martes, 22 de mayo de 2012

02.50.02 1921 Encuentro de Mosaicos en La Foz-Ledea - Julio Altadill


LOS MOSAICOS ROMANOS DE LIÉDENA – Julio Altadill - 1921
El día 21 de Febrero se recibió en esta Comisión un aviso del delega­do de la misma en Liédena Sr. D. José de Oyaga, participando haberse hallado casualmente, en jurisdicción de dicho pueblo, un mosaico romano, y acompañando dos pequeñas muestras en las que se veían teselas blan­cas, negras y rojas.
Inmediatamente dispuso el Presidente Sr. Campión que pasara á dicho punto el que. suscribe y, sobre el terreno, comprobara el alcance del ha­llazgo, ordenase los trabajos de excavación, tomara las determina­ciones procedentes y diese cuenta 'á esta Comisión á su regreso, formulando la Memoria correspondiente si la importancia del caso lo me­recía.
El designado dedicó el día siguiente á documentarse, reuniendo al pro­pio tiempo elementos de fotografía y dibujo, mapa orográfico de aquella comarca, brújula, cinta métrica, barómetro de alturas, etc., y avisando á Liédena se dispusieron otros materiales para el día 23, en que se presenta­ría allí, á cuyo efecto salió de madrugada por el tren eléctrico de la línea del Irati.
Personado en el paraje, procedió á examinarlo minuciosamente, ano­tando en el cuaderno respectivo las circunstancias precisas, á presencia y con la información de dicho señor Oyaga, del médico, el maestro del lu­gar y de los señores propietarios D. Nicanor Pérez de Obanos y D. Angel Arina, los cuales se ofrecieron desinteresadamente á colaborar. en cuanto les fuera posible; resultó determinada desde ese momento la situación del mosaico en los términos siguientes:
Distancias: á Liédena, 2.600 metros; á Sangüesa 6.900; á la venta de Lumbier 3.500; á Pamplona 37 kilometros; al empalme de Noain 32; al río Irati 260 metros; á la línea férrea, en la margen opuesta, boca del tunel, 380 metros; la carretera de Pamplona á Sangüesa pasa por O. inmediata á las fincas rústicas de que más adelante se hará mención.
Al N. de las mismas, dirección de Pamplona, hay un escarpado y barranquillo de doce metros de desnivel aproximadamente; por el Sur, en di­rección á Sangüesa, el terreno apenas ofrece rampa ni pendiente en un principio; á los 350 metros se presenta en declive suave; y por el E. se halla un murete de contención y un escarpado que continúa hasta el río, en cuya orilla opuesta se encuentra la vía férrea eléctrica que se introduce por túnel en la foz imponente y magestuosa del río Irati, divisándose al fondo el monte y ermita «La Trinidad», en jurisdicción de Lumbier. La altitud del paraje es de 431 metros sobre el nivel del mar.
El terreno se presenta en fuerte declive casi escarpado de S.O. á E.; allí mismo y á la vista se hallan muchos vestigios de construcción de pie­dra, abundante loseta de cubiertas, fragmentos de variada cerámica roma­na, argamasas del mismo origen y algunas (muy pocas hasta ahora) mone­das, romanas también, de todo lo cual se ha de ocupar oportunamente la Memoria que abarque este hallazgo en todos sus aspectos.
El terreno es de calidad arcilloso-rojiza, que recuerda el material lla­mado kaolín, abundante en esta jurisdicción y en la cercana de Lumbier, de excelentes condiciones para la producción cerámica. Los fragmentos en gran número recogidos ofrecen mucha variedad; vasijas fragmentarias grandes y pequeñas, gruesas y finas, con ó sin relieve, de pasta homogé­nea y combinada, ladrillos de proporciones grandes y pequeñas, con labra y sin ella, cuadrados los mayores, rectangulares los menores, notándose en éstos estrías finas en unos, gruesas en otros, pero en una sola de sus caras, precisamente en la que carece de adherencias de mortero ó argama­sa, lo cual nos induce á suponer que desempeñaron papel no de pavimento y sí decorativo en zócalos, cuya altura no podemos ya precisar, porque, á excepción de dos machones de menor altura que ochenta centímetros, los muros que aparecen con un espesor uniforme de 45 centímetros, no pasan de 25 centímetros de altura.
El descubrimiento fue debido á labores de desfonde y ondalan, rotu­rando un terreno que se dedicaba á viña y no había sido antes cultivado; esta finca pertenece al vecino de Liédena D. Angel Arina, al cual se ha declarado la gratitud de esta Comisión por su generosidad en consentir las excavaciones; el mosaico hallado en este lugar era incompleto, dimensio­nes 3'00 por 1'14 metros; el trozo descubierto tenía forma de tina semi­elipse en el sentido del eje mayor; descubrimos en él tesselas blancas ta­maño más reducido que el corriente, sirviendo de fondo; una cenefa lisa recta de tres tesselas de anchura, negras, doblándose en elegante rombo en el único ángulo á la vista; é inmediato á éste, un medallón circu­lar de 32 centímetros de diámetro, con dibujos geométricos en negro y rojo.
Investigado el suelo debajo del mosaico en su periferia, no hemos ha­llado conducción de aguas ni otro indicio digno de mención, pero sí tina particularidad que alejaba la posibilidad de arrancarle en buenas condicio­nes, porque sin necesidad mas que de un débil arañar en el mortero ú hor­migón, éste cedía pulverizado entre los credos, saturado de hidratación, en grado tal, que un tercio del mosaico presentaba un grueso abultamiento de unos siete centímetros de altura. En su consecuencia ha vuelto á cu­brirse con un espesor de 70 centímetros.                                                  
Hasta aquí no habían alcanzado los trabajos grande importancia; pero excitada nuestra curiosidad por lo que llevamos expuesto; induciéndome á á pensar que los machones antes indicados preludiaban la existencia de un edificio; y calculando que la gran cantidad de loseta allí existente acusaba tejados derruidos de superficie extensa, investigué con rudimentario pro­cedimiento, en dirección Sur, de acuerdo con el señor delegado de la Co­misión D. José Oyaga y del propietario de la finca rústica inmediata, don Nicanor Pérez de Obanos, como también de otros señores allí presentes ; y en efecto se fortaleció la hipótesis de que la villita ó vivienda romana se extendía en dirección Sur, á continuación del pequeño mosaico de 3'42 metros cuadrados ya descrito, internándose en otra finca, (la mentada de D. Nicanor Pérez de Obanos); obtenida de este señor la misma autoriza­ción y testimonios vivos de su entusiasmo por los trabajos, se reanudaron desde luego éstos sin más interrupción que dos días de lluvia y un domin­go, dando por resultado el aparecer un departamento pavimentado de mosaico, rodeado del muro que ya he anotado, pero en el . cual se hallaron piedras con alguna labra, delatoras de cierta suntuosidad; y por una interrupción de dicho muro, vinimos en conocimiento de que todavía se prolongaba más, al Sur, la construcción, indicio que á luego se comprobó con una cata abierta á 80 centímetros de profundidad y siete metros 'de distancia, en cuyo fondo hallamos un tercer mosaico, del cual hasta la fecha no puedo aventurar todavía más que su dibujo geométrico.
Volviendo al citado departamento, primero de la finca del Sr. Pérez de Obanos, haremos constar que sus dimensiones son 7'50 por 7'50 metros (56'25 metros cuadrados) que su decoración es toda geométrica, dividida en cuatro cuadros cuya traza se repite dos á dos en sentido diagonal, no sin ligeras variantes, es decir, que no son perfectamente idénticos; en los bordes E. y O. del mosaico (visto en su totalidad) hay una cenefa, ancha de 53 centímetros, representando rombos cruzados con círculos; los colo­res son: blanco el fondo, negro, rojo, azul oscuro y algún verde, los cua­drados inscritos unos en otros en sentidos diagonales, los círculos concéntricos bordeados de lindísimos entrelazos, los rombos entrelazados gracio­samente, los medallones rectos y curvos intercalados con delicado gusto y los finos y elegantes trenzados que abundan en el pavimento de esta es­tancia.
En el borde N. de este departamento hay una ligera depresión, descu­briéndose allí una conducción subterránea de aguas, la cual ha podido ori­ginar algún ligero desperfecto en el mosaico descrito.
Continúan hacia el S. y el E. las excavaciones, imperando en ellas el método más racional y científico sin emplearse herramientas que puedan deteriorar los mosaicos que siguen apareciendo. pudiendo citar otro del cual se descubrieron seis metros cuadrados el día 16 del actual, también geométrico, muy distinto de los anteriores.
Se ha recomendado por medio del Sr. Gobernador la vigilancia de la Guardia civil, y por medio del Alcalde igual servicio á los guardas ru­rales.
Las indagaciones practicadas permiten afirmar que dentro de la prime­ra de las citadas fincas, á quince metros de la vivienda descubierta, se ha­lló, hace dos años, una serie de doce hornos pequeños (para cocer cerá­mica, según mi parecer), dispuestos en semicírculo, pudiendo deducirse sus dimensiones aproximadas por el lugar que ocuparon y por el arco de la boca de uno de ellos que se ha encontrado; argamasa calcinada proce­dente de los mismos también hemos hallado en abundancia; la leve depre­sión del terreno en ese punto permite deducir que los hornos eran de vo­lumen reducido (1`50 metros de diámetro ?)
Antes que estos hornos, fué destruida en el pasado siglo la necrópo­lis de esta villa romana, á juzgar por las declaraciones arrancadas á los naturales del país, determinando su situación unos 280 metros en direc­ción Sur.
En el número próximo, si la excavaciones han terminado, hallarán nuestros lectores detalles más circunstanciados, y á ser posible ilustracio­nes gráficas; por el momento, creemos que el hallazgo ha adquirido gran importancia arqueológica, pudiendo tal vez sobrepasar de 100 metros cuadrados la superficie pavimentada de mosaicos que se descu­bran.
Las primeras monedas halladas pertenecen al Emperador Antoni­no (138-161) de Jesucristo) y su esposa Faustina. Las siguientes encon­tradas, á Merco Aurelio y á Maximino 1.°, según clasificación del Sr. Vengoechea.
Los vestigios traídos á esta capital han sido examinados por el perso­nal de esta Comisión, reconociéndose mucha variedad de producción en la industria cerámica mencionada, lo cual, como también las monedas cita­das y la calidad de'los mosaicos, permiten fijar en el siglo 3.° de nuestra era la data de este magnífico vestigio romano.
El lugar está siendo visitadísimo; del valle de Aibar, de Lumbier, San­güesa, Rocaforte, Pamplona, Idocin, Monreal y otros puntos, acuden por centenares los curiosos, para contemplar el bellísimo hallazgo.

 JULIO ALTADILL