lunes, 23 de abril de 2012

20.04 Arbol Malato

La primera de las instituciones jurídicas vascas de orden internacional, el nombre del “Árbol Malato”, cuya denominación según Larramen­di, viene de Malastu que indica lozanía.

En la tradición vasca, el Árbol Malato crecía en los límites del país. Cuando los pue­blos extraños penetraban en su suelo en son de gue­rra, los vascos podían utilizar sus armas para rechazar al invasor, persiguiéndole hasta el Árbol Malato; mas, al llegar a él, debían clavar las armas en su tronco, respetando en su propio solar al enemigo vencido.

El sentido humano y universal del Derecho, tal como se refleja en la concepción vasca antes sentada, aparece en su plenitud en esta institución, de la que no conocemos precedentes anteriores a ella en el orden internacional. (…)


También la propia Naturaleza era muy importante para los euskaldunes, las montañas, los bosques y ríos, el mar. En cuanto a los árboles, los árboles hacían muchas veces de Mojón (el mugarri) entre los vascos. El roble o “haritza” era nuestro árbol sagrado por antonomasia y que se realizaban batzarres y ferias bajo su sombra    (como el árbol de Gernika). El primer rey de Pamplona será Eneko Aritza (Eneko "el roble").

El término “vasco”, procedente del "vascón" citado por los romanos en el año 76 a. C. durante las guerras sertorianas, fue postulado como originado por "basoko" (‘habitante del bosque’ en euskera), lo que da idea del valor mitológico atribuido a los árboles. El panteísmo originario ocasionó la veneración de los robles como protectores vivos de los vascos. Hace apenas un siglo, la oración ritual de nuestros leñadores pedía perdón al árbol cortado: “Guk botako zaitugu eta barkatu iguzu” (Te derribaremos y nos perdonarás).
Este testimonio permite comprender mejor el espíritu vasco de independencia, de defensa de lo propio, nunca de imposición a los demás. Episodios complejos como las “guerras carlistas” o el “Pacto de Santoña” de 1937 deben interpretarse a la luz de quienes, incluso con innumerables derrotas, continuaron infatigables en la custodia de su identidad. Los versos de Gabriel Aresti también sintetizan inmejorablemente este sentimiento en "Nire Aitaren Etxea defendituko dut" (Defenderé la casa de mi padre). (Mikel Aguirregabiria)

Existen otras instituciones entre los pueblos de la antigüedad, que de alguna manera recuerdan la del Árbol Malato de los vascos, y que conviene por ello distinguir. Los germanos y eslavos vivían rodeados del bosque limítrofe, los suevos de César creaban un desierto alrededor de su territorio, y las tribus iroquesas estaban separadas por fajas de zona neutral o tierra de nadie.

Mas ninguno de esos pueblos une a la materialidad de sus bosques o tierras de separación, la ética que es lo que precisamente caracteriza a la institución vasca, al afirmar, con el límite físico del territorio, la renuncia al derecho de conquista, fundamento el más sólido de la ley internacional y de la paz.

El alto valor estimativo de la concepción vasca del Derecho se acrecienta, habida cuenta de que los vascos vivían rodeados por todas partes de pueblos arios, los cuales se movían por un impulso racial insaciable de conquista, con el que aparecen los celtas en la Europa Occidental antes de nuestra era. Recordemos lo que Strabon afirmaba de los celtas, conquistadores, para diferenciarlos de los iberos, nombre en que engloba a todos los primitivos pobladores de la península, que no emprendían guerras de invasión fuera de su territorio.

Convertidos los arios al cristianismo, no por eso corrigieron su furor, y nunca aplicaron a la moral colectiva el séptimo mandamiento de la ley de Dios. El «no robarás» evangélico sólo tuvo para ellos un valor individual; mientras que, para los vascos, ese «no robarás», llevado a las relaciones no solo como individuos, sino como pueblo, coincide con la tradición del Árbol Malato, la reitera y vivifica.

Siendo lo mas importante para el Derecho y las Normas Vascas, la Costumbre y la Palabra, siendo una ley ya arcaica para Nuestro Pueblo, aparece por escrito “El Arbol Malato” por vez primera en la ley quinta, titulo primero del Fuero de Vizcaya, impre­so en 1575, como límite dentro del cual los vizcaínos venían obligados al cumplimiento de deberes milita­res sin sueldo ni haber.

La leyenda y el arte han reproducido esta tradición.
Así aquellos versos:
                                               Odoldurik eldu giñian
Mallatu arbola onetara
eta urren datozanak
bere alan ikusiko gaitubela.

Tiene mayor fama el Arbol Malato de Luyando, a dos leguas de Arrigorriaga en el límite de Bizkaia, pero de mayor valor histórico es el testimonio de Garibay en su Compendio Historial de España (…) al describir los incidentes de las guerras entre Alfonso VII titulado el Emperador Rey de Castilla y Sancho VI el Sabio Rey de Navarra, sobre la posesión de Rioja y Bureba. Alfonso VII de Castilla había ocupado militarmente esos territorios en 1134 (…). Sancho VI el Sabio de Navarra los reconquistó en 1160 (…). Al llegar victorioso hasta Atapuerca, lugar situado a veinte kilómetros de Burgos, clavó sus armas en un árbol, al propio tiempo que afirmaba: «Hasta aquí es el Reino de Navarra». (…)

Sancho VI el Sabio de Navarra, al clavar sus armas en el tronco del árbol de Atapuerca, a la vista de la llanura de Castilla abierta a sus ejércitos triunfantes, volvió a refrendar hace ocho siglos el sentido auténtico de la tradición vasca del Árbol Malato, tal como ha llegado a nuestros días: la renuncia al derecho de conquista y a la guerra como instrumento de política nacional (…).

”Aitor es el dios de la guerra vasco. No sale de los límites de su país para no infringir la ley del árbol malato. Ésta dice que el joven dios, protector de los euskaldunes en su lucha contra invasores y agresores, pierde sus poderes sobrenaturales al pisar el otro lado de la muga.” (X.Zumalde).

Por contra, frente a los poderosos enemigos exteriores los vascos lo han tenido siempre más difícil. Tal vez los valores que encarna el árbol malato nos han impedido crecer para ser tan poderosos como éstos, pero les hemos sobrevivido. Y la historia la harán quienes rindan tributo a los valores que subyacen tras dicho árbol. Desde esta superviviencia, reivindicamos el espíritu y la lógica subyacente en aquellos fueros, la forma en que se adecuaban a nuestra idiosincrasia, y reivindicamos el derecho a reintegrar actualizadamente esos fueros sin más limites que el interés de la cocomunidad a la que vayan a servir manifestado democráticamente, dejando atrás todo lo trasnochado, pero recuperando aquello que, siendo tan antiguo como esos fueros, sigue siendo igual de válido hoy en día. (Iñigo Lizari Illarramendi)

Ya de mucho antes los Montes de Oca, donde Atapuerka donde Agés, fue una frontera mítica de Nabarra, de los vascones.

Han sido importantes los sucesos acaecidos en estas fronteras de territorios y siglos. Historiadores españoles como Menéndez Pidal, Perez de Urbel, Sánchez Alborrnoz entre otros, han querido mantener,  en base a sucesos ocurridos a finales del siglo X y principios del XI casi siempre por líos monárquicos y dinásticos, unas veces que
  • Baskonia es la “abuela de Nabarra” (Castilla  y Aragón  dicen que fueron los padres),  se refieren a "reynos" y reyes, Nabarra era mucho antes de reyes. Sancho III el Mayor padre de Fernando conde de Castilla  y Ramiro que lo fue de Aragón . Los dos llegaron a ser 1ros. reyes de sus respectivos reinos, el Fernando asesinando a su propio hermano García Sanchez III "el de Nájera" rey de Pamplona, el Ramiro, uno de los varios reyes que nacieron en   Gure Lurra – Nuestra Val”, hijo ilegítimo del rey, hijo de Santxa de Oibar.

(De Bakaretxea, los mejores vídeos de Oibar)    
  • Pamplona vasalla del “Imperio Leonés”. Realmente el que perteneció durante gran parte del siglo X al Rey de Pamplona fue el condado de León.

  •          El Expansionismo del Rey Vascón.
Y es esta tercera impostura, la mas importante contra el espíritu profundo de nuestro  "Arbol Malato" . Es cierto que el Reino de Pamplona y Nabarra de manera coyuntural tuvo bajo su protección a diversos condados, en su extensión mayor, Aragón  , Gasconia hasta el Garona en Burdeos, y hasta los condados de Sobrarbe , Ribagorza  y Pallars y hasta el de Barcelona (con Sancho Ramirez) y Castilla   con León, pero en su mayoría lo fue sobre todo por relaciones de matrimonio y sucesorias, de forma coyuntural y no como reino. En este último caso de Castilla con León , los derechos habían pasado a Doña Munia o Mayor de Castilla  casada con el Rey Vascón. Por lo tanto ni se dividió el Reyno de Nabarra al morir Sancho III el Mayor Rey de Pamplona ,por mucho que lo diga la historiografía española, menos aún el Reyno de Navarra fue un Imperio, ni fue expansionista. Mas aún el Pueblo Vasco sigue teniendo muy interiorizado, el espíritu del "Arbol Malato". (desde Lacarra, Ubieto Arteta, Urzainki…)

La describió Manuel Irujo en su libro: “La renuncia al derecho de conquista simbolizado por el Árbol Malato”. Una característica que es esencial  resaltar, pues cualquier nuevo sistema de convivencia mundial, no podría ser éticamente aceptable ni políticamente sostenible, si los pueblos no  renuncian al derecho de conquista y a la guerra como instrumento de política nacional y no se autolimitaban, como simbolizaba en el caso vasco, en pos del bien común. (Ion Gaztañaga)

En tiempos de mayor o menor trashumancia, mayor o menor movilidad en búsqueda de alimentación, "lo que definía la extensión geográfica de un pueblo eran el espacio que ocupaban y el círculo de influencia que ejercían sus tribus, y no la territorialidad. Aunque parezca paradójico, puede decirse que los pueblos vascos siempre han tenido unas fronteras perfectamente delimitadas, pero que no han sido siempre las mismas,... En una época los vascones llegaron por el norte hasta el río Garona y traspasaron la margen derecha del Ebro por el sur. ¿Y por el este? ¿Llegaron hasta Andorra? ¿Hasta el Mediterráneo? Por el oeste quizá hasta ¿Cantabria? ¿Asturias?. (Sales Santos ta Itziar Madina)

Lo que si que queda claro es que el "Bihotza Euskaldun", ha estado presente desde hace miles y miles de años con el centro en Gure Lurra – Nuestra Val”, y las Montañas situadas al Norte, tantos siglos y milenios como casi ningún Pueblo lo ha estado en un Espacio concreto.

Uno de los ejemplos mas graves de estados con un gran afán de expansionismo e invasión, lo fueron los de Castilla y Aragón, que tantos y tantos países llegarían a invadir, y a tantos y tantos pueblos sojuzgarían y hasta a muchos aniquilarían. Y no solo no harían caso del “no robarás” explicado mas arriba, sino que acompañados de La Iglesia asesinarían y expoliarian por los cinco continentes. Llegando a “No ponerse el sol” en su imperio… durante un tiempo.

Leyó, en euskera y castellano, parte de todo esto, I.Ur. letrada para Gure Lurra – Nuestra Val en Agés de los Nabarros, el sábado santo 7 de abril del 2012, estando presente el de Atapuerka, el que a Fernando I el Magno (1016-1065) primer rey de Castilla representaba durante 7 años, y éste, a pesar de tener conocimiento de la existencia de esta Institución, no la conocía realmente ni sabía su significado, a pesar de ser nacido navarro, mal Nabarro que hasta a su hermano, rey de Pamplona, García Sanchez III, "el de Nájera"), en el año 1054 en Atapuerca mandó asesinar. Así llegó a ser el primer rey de Castilla. Nunca tuvieron los Reyes de Castilla, el sentimiento profundo de las Costumbres de su Pueblo como la tuvieron los Vascones.

Y en el siguiente mapa se representa hasta donde y desde donde llegó una vez el "Reyno de Pamplona", estando su muga oriental en el Nafarroako Bihotza Gure Lurra – Nuestra Val”, y la occidental entre Agés de los Nabarros y Atapuerka.