municipal, situada en
el mismo límite de la jurisdicción sangüesina con la de Aibar.
Tiene la forma de rectángulo de 300 m. por 225 m., abarcando
pues una extensión de 67.500 metros cuadrados, por el sur pasa actualmente el camino
y en el oeste, que es el único lado que carece de escarpe, se aprecia un foso
de 300 m. en toda su longitud con un desnivel aproximado de 1,50 m., hoy
cubierto de cascajo y destinado a viña. En varias zonas de este cuadrilátero
pueden apreciarse restos de muralla, a poca altura del suelo, de 0,70 m. de
anchura construida con piedras esmeradas de bastante tamaño que han recibido
labor de labra, y también por los aledaños aparecen sillares perfectamente
escuadrados.
La roturación y mayor allanamiento del terreno y el haber
sacado gran cantidad de piedras impiden superficialmente saber si hay restos de
construcciones en su interior y el emplazamiento de sus puertas, por lo que no
podemos conocer su organización interna. Una excavación daría detalles interesantes.
Es sintomático que la mayoría de los restos, cerámicos principalmente, hayan
aflorado al otro lado junto al foso, jurisdicción de Aibar. Pudiera ser que en
este lugar estuviera situado el mercado del campamento con la cantina y
taberna.
La situación de este campamento es inmejorable, desde él se
divisan amplios horizontes hacia Leyre y Aragon y sierra de Peña, y otra
ventaja es la cercanía del río Aragón en caso de ataques militares. La
acomodación del terreno para este asentamiento militar fue fácil porque tres de
sus lados están al borde de escarpes naturales, tan sólo hubo de excavarse el foso
hacia la gran llanura del oeste.
Se trata por su tamaño de un campamento pequeño, más bien
sería un destacamento, y por las construcciones de piedra parece de los
llamados de invierno o permanentes. A las ventajas aludidas habría que añadir
que se sitúa en una altura ni demasiado alta ni demasiado baja con una llanura fácil
para acampar y con una ladera hacia el este, la parte del río, surcada por un
camino que desciende recta y longitudinalmente. Por este camino les sería fácil
hacer una salida rápida para atacar al enemigo o replegarse y refugiarse en el campamento
en caso de defensa.
Los años 1980 y 1983 con motivo de las obras que se llevaron
a cabo para el ensanche del camino que desde el llano conduce a lo alto, al
excavar en la zona de la fuente aparecieron abundantes sillares de grandes
dimensiones que lastimosamente fueron arrojados en parte por el terraplén. Los hay
conservados in situ que se adentran hacia la ladera. Posiblemente, pues hasta
que no se haga una excavación no se puede tener certeza, el que, se trata de
una fuente de época romana que fue sepultada por el corrimiento de tierras de
la ladera del monte.
HALLAZGO DE MONEDAS
Corría el año 1949 cuando, al estar cavando la viña, situada
precisamente en el lugar que corresponde al foso del campamento descrito,
aparecieron unas monedas que fueron amigablemente repartidas entre los que
realizaban tal labor. Al saberse la noticia en Sangüesa y llegar a Pamplona, parece
que algunas fueron recuperadas para los organismos oficiales de la Diputación
de Navarra, ignorándose actualmente su paradero.
De todas ellas sólo me ha sido posible localizar una en
propiedad de Joaquín Ibáñez, uno de los protagonistas del hallazgo, quien me la
cedió para su estudio. Se trata de un denario ibérico de plata de tipo jinete
en perfecto estado de conservación.
- Anverso: Cabeza varonil barbada a la derecha, signos
ibéricos detrás, debajo y delante A,M,A, que se leen Castu, todo ello dentro de
una gráfila de puntos. El rostro es de una gran perfección con el cabello
ejecutado con arcos que engloban otros dos más pequeños y barba muy poblada
realizada por pequeños puntos. En su cuello se aprecia un collar.
- Reverso: Jinete lancero al galope a la derecha, tocado de
casco, con vestido y pantalones. Debajo sobre línea recta el epígrafe en
ibéricoAÇr^t, que se lee Turiasu. Todo ello está rodeado por una gráfila muy
desgastada, pero que debió ser de puntos.
- Diámetro: 18 mm.; grosor: 1,5 mm.; peso: 3 gr.
Turiasu, la actual Tarazona fue uno de los talleres
monetarios ibéricos más importantes y el que más plata acuñó. La leyenda del
anverso Castu ha sido interpretada por A. Beltrán como la Castloni, ciudad
celtíbera en la que invernó Sertorio no lejos de la ciudad antes citada. Estos denarios,
que tuvieron una gran difusión hacia Vascongadas, Soria y Burgos, debieron ser
acuñados en unos años no muy lejanos del comienzo de la guerra sertoriana, año
82 a C. (2)
Otro hallazgo monetario se debe a Andrés Ozcoidi, guarda
entonces rural, quien en el año 1976 encontró la moneda, que ahora se describe,
en el mismo camino que sube al campamento y no muy lejos de la fuente. Se trata
de un as ibérico de bronce de tipo jinete en perfecto estado de conservación.
- Anverso: Cabeza varonil imberbe a la derecha con palma
detrás, signo ibérico M , que se lee S debajo y delfín delante. El cuello está
adornado por un collar y el cabello está realizado a base de arcos que engloban
otros más pequeños. Todo está rodeado por una gráfila de línea continua.
- Reverso: Jinete con lanza al galope tocado de casco con
penacho. Debajo sobre línea recta el epígrafe ibérico entre las patas del
caballo MbXPArX^ , que se lee Segobírices. Una gráfila de línea continua rodea
toda la parte acuñada.
- Diámetro: 27 mm.; grosor: 3 mm.; peso: 14,700 gr.
La marca S del anverso es la primera letra del epígrafe
monetal del reverso, Segobírices, centro emisor de la moneda, que se identifica
con Cabeza del Griego, junto a Saelices (Cuenca), aunque otros piensan que es
Segorbe (Guadalajara). Esta moneda se difunde por gran parte de la Península, también aparece en Pamplona, y su acuñación
fue realizada alrededor del comienzo de la guerra sertoriana. (3)
Las cuatro monedas siguientes fueron halladas, también en
este lugar, por José Antonio Alzueta.
Son ases de bronce.
- Anverso: Cabeza femenina de Palas a la derecha con casco y
un gran penacho.
- Reverso: Caballo Pegaso a la derecha y laurea entre la
cabeza y las alas. Leyenda tr"fJ(^<f, Untikesken.
- Diámetro: 32,5 mm.; grosor: 3 mm.; peso: 19 gr.
Las acuñaciones ibéricas de Ampurias son de una gran
personalidad y sus tipos se diferencian de todos los demás talleres acuñadores.
Se fecha esta moneda en la segunda mitad del siglo II a C. El puerto de
Ampurias tenía cierto monopolio en la introducción de productos del comercio
mediterráneo que se importaban de aquí a las tribus españolas. Llega esta
moneda a través del Ebro a la Meseta Norte, Numancia, y también aparece en Azaila.
(4)
- Anverso: Cabeza imberbe a la derecha con torques al cuello
y detrás una oreja.
- Reverso: Jinete lancero con casco cónico y palma al hombro
a la derecha, debajo leyenda ibérica entre las patas del animal y sobre la
línea del exergo rtA4H , Ilturo.
- Diámetro: 29 mm.; grosor: 3 mm.; peso: 16,200 gr.
La situación del Ilduro la ponen algunos en el poblado
ibérico de Burriach, término municipal de Cabrera de Mataró (Barcelona). En la
zona del Ebro há aparecido en Azaila y en la comarca de los jacetanos. Fechable
hacia el siglo II a C. (5)
-Anverso: Cabeza masculina imberbe a la derecha, torques al
cuello, detrás signos ibéricos ffi , Us, y delfín delante. Todo ello dentro de
la gráfila de puntos.
- Reverso: Jinete lancero con casco y gran cimera a la
derecha, y debajo sobre línea leyenda ibérica PQAWXtT , Arkailikos.
- Diámetro: 35,5 mm.; grosor: 7 mm.; peso: 9,300 gr.
Puede ser que esta ceca corresponda a Osma (Soria). Fechable
entre el 105 aC. y época de Augusto. (6)
- Anverso: Cabeza imberbe a la derecha, cuello desnudo y
pelo en forma de casquete. Detrás arado y delante signo A ,Ka.
- Reverso: Jinete lancero con casco y debajo a partir de la
última pata trasera la leyenda sobre línea AT MAX , Kaiskata.
- Diámetro: 24 mm.; grosor: 3,5 mm.; peso: 11 gr.
La ceca se sitúa en Cascante y sería acuñada con
posterioridad al 89 a C. (7)
CERÁMICAS ROMANAS
Cerámica sigillata
1. Fragmento de forma Ritterling 8 de dura pasta rosacea y
barniz brillante rojizo.
2. Fragmento de forma Ritterling 8 de pasta algo blanda y
amarillenta y barniz poco brillante anaranjado claro. Lleva un surco algo
profundo y pequeñas estrías.
3. Fragmento de fondo con pie alto de probable forma
Dragendorf 15/17 de dura pasta rosacea y barniz homogéneo, compacto y
brillante. Es de buena época.
4. Fragmento de vasito con el borde hacia afuera de forma
Hispánica 2 de pasta algo blanda rosacea, y barniz anaranjado con algo de
brillo al exterior y mate interiormente.
5. Fragmento de probable forma Dragendorf 44 de pasta algo
blanda rosacea y barniz rojizo, brillante y homogéneo.
6. Fragmento de borde y arranque de la panza de forma
Hispánica 37 de buena pasta rosacea y barniz rojizo, homogéneo, compacto y
brillante. Lleva un friso horizontal de dos círculos concéntricos.
7. Fragmento de fondo muy plano con alto pie moldurado de
excelente pasta rosacea y barniz rojo brillante. Lleva friso horizontal de
puntas de flecha y encima elementos de separación de metopas, tres verticales
onduladas y puntas de flecha.
8. Fragmento de fondo de forma no identificada y pie de
excelente pasta rosa claro, y barniz rojo oscuro muy brillante, compacto y
homogéneo. La decoración consiste en un friso de separación de metopas con
elementos verticales de puntas de flecha y líneas onduladas, y en el espacio libre
hay una especie de copa.
9. Fragmento hacia el fondo de forma no identificada de
pasta rosacea y barniz anaranjado con poco brillo. Dos baquetones colocados muy
separadamente delimitan dos zonas decorativas, solamente en la superior se ven
círculos de líneas sinuosas separados por una especie de comas verticales.
10. Fragmento hacia el fondo con friso entre doble baquetón
de dos círculos concéntricos, uno de línea seguida y otro de línea
interrumpida, de carácter muy tosco, descentrados y montando sobre los
baquetones.
11. Fragmento hacia el fondo en el que sobre doble baquetón
hay dos círculos de línea interrumpida rodeado de otros pequeños circulaos de
técnica muy descuidada.
12. Fragmento con doble círculo encerrando una roseta.
13. Fragmento decorado con caballito y jinete brazo en alto
y probablemente un motivo de separación vertical. La forma de representar caballo
y jinete nos hacen pensar que se trata de una imitación de la figura de las
monedas ibéricas.
14. Pequeñísimo fragmento con restos de un motivo de
separación vertical.
15. Fragmento con barniz muy brillante decorado con
avecillas.
16. Fragmento con barniz muy brillante con decoración metopada,
tres verticales onduladas, un recuadro de puntas de flecha y dentro de él una
gran ave de larga cola, probablemente un pavo real.
17. Fragmento con motivo de separación de metopas con tres
verticales onduladas y puntas de flecha.
18. Fragmento con barniz brillante decorado con dos
círculitos secantes.
19. Fragmento con decoración de roseta encerrando dos
pequeños círculos.
20. Fragmento de borde con barniz mate y decorado con
ruedecilla.
21. Fragmento de fondo de pared muy gruesa con una
decoración muy tosca consistente en un hombrecillo, un motivo vertical de separación
y un círculo
Cerámica pigmentada y común.
1. Borde moldurado abierto hacia afuera de dura pasta ocre
claro y pigmento ocre amarillento sobre el que han superpuesto otro pigmento grisáceo
oscuro de una manera poco uniforme.
- Fragmento de pared de pasta blanda amarillenta con
pigmento sólo al exterior de color marrón oscuro.
2. Fragmento de borde engrosado hacia fuera y moldurado, de
pasta rosacea, hacia el interior gris, y superficies ocres arenosas.
3. Fragmento de borde, posiblemente de ánfora, de pasta
rojiza con desgrasantes arenosos de gran tamaño y superficies ocres muy
ásperas.
4. Asa de pasta rojiza y superficie ocre amarillenta.
5. Fragmento de pie de ánfora con pasta color rojizo y
superficie áspera con arenillas blancas calizas de color algo más claro. Este
tipo de pivote corresponde a ánforas fabricadas en la Tarraconense a imitación
de prototipos italianos y que abundan en el área catalana. (8)
6. Fragmento de pie de ánfora de pasta ocre y superficie
áspera por las arenillas calizas.
7. Borde inclinado de dolió, engrosado hacia el interior, y
asa de pasta grisácea rojiza en los extremos y superficies sonrosadas con
abundantes arenillas blancas.
- Gran fragmento de dolió de boca estrecha y gran borde y
asa, pasta gris rojiza con arenillas blancas y superficie interna rosacea y
externa ocre claro.
Cerámica local
Usamos la terminología de Mezquíriz para estas vasijas de
calidades toscas y pastas granulosas y frágiles y de coloraciones generalmente
grisáceas. Se trata de una cerámica de cocina. (9)
9 y 10. Bordes planos hacia afuera de pastas carbonosas gris
oscuro y superficies alisadas con adornos incisos en zig-zag y en el segundo
ásperas.
11. Pequeño fragmento de borde plano de pasta dura gris
claro y superficies ásperas, aún más claras con adornos de paralelas.
12. Fragmento de borde inclinado hacia el exterior de pasta
grisácea y superficies alisadas de color ocre, la exterior más rojiza.
13. Fragmento de borde hacia afuera y pared globular de
tosca pasta grisácea y superficies alisadas, la exterior con decoración de
peine.
14. Fragmento de ollita de pasta grisácea muy dura y
superficies irregulares y ásperas de colores negruzo y ocre.
VARIOS (Otros objetos)
15. Pesa de telar en forma de pirámide truncada de esquinas
redondeadas con pasta y superficies ocre claro.
16 y 17. Dos fragmentos de asitas de vidrio transparente de
coloración verde azulada.
18. Placa de bronce en forma de pentágono regular con los
bordes en relieve y orificios que sirvieron para enganchar con alguna otra pieza.
Desconocemos su finalidad.
- Fragmentos de molino circular.
VALORACIÓN DEL
YACIMIENTO
La existencia de un campamento romano es importante a nivel
provincial, ya que hasta ahora es el único que conocemos en Navarra. No sólo está
comprobado por el lugar en sí y los restos de muros, sino también por los
hallazgos tanto monetarios como cerámicos. Este campamento debió de erigirse
hacia la época de las guerras de los romanos con las tribus indígenas, el
momento preciso sólo lo puede comprobar una excavación. La penetración de Roma
hacia el interior necesitó para su financiación de moneda abundante destinada al
pago del ejército y las leyendas ibéricas se explican porque este ejército
estaba formado en parte por los propios naturales.
Quizás terminadas estas guerras siguió esta guarnición con
la finalidad de defender a los numerosos núcleos romanizados de la región, especialmente
a las numerosas villas, diseminados por los campos y sobre todo al gran centro
urbano de Fuleras, perfectamente visible desde la cumbre.
Otro motivo importante de la colocación de este destacamento
militar en este altiplano fue seguramente el reforzar la seguridad en las vías
de comunicación que procedentes de Aragón venían hasta Pamplona y Santacara.
Precisamente el paso obligado por el río Aragón estaba en Vadoluengo, también
con restos romanos como se verá, situado enfrente del campamento en lugar bien
visible a la otra parte del citado río.
(1). Reproducen este fuero, entre otros, VILLABRIGA,
V., Sangüesa, ruta composlelana, Sangüesa, 1965, págs. 157-160. ILARREGUI, P.,
Del origen y autoridad legal del Fuero General de Navarra, Pamplona, 1869, págs. 41-44. MORET, J.,
Anales, IV, p. 30.
(2). BELTRAN, A., En torno a la palabra "Castu" de
algunas monedas de Turiasu, en "Numisma", n? 3, 1953, págs. 23-27. MARTIN VALLS, R., La circulación monetaria ibérica, Valladolid,
1967, mapa XXII.
(3). MARTIN VALLS, R., op. cit. p. 63.
(4). VILLARONGA L. Numismática antigua de España, Barcelona 1979, pág.212. MARTIN VALLS R, La circulación monetaria ibérica, Valladolid, 1967, págs. 112 y 113.
(5). MARTIN
VALLS, op. cit. págs. 48 y 108.
(6). GUADAN, A.M. de., La moneda ibérica. Catálogo. Madrid,
1980, pág. 195, moneda 794.
(7). DOMÍNGUEZ ARRANZ, A., Las cecas ibéricas del valle del
Ebro, Zaragoza, 1979, pág. 109, serie 2, moneda 151.
(8). BELTRAN LLORIS, M., Cerámica romana, Zaragoza, 1978, p.
72.
(9). MEZQUÍRIZ, M.A., Pompaelo ¡I, Pamplona, 1978, págs. 47 y
48.